PRÓLOGO

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Allí estaba yo. Tirada en la acera de la calle, justo de bajo de esa rampa que siempre odiaré.

Quería levantarme, quería chillar y salir corriendo hacia mi casa para contárselo a mis padres, pero había algo que me lo impedía. Lo llaman "miedo". Sí, miedo. Miedo a que siguieran haciéndolo, miedo a no poder salir nunca más de mi casa, miedo a que no pararan jamás de los jamases, miedo a que se unieran todos. No conseguía ver bien lo que pasaba, sólo sentía dolor físico y también psicológico. ¿Quién podría esperarse esto? más bien dicho, ¿por qué a mí? Justo a la chica que todos veían feliz, con una sonrisa todos los días y ocultando todas esas tormentas en su mente, en su cuerpo.

Otra. Otra patada más, otro puñetazo más. Otra vez. Y otra. Intenté parar todos esos golpes, pero era imposible. Tres chicos contra una chica. Una chica que sólo podía pensar en que todo saldrá bien, en que alguien vendrá y les hará parar, en sonreír y ser feliz. Pero eso no podía ser posible, solo salía de ella sangre y lágrimas. Podía oír todas esas risas y esas burlas diciendo "Sufre gorda." "Mira la, como llora jajaja." Todas parecían ser de chicos, pero de repente se oyó una voz bastante más aguda a las del resto que decía "Esto te pasa por ser tú." y se fueron. Desaparecieron de repente dejando marca para siempre de estos minutos que habían pasado como horas, semanas, incluso meses. Pero para mí, eso fue lo de menos. Lo más importante y curioso era este pensamiento que por mucho tiempo me perseguía: ¿Será cierto que eso pasó por ser yo?

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¿Queréis que empiece los capítulos? Comentad:)

Heridas de la sociedad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora