Capitulo 2.

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Amy era una chica muy guapa. Estatura normal, mas o menos rozando el 1.60, peso normal, aunque estaba un poco delgada. Unas curvas muy sexys y con una cara preciosa. Ojos claros como la miel, cabello rizado y como el chocolate de color. Unas largas pestañas adornaban sus ojos y unos carnosos y marcados labios conjuntaban sus dientes. Para tener 19 años era muy madura. 

Había dejado sus estudios para centrarse en su carrera como modelo de fotografía. No podía desfilar en las pasaleras ya que su altura no se lo permitía, sin embargo, posando para la camara era la mejor.

[NARRA AMY]

Me levanté un día cualquiera, hoy tocaba sesión de fotos para variar. La verdad es que me gustaba por lo que no me puedo quejar. Salí de mi cama y puse rumbo al cuerto de baño del final del ancho y largo pasillo de parquet. Al llegar al baño encendí mi Ipod poniendo música mientras me adentraba en la ducha para un rato de relax. 

Salí de esa deliciosa ducha. Me pusé esto ( http://www.polyvore.com/outfit_14/set?id=81942097 ). Iría cómoda ya que después debía hacer algunos recados. Sequé mi pelo al natural, después en el make up me maquillarían y arreglarían para las fotos. Cogí lo necesario de mi casa y lo puse en mi bolso. Una vez todo listo y habiendo desayunado puse rumbo en mi porsche hacia la agencia.

Allí me recibieron como simpre, muchos besos, saludos y apretones de manos. Hicimos algunas fotos y más tarde me dijo la fotógrafa que se tenía que ir, así que me daba la tarde libre. Perfecto. Era jueves por lo que significaba que hasta el lunes no volvería al trabajo.

Salí de la agencia y puse rumbo al centro comercial mas cercano. Necesitaba comprara algo de comida. La nevera de mi casa estaba en las últimas. Entré por la gran puerta de cristal. Fui directa al supermercado, no quería pararme en las tiendas, por que si no sabías que no saldría de allí. 

Una vez hice toda mi compra, salí a colocarla al coche. No me pude resistir así que entré a un par de tiendas. Un par de conjuntos no pueden venir nunca mal ¿no?

Entré en una de las tiendas mas caras de toda mi cuidad (Londres), aunque esta tienda es concida mundialmente, Pepe Jeans. Rebusqué entre una pila de camisetas que había a un lado para buscar mi talla. El dependiente me ayudó. La verdad, era muy patosa para ordenar las cosas. Para eso siempre estaba Harry. Él ordenaba mi casa. Pero ahora que ya no estoy con él tuve que aprender yo sola. Entré en el probador para probarme la camiseta.

 [NARRA HARRY]

Fui con los chicos a pasar la mañana por la ciudad. No podía estar siempre encerrado, tarde o temprano había de superarlo. La verdad, quería verla, quería escuchar su voz, quería...

-Hey Harry, ¿que te pasa?-preguntó mi amigo Louis sacandome de mis preciosos pensamientos a cerca de ella.

-Nada bro, solo estaba pensando.

-¿En ella?

-Si... no me la puedo sacar de la cabeza...

-Venga, una tarde de compras no te vendrá mal, se que te encanta.

Tenía razón. Me encantaba la ropa. Si fuera por mi, nunca repetiría camiseta. Me encanta comprar, desde accesorios como gorros o sombreros hasta zapatillas y abrigos. De todo un poco. Tocaba renovar mi armario. Llegava el verano y no tenía casi ropa.

Entramos en varias tiendas, yo ya iba cargado con bolsas en mis manos pero aun quería mas. Era como una especie de medicina para mi. Comprar.

Zayn y Liam se fueron a por un helado. Mientras Louis se iba, habia quedado con su chica así que nos dejo al pequeño irlandés y a mi a solas. Entramos en una tienda de las caras. No me fijé bien en el cartel de fuera pero da igual. Unos pantalones junto una chaqueta beisbolera llamó mi anteción. Cogí mi talla de pantalones al igual que la de la chaqueta y pedí paso para entrar a un probador. Estaba sacandome mi camiseta cuando oí unas voces.

-Perdone, ¿no tendría usted una talla más pequeña de camiseta? 

-Oh si claro señorita, ahora mismo se la traigo.

-Gracias, si no le importa me podría traer también unos pantalones verdes de talla 34. Muchas garcias.

Salí en seguida del probador. Esa voz era demasiado familiar para mi. Era esa voz por la que sentía demasiadas emociones juntas.  Allí la vi, esperando su camiseta y sus pantalones. Y yo sin camisa, con los ojos abiertos como platos solo pude hacer una cosa, abrir mas la boca ente mi asombo.

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