Capítulo 19: A la fuga

9.1K 634 13
                                    

—Dejadlo estar, no tiene caso malgastar energías de esta manera, tarde o temprano tendrán que bajar, y cuando lo hagan, nosotros estaremos aquí esperándolos. —Miro a Jack sorprendida y dolida, sin poder creer lo que escucho. No me puedo creer que Peeta esté ahí abajo, que haya dicho eso, que esté con ellos en nuestra contra. La esperanza que persistía en mi acaba de esfumarse por completo. Una gran presión se instala en mi pecho. Jack solo se limita a mirarme con tristeza, pero no me dice nada. Nos quedamos en silencio y nos acomodamos lo mejor que podemos.

Pasan las horas y ellos siguen acampados a los pies del árbol, no se cansarán y nosotros no podemos estar toda la vida aquí arriba, estamos perdidos. Intento dormir para descansar, recobrar energías y que las horas pasen más rápido pero no lo consigo, las palabras de Peeta se han quedado gravadas en mi mente. Mis pensamientos divagan sobre todos los momentos que he tenido con Peeta en estas dos semanas, pero el que más impacto me causa y no se marcha de mi mente es el de aquella noche en la terraza, recuerdo palabra por palabra lo que me dijo, lo que me confesó, ahora sé que todo eran palabras vacías. No puedo creer que sea tan buen mentiroso, lo buen actor que es. Me siento estúpida por haber pensado que él era diferente, por haber creído sus palabras y sucumbido en ellas, pero sobre todo por haberme dejado engañar por una cara bonita. Siempre había dado por hecho que él era un buen chico, al menos eso es lo que aparentaba, pero la cara que he conocido de él ahora me ha decepcionado mucho, ahora sé que cuando tenga una oportunidad no dudará en matarnos.

Esta es una de las cosas por las que nunca he establecido vínculos estrechos con nadie, porque cuanto más cariño profeses hacia la persona, más poder le das para que te haga daño. Miro a Jack quien se encuentra con los ojos cerrados, no sé si está dormido o únicamente descansa, si está despierto y siente mi mirada no lo muestra. No puedo evitar sentir un deje de desconfianza hacia Jack, Rue y Katniss. Si Peeta nos ha vendido, ellos también pueden hacerlo en cualquier momento. Intento borrar esos pensamientos tan negativos de mi mente sintiéndome mal por pensar así de ellos después de los últimos días que hemos pasado juntos, ninguno de los tres ha hecho nada que me haga desconfiar. A diferencia de Peeta, en el fondo, no sé porque me sorprende, cuando se alejó de nosotros de un día para el otro, eso debería haberme hecho sonar la campana de alarma, pero tonta de mí me dejé guiar por el corazón en vez de la razón. Es injusto meterlos en el mismo saco, pero después de la traición de Peeta, ya que así es como lo siento pese a que soy consciente de que él no nos debe nada ya que está luchando por su vida igual que nosotros, voy a mantenerme más alerta para evitar llevarme alguna otra sorpresa.

Hora tras hora pasa y mientras ellos ríen y disfrutan nosotros seguimos aquí arriba sin poder movernos. Hemos dado algún sorbo de agua y comido un par de bayas cada uno de las que han recogido esta mañana Katniss y Rue en el lago. Tratamos de racionar la poca comida que tenemos y el agua, con el propósito de que nos dure lo máximo posible, pero somos conscientes de que como mucho nos durará un día, no más.

Finalmente cae la noche, nosotros intentamos idear algún plan para escapar, pero nada se nos ocurre. Ninguna de las ideas que ideamos tiene posibilidades de éxito. Jack sugiere hacer de señuelo para que nosotras podamos escapar, pero de inmediato yo me niego, no solo porque no quiero perderlo, sino que también porque no tendría éxito, uno o dos lo seguirían, pero el resto se quedaría esperando por nosotras y lo único que lograríamos es que él muriese por nada. No consigo pegar ojo en toda la noche, entre el estar alerta por los profesionales y la ansiedad que me consume, no lo consigo. Hacia media noche el himno del Capitolio suena y en el cielo ponen la imagen del tributo del 4, del 7 y la del 10, los caídos de hoy. Escucho como desde abajo se mofan de sus muertes, lo que me enfurece.

Comienza a amanecer y la ansiedad crece al saber que los de abajo pronto despertarán e intentarán hacernos bajar. Jack, Rue y Katniss han descansado algo más que yo, pero desde hace una hora los cuatro nos encontramos con los ojos abiertos y pendientes a todo, devanándonos los sesos intentando tener alguna idea de escape. Intentamos hacer el menor ruido posible para evitar alertar a los de debajo de que estamos despiertos, y a su vez, para evitar despertarlos, ya que en cuanto lo hagan nuestra "paz" se habrá acabado.

—Eh, mirad. —Dice en un susurro Rue en un intento de no despertar a nadie de abajo. Miramos hacia donde señala, por encima de su cabeza y la de Katniss. Ellas dos se encuentran en una rama a nuestra izquierda un poco más alta que la que nos encontramos Jack y yo. En unas ramas por encima nuestro un nido similar al de las avispas, pero más grande, se encuentra pegado a ella. Se comunica con nosotros por señas para evitar hablar. Por lo que entiendo, lo que quiere es que Katniss, que es la más cercana a la rama, la corte haciendo que caiga junto con el nido encima de los profesionales, aprovechando la distracción que eso crearía como una oportunidad para nosotros así poder huir. Todos estamos de acuerdo con el plan, es lo mejor que tenemos hasta ahora y la posibilidad de éxito es alta. Un poco de esperanza disipa la presión de mi pecho. Katniss se mueve por la rama y escala hacia la más cercana al nido con el máximo cuidado y el mínimo ruido posible. Empieza a serrar la rama con el cuchillo que tiene y desde aquí puedo ver que de vez en cuando se sobresalta y queja en silencio porque algunas avispas le están picando, me preocupa. Mientras tanto nosotros nos preparamos para que en cuanto el nido caiga descendamos lo más rápido posible y podamos huir. Tarda aproximadamente unos diez minutos en cortar la rama, hasta que por fin la veo caer y pasar por delante nuestro hasta estrellarse en el suelo. Eso provoca que todos los tributos de abajo se despierten sobresaltados y empiecen a pelear y huir de las avispas.

Dejo que sean Jack y Rue los primeros en bajar, espero atenta a Katniss y cuando está llegando a mi altura es entonces cuando empiezo a descender del árbol. Bajo todo lo rápido que puedo, algunas avispas me han empezado a picar cuanto más cerca del suelo me encuentro. Intento no desestabilizarme para no caerme hasta que al fin pongo mis pies en el suelo. Miro hacia arriba y veo a Katniss cerca, poco le falta para llegar abajo. Me fijo en que no queda nadie aquí abajo, todos los profesionales han huido, los únicos que quedan son dos que han terminado muertos debido a las picadas. Su cuerpo está completamente hinchado, su cara tan desfigurada por la hinchazón que no logro identificar quienes son, tres cañonazos suenan. No hay rastro de Peeta, ni de Jack ni Rue. Katniss llega al suelo, la veo tambalearse así que me aproximo a ella para ayudarla. La rodeo por la cintura y paso su brazo por encima de mis hombros, pero ella está desorientada y cada vez más ida. Pierde fuerza en sus piernas cayendo al suelo y arrastrándome con ella ya que cada vez recibo más picaduras. Desde el suelo busco con desesperación a Jack y Rue, alguno de los dos que pueda ayudarnos, pero no veo a nadie. Me levanto como puedo y agarro a Katniss lo mejor que se me permite para retomar la posición de antes. Si no logramos salir de aquí moriremos. Me viene a la mente los dos tributos profesionales tirados a unos metros de nosotras todo desfigurados por las picaduras, y muertos. Empleo toda la fuerza que puedo en arrastrar de Katniss y de mi cuerpo que empieza a estar entumecido por el efecto del veneno de las avispas. Una sombra tras de mí me hace ponerme alerta pero mis reflejos también se están viendo afectados y no logro reaccionar lo suficientemente rápido como para evitar que coja a Katniss. Justo cuando me dispongo a atacarle me paro en seco al ver que...

 Justo cuando me dispongo a atacarle me paro en seco al ver que

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los juegos del hambre (Peeta Mellark y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora