capítulo 17 : Sin palabras

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Cap 17: Sin palabras

Sus ojos color miel se abrieron de par en par.

-¿BETH?- dijo indignada y frustrada tratando de liberarse del agarre de Alex. Quien la soltó al instante.

-¿IRINA?- grito boquiabierto y perplejo sin dejar de ver a la rubia fijamente para percatarse de que no estaba soñando.

-¿CÓMO QUE OTRA VEZ?- se retiró del cuerpo del castaño de golpe molesta, bien, la idea había sido un fracaso total.

-¿QUÉ ESTABAS TRATANDO DE HACER?

-¡Alexander, yo pregunte primero!- refunfuñó cruzándose de brazos con la respiración agitada.

-En serio ¿quieres discutir eso? ¿JUSTO AHORA QUE ESTOY TERRIBLEMENTE COFUNDIDO?- Alex respiro hondo y cerro sus ojos para volver a abrirlos y sonreír- ¿Estás jugándome una broma verdad?

Esa última pregunta había sido fuego sobre el corazón de la chica ya estaba bañado en gasolina, Irina agarro el brazo de Alex y lo empujo a la cama haciéndolo sentarse en esta duramente, obligándolo a levantar su cabeza para verla. Conocía esa mirada, Irina hablaría en serio y sin titubeos, no podía negar que esa mirada seria siempre la había hecho lucir más madura y seria e innegablemente atractiva.

-No, no estoy bromeando- dijo sin bajarle la mirada en ningún momento, por lo cual la sonrisa sobre el rostro del chico de ojos azules fue borrada.

-Iris...tú no eres la clase de chica que haría ese tipo de cosas, es decir, lo esperaba de Beth. Pero, no sé, no entiendo lo que sucede- no había duda alguna de que Alex estaba ahogándose en sus dudas- ¿Por qué trataste de...?- la preguntas fueron abruptamente interrumpidas.

- Porque no quiero perderte, no ahora que en verdad siento que estoy siendo finalmente correspondida. ¿No has pensado en lo frustrante que es vivir al margen del Huracán que tienes por corazón? ¿Lo doloroso que es soportar tu vaivén con La Capitana y conmigo misma? ¡Estoy cansada! ¡Cansada de temer que el tiempo que tienes conmigo se convierta en un itinerario en que te repartes entre cada una!

-Lo sé, soy seguramente el ser más inútil en este barco y no se usar un arma o manejar un navío, soy molesta, pedante, problemática y no he muerto aún gracias a ti- suspiró pesadamente- Pero no quiero esperar siempre tras una puerta con la incertidumbre de si serás tú quien la abra o no, ¿Quieres que tome un arma? ¡Está bien! La tomaré ¿Quieres que deje de depender de ti para todo? Entonces dejaré de hacerlo, ya estoy aquí, no importa cuanto lo odie, es un hecho y tú eres todo lo que tengo Alex y si estoy contigo no necesito absolutamente nada, porque entre tú y mi antigua vida te prefiero a ti...siempre a ti.

Irina no dudo de ninguna de sus palabras y todas estas tomaron por sorpresa a Alex, quien extrañamente no la había interrumpido.

-Irina tu....-Claramente la sorpresa no había abandonado el cuerpo de su huésped, sus pensamientos no solo eran un torrente de incógnitas sino también un mar de momentos en que estaba junto a aquella chica que tenía frente a él y todo fue tan claro como el agua de aquella laguna en que solían nadar de niños.

-Te amo- fueron esas las palabras que articularon los labios de ella, con una mirada totalmente sincera, a la espera de que así sea una palabra saliera de la boca de Alex. Sin embargo, este se limitó a mantener silencio, se torturó mentalmente, ¿Cómo es que todos estos años jamás lo notó? Siempre había pensado que Irina lo veía a él solo como una amiga, puesto que así la veía el ¿o no?

Alex retiró su mirada de ella y quizá esa era la repuesta que él le daría siempre, el silencio.

La estancia se tornó incomoda y sofocante, aquellos ojos miel que alguna vez reflejaron esperanza estaban inundándose de lágrimas y la chica salió de la habitación sin permitirle a el castaño observar su sal recorrer aquellas rosadas mejillas, que ahora estaban de un color pálido y nostálgico.

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