Capítulo 2: Callas demasiado

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La semana había pasado increíblemente rápida y aunque le costaba asimilarlo, ya eran las nueve de la mañana del sábado. La luz del sol bañaba el interior de aquel dormitorio empapelado de posters de bandas de rock internacionales. Sehun todavía seguía echado en la cama boca abajo y con la almohada cubriéndole la cabeza para intentar dormir un poco más. Tanta luminosidad le molestaba demasiado, pero precisamente de eso se trataba. Su padre tenía la maldita costumbre de entrar, abrir la ventana de par en par y arrancarlo de los brazos de Morfeo.

«Qué putada.»

Por segunda vez oyó la voz de su madre anunciando que el desayuno estaba listo y fue entonces que decidió enfrentar la cruel realidad, echándose ánimo: «¡Vamos! ¡Mueve el culo, Sehun!». Arrastró los pies fuera de la habitación, caminado como si un zombie hubiera tomado posesión de su cuerpo, y luego se sentó a la mesa sin poder detener un bostezo. Seguramente su aspecto era del asco, puesto que el día anterior había destinado gran parte de la noche a avanzar de nivel en el juego online que Chanyeol le había recomendado. Sehun se esforzaba en superarlo y todo el asunto se convirtió pronto en una cruda competencia virtual.

Tras prepararse algunas tostadas con mermelada y otras con manteca, acunó la taza de chocolatada caliente entre las manos y la esperada conversación de cada mañana empezó. Después de que sus padres anunciaron el futuro divorcio, ambos se interesaban mucho más en él. Principalmente querían saber cómo se sentía, aunque también preguntaban por los planes que tenía, cómo era su rendimiento en el instituto, qué contenidos estudiaban, cómo estaban sus amistades y muchas cosas más. Lo cual lo hacía sospechar que pronto también indagarían sobre qué jodido color de ropa interior estaba usando y por qué.

Era una especie de sutil interrogatorio al cual siempre lo sometían sin poder objetar nada al respecto; ya que de hacerlo, ellos se pondrían más insistentes y fastidiosos, y Sehun no quería lidiar con una madre preocupada y un padre enfadado por el comportamiento inmaduro de su hijo de diecisiete años. Así que respondía sus inquietudes y desarrollaba la charla como si en verdad disfrutara de ello, aunque solo quisiera regresar a su habitación y dormir hasta finales de diciembre. 

―Por cierto, hoy tengo una fiesta ―dijo antes de levantarse, recordando el motivo por el cual el día anterior había pasado dos horas hablando con JongIn al teléfono. El moreno lo llamó tras salir de clases, algo que era un tanto ridículo porque habían compartido toda la mañana en el instituto y hubo tiempo de sobra para que le compartiera el sinfín de dudas que tenía sobre el vestuario que iba a usar.

«¿Crees que algo de color negro se me vería bien? ¿O algo blanco? ¿Qué hay del blanco? Pensé en una playera sin mangas, pero luego recordé que quería estrenar mi nueva chaqueta de cuero y supongo que no combina, ¿verdad? ¿Qué dices? ¿Y si olvido la chaqueta y voy solo con unos jeans oscuros y una camisa a cuadros?» ―Fue una de las conversaciones más divertidas que había tenido con el moreno y Sehun terminó por reírse de su estúpida indecisión y lo acusó ser peor que una mujer preparándose en su primera cita. Era sabido que lo que sea que eligiese le iba a sentar de maravilla.

Tras haber acabado con el ritual matutino, dedicó la mitad de la tarde a navegar sobre un montón de ropa que había lanzado fuera del armario. Nada lo convencía.

«¡Joder!¿Por qué no podía decidirse?¡JongIn lo había contagiado!»

Sehun siempre había sido una persona muy confiada en su aspecto. Cuidaba su imagen a rajatabla y jamás vacilaba a la hora de escoger algo tan simple como un pantalón y una camiseta, pero ese sábado dio tantas vueltas que hasta se sintió abrumado.

Hablas mucho 🤐 ::  KaiHunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora