Capítulo 3

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Skylar:

Para ser honesta no sé por qué de la nada se me ocurrió invitar a Oliver a salir conmigo, tal vez era el hecho de que tenía algo de compasión por el. También me sentía culpable por lo que le había dicho de su enamoramiento con Elizabeth; debería saber que esas cosas no se dicen en un funeral pero como siempre el poco tacto que tenía con los sentimientos hacia las demás personas salía a la luz.

Iba caminando junto a él y podía ver que su mirada perdida estaba siempre en el camino, nunca desviaba su mirada hacia otro lado. Tal vez estaba sufriendo mucho por la muerte de ella y no lo culparía; de alguna manera yo también la iba a extrañar pero tal vez yo no lo demostraría y no le daría mucha importancia mientras que el, se podía notar que ya estaba algo dañado o destruido por lo que había pasado.

Había pasado apenas 3 días desde su muerte y ya tenía unas bolsas moradas bajos sus ojos, resultado del poco sueño que ha tenido. Yo también tenía lo debía de admitir, no podía conciliar el sueño por su muerte pero en mi era diferente mi estado de casación o sin importancia a la vida era algo común en mí; en él era algo realmente inusual porque siempre desde niño ha sido una persona pasiva y feliz a pesar de que perdió a su madre hace algunos años pero sigue sonriendo o al menos era a si hace unos días.

Creo que la verdadera razón por la que lo invite es para que sepa que si le pasa algo puede acudir a mi, porque yo sé cómo se siente sentirse podrido y muerto por dentro, aunque yo pase por esto sola quiero que sepa que él no está solo.

Al fin llegamos a una cafetería y nos adentramos a ella. Buscamos una de las mesas que estaban al final que daba una vista perfecta a una ventana. Nos mantuvimos en silencio hasta que llego la mesera y pedimos unos cafés; nos quedamos en el silencio habitual y realmente no lo obligaría a hablar si él no quería, creí que necesitaría tiempo para hablar sobre la muerte de ella y yo se lo daría porque se que si quería hablar de ello lo haría.

– ¿Skylar? – lo vuelvo a ver y está llorando

– ¿Qué pasa? – digo con el tono de voz más dulce que puedo.

–La extraño– y empieza a sollozar, yo solo me limito a darle palmaditas porque realmente no se hacer, nunca nadie me ayudo cuando yo estaba triste o cuando me sentía mal apartando el hecho de que había perdido la empatía hace mucho tiempo.

–Shhh– le digo para calmarlo– Es normal, solo déjalo salir.

– ¿Pero por cuándo tiempo? – Me voltea a ver y miro sus ojos inyectados en sangre – ¿Cuándo va parar todo esto? Este dolor que siento.

– No lo sé– digo de la manera más honesta que puedo– Pero todo mejorara, ya verás.

El siguiente llorando mientras que yo solo veo los transeúntes de la calle y vuelvo a mirar a Oliver y solo me pongo a pesar que siempre las personas débiles terminan sufriendo, es como la ley de la vida, los seres superiores aquí los fuertes sobreviven antes los seres inferiores que en este caso serían los débiles. Es así de simple, para sobrevivir a la vida uno tiene que ser fuerte. Como si fuera la ley de Darwin.

Después de un buen rato él se calma y se toma su café y yo hago lo mismo, pagamos la cuenta y salimos a la calle para ir directo a nuestras casas.

–Gracias por eso– me dice cuándo vamos a mitad de camino.

–No hay de que– digo con una media sonrisa.

–Realmente lamento que tengas que haber soportado eso.

–No importa, se que te sientes mal y no te culpo– miro hacia mis zapatos– Yo también la extraño, lo digo en serio.

–No parece.

–Si, bueno con el tiempo he aprendió a no demostrar mi dolor ni mi alegría.

–Desearia aprender a hacer eso.

–Si quieres yo te enseño– digo dándole un golpecito en la espalda– Aunque si luego te vuelves algo inhumano déjame decirte que eso es algo normal– digo con una sonrisa.

–No eres inhumana.

–Eso dices tu.

–No de veras, si fueras tan inhumana como tu dice que eres, no me hubieras consolado y no te hubiera importado como me sentía en el funeral.

Tiene razón en lo que dice pero para ser sincera cuando lo vi salir corriendo del funeral sentía que una parte de mi pobre alma se quebraba, tal vez fue por los lazos que compartimos cuando éramos niños.

No digo todo eso, en cambio me quedo en silencio un buen tiempo hasta que finalmente llegamos a nuestras casas.

El solo me voltea a ver con una pequeña sonrisa. No había visto su sonrisa desde hace mucho tiempo

–En serio gracias por todo eso.

–No hay de que– digo de manera inexpresiva y sin darme cuenta envuelve sus brazos en mi cuello y me abraza.

No había recordado cuando tiempo había pasado desde que Oliver y yo habíamos estado tan cerca el uno del otro. Tal vez hace no se ¿10 años? Pero había extraño tanto su cercanía y su aroma que no había cambiado casi nada y le devuelve el abrazo, lo cual es algo raro en mi porque hasta el mismo Dios sabe que el contacto y lo sentimientos humanos me repugnan.

Nos soltamos después de un tiempo.

–Nos vemos– se limita a decir.

–Claro, digo es obvio que nos veremos porque somos vecinos– El solo sonríe y lo veo dirigirse a su casa mientras yo voy hacia la mía.

Subo las escaleras rápidamente, me acuesto en la cama y empiezo a llorar. A pesar de que Oliver había aliviado un poco del dolor que tenía adentro de mí, sentía un poco de culpa por la muerte de Elizabeth.

Porque de alguna manera si hubiera sido prudente ella estaría aquí con vida y la pobre alma de Oliver no estaría rota y todo es mi puta culpa.

Porque el día antes de su muerte cuando llegó a mi casa llorando no hice nada por decirle que se quedara y por ende mi maldita irresponsabilidad hizo que muriera.

N/A:

Se que por el momento este capitulo no tiene mucho sentido pero con el proximo capitulo tal vez entenderan.

Por cierto he escrito este capitulo por falta de internet, estaba aburrida y b


Would you still be thereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora