Capítulo Cuatro

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Me costaba reconocer quiénes estaban a mi alrededor, pero de algo si estaba segura, y es que eran muchos, tanto que me sofocaban. Podría jurar que me faltaba el aire, no podía respirar.

-¿Qué...?- Traté de decir, pero una fuerte punzada me hizo llevar ambas manos a mi rostro. Podría cambiar de cabeza con alguien más en este momento para no tener esta horrible sensación, si es que eso se pudiera hacer. Parecía que en cualquier momento iba a estallar.


-Tuviste una sobrecarga de poderes generada básicamente por... tus nervios.


Pestañeé varias veces hasta que conseguí abrir los ojos. Después de unos segundos se fue formando una figura muy cerca de mí, fue entonces cuando divisé al responsable de la respuesta que me acababan de dar. Sentado a mi lado derecho estaba un alto chico de ojos azules. Parecía tener la misma edad que yo. Tenía un corte de cabello que permitía que se le notaran las suaves ondas de su cabello rubio cenizo oscuro.

Muy cerca de él aprecié a otra persona que jamás había visto. Se trataba de una blanca chica, quizá podría ser contemporánea conmigo. Sus ojos eran de un verde intenso con destellos azul oscuro. Lucía una larga melena lisa y rubia que le llegaba casi hasta la cintura.

Vislumbré a mis hermanos también, dispersos por la habitación. Estaban todos menos el menor, George. Recorrí con la mirada a cada uno de los presentes, de repente vi otras dos altas figuras que no reconocía, jamás las había visto. Eran dos jóvenes que estaban un poco más lejos de la cama. Ambos eran más altos que la rubia, aunque uno de ellos era de piel más bronceada que el otro; uno de ellos tenía cabello marrón y sus ojos grises, mientras que el otro tenía el cabello negro y ojos de color verde.

-¿Quiénes son...? ¿Quiénes son ustedes?- Traté de detallarlos nuevamente, me resultaban muy familiares, aunque no los había visto antes.

Los cuatro extraños intercambiaron miradas ante mi observación, la verdad es que no tenía ni idea de quiénes eran.

De repente, George entró en la habitación corriendo con un vaso de agua, llegó con tanta velocidad que tropezó con sus pies, pero al momento en que el agua le iba a caer encima, el chico de cabello marrón detuvo el líquido con un ligero movimiento de sus manos. El otro de ojos verde lo aplaudió.


-Buen trabajo, Jude.- Siguió generando ruido con sus manos.- George, para la próxima le pondría más atención a tus pisadas... si yo fuera tú.- Sonrió.


Mi pequeño hermano sonrió con timidez, y acto seguido se rascó la parte de atrás de su cabeza, esa era su manera de mostrar de cierto modo que estaba muy nervioso. Todos en la habitación rieron con naturalidad, como si se conocieran de toda la vida. Si en mi mente no estuviese repitiéndose una y otra vez la escena que vivimos antes de desmayarme, entonces podría jurar que estaríamos hablando de otros atacantes.

Apreté los ojos. Algo no andaba bien. ¿Por qué tanta confianza entre mis hermanos y estas personas si hasta hace poco querían aniquilarnos?

-No, no, no. Esperen...- Me levanté deprisa de la cama y los señalé.- ¿Quiénes son y qué demonios le han hecho a mi familia?

-Kathe, todo fue un mal entendido. Ellos...


Negué con la cabeza de inmediato al escuchar aquello. ¡Qué rayos pasaba!


-Dijeron que venían por mí.- Interrumpí a Angel.- No puede ser...

-Sí, realmente veníamos, mejor dicho, aún venimos por ti. Tenemos que irnos.- Me dijo el chico de ojos azules que seguía sentado en la cama hablando con tranquilidad, incluso más de la que estaba acostumbrada a percibir en las personas.

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⏰ Última actualización: Aug 04, 2022 ⏰

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