12-Ellos

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Desperté para ir a la que sería mi nueva escuela, tenía que coger tren, así que mi padre me lleva a la estación camino al trabajo, llevo el uniforme que está compuesto por, una falda escocesa roja, una camisa blanca, una corbata negra y una americana del mismo color, los zapatos los podías elegir tú.

Mi padre me dejo en la estación de tren, entre y compre un billete, tuve que utilizar el traductor del móvil para poder comprar el maldito billete en la maldita máquina.

Mientras buscaba el andén donde salía el tren que tenía que coger, vi como unos chicos molestaban a un pobre niño, dude en si acercarme o no ya que no tendría como comunicarme, pero al ver que el niño empezó a llorar mis piernas se movieron solas.

-Pardonner, ¿se puede saber que estáis haciendo?-Seguro que se reían de mi al ver que no savia francés, dios en qué momento se me ocurrió acercarme. -Désolé, je ne comprends pas ce qui est dit-el chico moreno me miro con cara seria, y debí tener cara de tonta o algo porque al rato se puso a reír.-Lo siento, no he podido evitar hablarte en francés al ver que no sabías, no te metas en asuntos de mayores. -¡¡Serás cabron, hablas perfectamente el castellano!!-grite sin pensar, y todo el mundo me miro, me moría de vergüenza pero gracias a eso el niño pudo salir corriendo. -Jajajaj, deberías haberte visto la cara, si fuera tu correría. -No os tengo miedo no pienso correr. -Lo digo porque perderás el tren que te lleva a la escuela, enana. Como tubo los cojones de llamarme enana, seguro que teníamos la misma edad o casi, no se le veía tan mayor. -Mierda, y aun no sé qué andén es.-mire a derecha e izquierda pero no avía ningún tren estacionado. Una voz masculina anuncio algo que no llegue a entender y de repente vi como llegaba un tren y en segundos todo quedaba casi vacío. -Ese era tu tren, enana- me dijo el chico que por mi desgracia aún no se avía ido. -Mierda, ¿y ahora que hago?-me pregunte a mí misma. -Yo te puedo llevar, pero no te saldrá gratis. No savia que hacer, al final acepte y deje que ese tío me llevara. -Está bien, pero, ¿que quieres a cambio? -Tu número. -¡¿Que?! -Ya as oído, me das tu número o no te llevo.Intente darle un numero falso pero el comprobó y al ver que no era mío me iba a dejar ahí sola, al final le di mi verdadero número de móvil y salimos fuera de la estación. -¿Dónde están tus amigos? -Ya se abran ido, quien sabe. -Aah Se paró al lado de una moto y me dio un casco, se subió y arranco. -¿Vas a subir o no? -Voy, voy Y me llevo hasta la Rue de la Paix, justo en frente de la escuela, me baje y le agradecí. Vaya inicio de curso, el día en clases fue horrible, no entendí casi nada y encima mi padre se rio cuando le conté mi fastidioso día, saltándome algún detalle, como el misterioso chico.Mi padre decidió apuntarme en clases de francés, pero como las academias estaban llenas me dijo que ya le preguntaría a algún compañero del trabajo a ver que podíamos hacer. Me tome un baño y empezó a sonar mi móvil. -Hola enana, ¿me recuerdas? -Dios, déjame en paz. -Jaja, ¿qué haces? -Tomarme un baño así que adiós. -¿Puedo ir a hacerte compañía? -Obviamente no, eres un maldito pervertido. -Bueno, bueno, viendo que no estas de humor por hoy te dejo tranquila, nos vemos mañana preciosa-y colgó. Después del baño me fui a dormir, me avía llamado preciosa, era la primera vez que no me llamaba enana. Al rato me sonó el móvil y creí que era el otra vez, pero al mirar la pantalla vi que era Adrián. -Hola princesa, ¿va todo bien? Hoy no te has conectado. -Sí, sí, no te preocupes, es solo que estoy muy cansada y me iba a dormir. -Lo siento no quería despertarte, hablamos mañana que descanses, te quiero hermosa. -Mañana te cuento, buenas noches, besos- colgué. Y finalmente acabo el día.

Por suerte empecé las clases un viernes y el sábado era festivo así que me levante a las once de la mañana, mi padre me llamo a las doce para decirme que el hijo de un compañero suyo iría por la tarde a darme clases, se ve que ellos también eran de España y vinieron a vivir aquí hace mucho, así que me podrá enseñar fácilmente.

Después de comer las sobras de ayer y lavar los platos me puse en Skype para ver si mis amigas y Adrián estaban conectados, no obtuve suerte. Después de un par de horas se escuchó una moto y el timbre, baje para abrir y vi al chico de ayer, pero no venía solo.

-Hola, yo soy Eric tu profesor particular, y él es mi hermano mayor, Alex.

-Encantada, yo soy Nicole.


Solo soy yo mismaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora