Después de clases salí algo enfadado con los dos. ¿La razón? Se conocieron hace una semana y ya son grandes amigos, cada vez que me integro a su conversación parece no tener importancia y solo se quedan viéndome para después volver a su charla. Me están dejando al margen, no entiendo que le pasa a Skyler. De repente me cambia, ¿se cansó de mí? No lo se y no me agrada. "Dylan vendrá con nosotros todas las mañanas, me entere que vive dos casas de la mía" esa fue la gota que rebalsó el vaso, lo quiero alejado de ella y ¡resulta que vive a dos putas casas de la suya!
Caminé decidido y seguro hasta mi casa dejándolos atrás. Sentí pasos detrás de mí, se detuvieron y la voz de Skyler me hizo bufar.
- Debo contarte algo - levantó su rostro viéndome con una sonrisa, la miré de reojo y fije mi vista al frente.
- ¿Qué? - frunci el ceño - ¿por qué mejor no vas a contárselo a Dylan? - escupi sin piedad.
- ¿De qué estás hablando? - dijo confundida - es sobre el lo que tengo para decir, en fin, yendo al punto - suspiro - me invito a un karaoke mañana en la noche - comentó emocionada.
Mierda, estoy dejando que me la arrebaten de las manos. Arrugue mi nariz molesto.
- ¿Aceptaste? - baje mi vista observandola - ¿Qué tal si es un asesino y sólo te esta comprando con cosas como estas? - señale un llavero de pato que el le había dado.
- No seas idiota, claro que acepte - dijo sonrojándose - además creo que me atrae - sentí algo dentro de mí romperse.
Esto no esta pasando, no ahora y no lo voy a aceptar. Tengo que hacer algo, la estoy perdiendo completamente, cosa que me destruye de a poco. Necesito que se fije en mi, no le veo ningún resultado pero debería intentar.
- Y ¿Dylan? - pregunte de mala gana dandome vuelta para fijarme donde estaba.
- Me dijo que tenía que ir a lo de su abuela - comentó con simpleza.
Seguimos nuestro camino hasta mi casa tranquilamente... A quien engaño, había un incomodo silencio entre nosotros. Me despedí de ella y entré arrojando mi mochila en el piso. Prendi la televisión buscando algo entretenido para ver y me eché en el sofá estirando mis piernas en el suelo mientras mi cabeza caia sobre el respaldo. Pasaron los minutos y se escuchó la puerta principal abrirse, era mamá. Me sonrió dejando su bolso a mi lado.
- ¿Ya comiste? - preguntó desasiéndose de sus joyas y zapatos.
- Si, en la escuela - respondí recibiendo una sonrisa de su parte.
- ¿Hoy trabajas? - volvió a preguntar interrumpiendo mi atención hacia el partido de fútbol americano, ya estaba irritandome.
- Si y traeré algo para la cena - comenté mientras agarraba el teléfono y marcaba el número de mi pizzería favorita, pidiendo una pizza, obvio.
Al cabo de treinta minutos el timbre sonó, camine perezosamente hasta la puerta abriéndola y encontrandome con una chica.
- Veinticinco dolares y no acepto números de teléfono ni coqueteos - dijo burlona mientras sacaba una caja de pizza del bolso rojo.
- No te preocupes - comenté riendo y le entregue el dinero, tomando entre mis manos la pizza - gracias y adiós - me saludó con la mano y se alejó.
Azote la puerta de una patada y deje la pizza arriba de la mesita del salon. Abrí la caja y enseguida me llevé a la boca una rebanada de pizza.
- ¡Má! - grite llamándola para comer, bajo las escaleras y se sentó al lado mío comiendo también.
_______Ya me encontraba en la cafetería cumpliendo mi turno. Hace media hora Skyler debía haber llegado pero no había rastro alguno de ella.
- Ey, ¿dónde esta tu amiga? - Chloe se sentó junto a mi observandome.
- Lo mismo me pregunto - solté una pequeña carcajada falsa.
Todo esto es un poco estresante. Ahora además de lidiar con mis sentimientos debo estar al tanto de Dylan.
***Disculpen mis errores***
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Prohibido enamorarse de Sky.
RomanceSkyler Peyton, una chica de dieciséis años, nada fuera de lo común. Vive una vida algo normal. Después de la escuela, trabaja en un café junto a su mejor amigo Brooklyn. Quien está al pendiente de Sky, como los mejores amigos que son. Pero el no lo...