1.Un nuevo hogar.

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Narra ______:
Me encontraba desayunando entre los niños del orfanato, todos tan parlanchines y felices. Pero yo no, estaba sola en una mesa, no terminé de desayunar y guardé un poco de pan en mi bolsillo. Me levanté y fui a mi habitación.
Abrí el closet que compartía con los demás niños y me agaché.
-¡Wilson!-susurré y un cachorrito salió del armario y empezó a saltar, saqué el trocito de pan y lo dejé en el piso.
Esperé a que se lo deborara y lo volví a encerrar.
-¡Abby!¡Abby!.-la alarmada voz de mi monja preferida me asustó.
Pues, me decían "Abby" porque de pequeña odiaba las abichuelas.
-¿Qué sucede?-le pregunté preocupada por el tono de su voz.
-Vinieron a buscarte.-exclamó, estaba feliz. Mi rostro se palideció.
-¿A mí? .-pregunté para confirmar.
-así es.-dijo y asintió.
Caminé junto a ella, estaba nerviosa, mis rodillas temblaban.
Empecé a morder mi labio inferior, costumbre que hacía cuando estaba muy nerviosa.
Entré a la oficina principal de la madre superiora y allí se encontraba una mujer, con su cabello un poco despeinado.
-¡oh!.-se paró al verme y me abrazó. Correspondí un poco extraña a su acción.
-Ella es _______.Pero le decimos Abby.-dijo sonriente la monja.
-Ella estará segura conmigo.-habló la mujer.
-Claro, su familia la protegerá.-Aseguró la monja que me había ido a buscar.
-¿Es mi...madre?-pregunté en un susurro a la madre superiora.
-No Abby, ella es tu tía Roser.-me aclaró.-Ve a buscar tus cosas.-dijo y asentí.

Me marché y busqué todas mis cosas, las metí en una valija.
Un gruñido por parte de Wilson me asustó. ¿Cómo lo llevaría?.
Lo cargué y lo metí en la valija junto a la ropa.
Tomé mis cuadernos y libros y los metí en la mochila que tenía.
Volví hasta donde estaban y la señora, ella me tomó la mano y caminamos hasta la salida del orfanato.
Por fin me marchaba de ese espantoso lugar.
"Roser" paró un taxi y me ayudó a guardar las cosas en el portaequipaje del auto. Pobre Wilson.
Intenté memorizar las calles pero no pude. Llegamos a una enorme casa y bajamos las cosas, ella le pagó al taxista mientras que yo caminaba a la entrada.
-Bienvenida a tu nuevo hogar.-dijo y abrió la puerta.
-Gracias.-dije y pasé.-Pues tengo una mascota.-le mencioné y abri la valija.
Wilson salió disparado de adentro.
-Aquí lo cuidaremos.-habló y asentí.
-Se llama Wilson.-le avisé y sonrió.
-Ven, te enseñaré tu habitación.-me guió por una escalera. Subimos y en la planta alta había una hermosa recámara, como la que nunca tuve. -Iré a preparar la cena, enseguida llegarán tus primos.-avisó y la vi.
-¿Tengo primos?-pregunté un poco dolida.
-Sí, Marc y Álex.-respondió y salió de la habitación.
Me senté en la cama y comencé a llorar como una tonta.
Tenía una familia de la cual me habían privado sin siquiera preguntarme.
Sequé las lágrimas y cargué a Wilson, quién me veía de lado.
Escuché el sonido de una puerta abrirse y muchas risas. Decidí no bajar hasta que me vinieran a buscar.

La puerta de la recámara se abrió y un chico alto y un poco delgado me sonrió.

-Ya está la cena, baja a comer.-dijo y asentí.
Bajé pero Wilson anticipó mi llegada con su carrera.
Aprecí y me senté en el lugar que quedaba vacío. Estaba nerviosa.
-¡La comida!.-exclamó mi tía y depósito una bandeja en el centro de la mesa. Parecía pollo.
-¿Cómo te llamas?.-preguntó el hombre en la punta de la mesa.
Parecía ser el padre de ambos chicos.
-______, pero me dicen Abby.-le comenté.
-Pues, espero que te sientas a gusto.-dijo.- Yo me llamo Juliá, y soy padre de Alex.-me señaló a él más alto.- Y Marc, el mayor.-me los presentó y asentí.
-Gracias.-dije, en voz baja.
Wilson libró un ladrido y Marc, si no me equivoco, lo levantó y po puso en sus piernas.
El resto de la cena pasó un poco menos tensa.
Terminaron de comer y los chicos se marcharon. Juliá fue hasta la sala de estar, ayudé a Roser a recoger los platos de la mesa.
Estaba por fregarlos pero mi tía me detuvo.
-Yo lo hago cariño, vé y date una ducha.-recomendó y asentí.
Tomé a Wilson entre mis manos y lo llevé a mi habitación, ya que no quería que causara daños.
Mi habitación tenía baño propio, esto era demasiado para mí.
Me duché, pero cuando salí mi mascota no estaba.
Me envolví en la toalla y seguí los ladridos de Wilson.

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¿A dónde la llevaran los ladridos?
Omgg! Porque no se viste primero xD

Bienn, en multimedia les dejé una imagen de wilson, la habitación y rayiss ah! Y marc aunque a él ya lo conocen.
Comenten y voten! GRACIAS POR LEER.
《TeaMMarc》

93 Días contigo| Marc Márquez y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora