- ¡Brooklyn! ¡Pude con el viejo! - reí ante su expresión y ella igual. Sabía que hablaba del profesor de historia, el la había desaprobado y tenía que hacer lo posible para no llevarse la materia completa, así que estuvimos estudiando toda una semana, hasta el examen.
Sky saltó a mis brazos de repente, dándome un fuerte abrazo, en realidad estaba colgada de mi cuello, porque yo le llevaba una cabeza y media y apostaba a que sus pies estaban en el aire. La sostuve de la cintura.
Amaba estar así con ella, tal vez nunca se fijaria en mi, pero estaba seguro de que podía estar así cuando quisiera.
- Felicitaciones pequeña, creo sin duda que valió la pena toda esa semana - besé su mejilla y ella igual la mía.
- Así lo creo también, tendré algunos traumas, pero aparte de eso está bien - comentó riendo y se alejo de mi, quedando muy bajita a mi lado.
- Como hoy es viernes, ¿qué te parece ir a tomar algo después del trabajo? - bajé mi cabeza mirándola, ella me mostró su pulgar y una cálida sonrisa, aceptando - bien, ahora vamos que tenemos gimnasia - comenzamos a caminar directo hacia el campo de fútbol americano.
Me separé de ella, dirigiendo me a los vestidores. Esperaba que no estuvieran los del equipo de basquetball. Odio que me busquen problemas sin necesidad. No les tenía miedo, solo me repugnan sus actitudes con otras personas que no sean populares. Busqué mi ropa deportiva en mi pequeño casillero y camine hasta el final del vestidor, donde me vestí lo mas tranquilo que podía. Cuando estuve listo, me dirigí a la salida, pero antes de cruzar esta, escuché una voz.
- ¡Querida Brook! - sabía de quien era esa voz, Sean Stone. El idiota se estaba burlando de mi nombre - no sabía que estabas aquí - comentó esta vez con voz de chica.
- ¿Alguna vez en tu patética vida dejaras de ser tan irritante? - pasé mi mano por mi cabello, frustrado por la situación, el solo se limitó a reír sarcásticamente.
- ¡Ay! Por supuesto que no - me empujó contra la pared y se alejó viéndome con superioridad, arrugue mi nariz ya enojado.
- Dejame en paz - le devolví el empujón provocándolo - lo único que haces es buscar que te golpee - se abalanzó hacia mí, pero antes de tocarme sus amigos lo detuvieron.
- Dejalo Sean, no vale la pena - susurró Thomas cerca de su oreja, optó por asentir, se dio vuelta para irse. Pero no me pude quedar callado.
- Si mejor desaparece, todos saben que podría hacerte pedazos - dije lo bastante enojado - solo se están ahorrando el tiempo de recoger tus mierdas, porque ¿sabes algo? - me acerqué lo suficiente a su rostro - para ellos eres basura y cuando se acabe lo del niño rico popular, te desecharán como la basura que eres - susurré entre dientes, empujándolo una vez más, me di vuelta y salí de allí mientras todos estaban en silencio.
Divisé a Sky en el centro de la cancha junto a algunos de nuestros compañeros, no pude evitar sonreír al verla, sola mientras todos hablaban entre sí.
Sabía que ella no encajaba con ninguno de aquí, solo yo la conocía lo suficientemente bien, como para saber en que estado de ánimo se encuentra y lo que quiere con una simple mirada. Sé todos sus secretos, hasta los más vergonzosos. Todo lo de ella, tanto física como sentimental o lo que sea, me traía loco desde hace ya tres o cuatro años.
Ella era la única persona que podía calmarme, su presencia me relajaba. Sus suaves abrazos me tranquilizaban lo suficiente como para caer dormido. La verdad, no me imagino una vida sin Sky. Es por eso que oculto mis sentimientos, para no arruinar todo lo que construimos. El echo de perderla, me destruiría por completo.
ESTÁS LEYENDO
Prohibido enamorarse de Sky.
RomanceSkyler Peyton, una chica de dieciséis años, nada fuera de lo común. Vive una vida algo normal. Después de la escuela, trabaja en un café junto a su mejor amigo Brooklyn. Quien está al pendiente de Sky, como los mejores amigos que son. Pero el no lo...