Louis se acomodó mejor su falda, sus ojos azules escanearon el lugar buscando algún cliente, era miércoles, no habían tantas personas, pero él necesitaba a alguien, si no ¿cómo llevaría dinero a su casa?
Suspiro rendido, era mejor irse y volver al siguiente día.
Cuando se dispuso a ello, un auto negro freno delante de él, la puerta del piloto se abrió mostrando a un hombre alto de traje negro. Louis trago saliva, viendo cómo se acercaba hasta él.
–¿Estas disponible, precioso?
Louis se sintió intimidado ante su voz, asintiendo torpemente mientras jugaba con el dobladillo de su falda.
La oscuridad de lugar no dejaba mucho a la vista, y Louis prefería eso, así hacían todo rápido y no podían verlo directamente a la cara. Pero eso cambio cuando escucho de nuevo al hombre hablar.
–Da un paso hacia delante.
Él le hizo caso, quedando bajo la luz de un bombillo, sintió la mirada del hombre encima de él.
–¿Cómo es tu nombre?
–Louis.
Asintió, viendo de nuevo al chico, una camisa que dejaba su abdomen al descubierto y una linda falda color pastel se apretaba a su cintura, debajo de ella sus piernas estaban desnudas y unas vans adornaban sus pies.
El castaño se removió incomodo ante el silencio, así que prefirió cortarlo él.
–Si quiere una mamada son 10 dólares, si quiere follarme es más –no sabía porque, pero lo último le salió en un susurro.
Aun no podía verle el rostro al hombre, solo su silueta alado del carro. Trago saliva al ver como se acercaba hasta él.
–Mi nombre es Harry.
Lo observo detenidamente, los rizos cayendo en sus hombros, el ajustado traje negro, que se veía demasiado caro.
Harry había ido con una decisión, buscar a algún chico y follarselo, sabía que en esa zona podría encontrar muchos, pero nunca se imaginó encontrarse al que estaba parado delante de él.
Cuando se había bajado del auto y había visto a duras pena las lindas piernas de él, las había querido alrededor de él mientras lo penetraba, pero ahora que veía la linda cara del chico, sus ojos tan azules y que transmitían tanta pureza, todo eso se esfumo de su mente.
Él no podía hacerle eso a aquel chico, no podía pagarle por sus servicios.
–¿Por qué haces esto?
Louis arrugo el entrecejo, la mayoría de las personas simplemente iban, él le hacia una mamada o lo follaban y se iban, pero este hombre no.
–No creo que sea de su incumbencia –levanto una ceja.
Harry lo miro detenidamente. Otro hombre se les acerco hasta ellos, mirando a Louis y este lo reconoció.
–Lo lamento, tengo un cliente.
Y se fue con el otro hombre, dejando a Harry allí parado, viendo como aquel posaba deliberadamente su mano en las nalgas del chico, y sintió algo extraño recorrerle el cuerpo.
No quería que nadie más lo tocara , y él se iba a encargar de eso.