Capítulo 1: Todos/Una nueva mudanza.

149 6 0
                                    

CAMILA POV:

2 días después:

Camila tenía la cabeza ligeramente apoyada en el asiento trasero del auto mientras los adultos discutían a un lado de la carretera. De repente, notó la mano pequeña de su hermana llamarla enérgicamente. Lanzó un suspiro, intentando plantar una sonrisa en el rostro antes de voltearse.

- ¿Qué ha pasado con los demás? -Los ojos de Sofi estaban empañados debido al llanto de las últimas horas.

- No lo sé, Sofi, pero los encontraremos -Acarició suavemente su mejilla y le pidió que durmiera un rato mientras la ubicaba en su regazo. "Solo espero tener razón", dijo para sus adentros echándole un vistazo a sus padres que hacía rato discutían fervientemente con la señora Williams.

Era un panorama desolador para cualquiera que lo viera desde afuera y no parecía tener solución.

No podían regresar porque el pueblo había sido saqueado y probablemente a esas alturas estaría ocupado por los nazis: solo quedaba continuar moviéndose hasta estar lo suficientemente seguros.

Camila odió que esa fuera su única opción viable; se hallaba harta de huir. Hubiese preferido hacerles frente y patearles el trasero para que dejaran de matar vidas inocentes pero no tenía las herramientas para lograrlo. Si tan solo recibieran ayuda de Estados Unidos...

Lo último que necesitan es involucrarse en otra guerra, se encontró pensando, contrariada.

En la última hora logró no pensar en Lauren; el solo hecho de hacerlo, le cortaba la respiración y notaba cómo sus manos comenzaban a temblar. Tenía que creer que había logrado escapar junto a Clara, Sophie, el señor Williams e incluyendo a Joseph. Por más que el chico quisiera quedarse a salvar a las demás familias, tenía que reconocer que estaba en inferioridad de condiciones, que era una batalla perdida de antemano. No podía ser tan idiota de creer que realmente tenía una posibilidad... ¿Y si otra bomba hubiera alcanzado a la familia? No. Camila no podía pensar en eso.

De repente, su padre golpeó el vidrio del coche y la obligó a salir del ensimismamiento de sus pensamientos. Notó que la respiración volvía a fallarle.

- Padre, ¿Qué sucede? -La voz no llegó con claridad al finalizar la oración. Él sencillamente sonrió para tranquilizarla.

- Tenemos un lugar a donde ir -Alejandro hubiera querido explayarse más, aunque se dio cuenta que toda la situación lo tenía más estresado de lo que pensaba.

- ¿A dónde? ¡No, no podemos! Tenemos que buscar a Lauren y la familia Williams -Camila alzó la voz sin darse cuenta que terminó en un grito. Padre la cayó porque Sofi aún se encontraba durmiendo.

Y sin escuchar sus reclamos y llanto incluido, partieron hacia Bristol, al noroeste de Bournemouth donde se hallaban.

La cabeza de la chica estaba a punto de estallar; necesitaba hablar con Lauren, necesitaba saber que también se dirigía hacia Bristol, y lo más importante: saber que se encontraba a sano y salvo.

Resultaba que la señora Williams tenía algunos tíos en la ciudad y podrían acogerlos el tiempo suficiente para volver a ordenar su vida. Camila esperaba que eso no incluyera hacer el supuesto duelo por las pérdidas de los otros, que como parecía afirmar fervientemente la señora, tenían que acostumbrarse a dichos cambios.

Era la tercera vez que se mudaban desde que comenzó la guerra, estaba harta de huir.

Recordé el primer día que nos conocimos en el establo, donde ella me comentó que escribía y entonces sonriéndole como si fuera lo más obvio del mundo le respondí que tocaba la guitarra y podríamos componer canciones juntas. ¡Cuánto quisiera que estuviera aquí y poder tocar algo!

POV Lauren:

Entorné los ojos porque la luz del atardecer me pegaba directo en el rostro; sentí que una mano me jalaba, intentando traerme a la realidad. Poco a poco, me fui acostumbrado al panorama que se me presentaba y cuando me llevé una mano a las mejillas noté que estaban húmedas. Nuevamente había estado llorando.

La mano de Sophie continuaba tirándome, como si quisiera decirme algo pero las palabras parecían cortadas por el clima árido y devastador que nos rodeaba.

Abrí la boca solo para comprobar cuán resaca la tenía.

- ¿Hace cuánto que estás despierta? -Pregunté, frotándome la cabeza. Ella suspiró y se levantó del sillón para barrer con la mirada la sala de estar.

- No lo sé. ¿Una hora? Quizá más -Cogió unas botellas de agua, tendiéndome una. Le agradecí asintiendo en silencio-. Padre y Clara se han ido hace un rato y desde que escuché el ruido de la puerta, no he vuelto a pegar un ojo.

- Volverán, quédate tranquila -Respondí sintiendo cómo mi corazón comenzaba a latir con violencia. No podría soportar otro arrebato de adrenalina en tan poco tiempo. Sophie se mordió el labio y volvió a echarse en el sillón, encogiéndose de modo que sus rodillas quedaron contra el rostro. A los pocos minutos, su llanto crecía en aumento sin miramientos a detenerse. Alcé la mano para acariciar su cabello mientras aquel acto automático y sencillo, me recordaba a Camila y nuevamente los ojos se me humedecían.

Volteé para comprobar que mis hermanos continuaban en la misma posición que hacía tan solo unos minutos, durmiendo como ángeles, tan ajenos al horrible momento.

Luego del estallido en la casa hacía dos días, habíamos logrado escapar a una casa en los alrededores, teniendo que dejar atrás a Joseph. Me dolía pensar que quizá estaría herido en alguna parte pero no tuvimos el lujo de permitirnos hacerlo cambiar de opinión. Fue su decisión quedarse a ayudar a los vecinos.

Esta casa parecía estar deshabitada hacía tiempo o al menos daba esa impresión; tuvimos que limpiar cada rincón para que volviera a ser un lugar habitable. Y ahora Madre y el señor Williams intentaban ponerse en contacto con la familia Cabello y la señora Williams. Sabíamos que no podrían haber escapado muy lejos. Tenían que estar en alguna parte buscándonos, salvo que les hubiera pasado algo grave pero no, no volvería a ahondar sobre lo mismo porque eso solo me traía más angustia.

Edward tenía la esperanza de encontrar alguna otra familia en los alrededores y poder preguntarles si los habían visto. Es decir, tenía que haber alguien más en todo este vasto y desolado territorio. No podíamos perder la ilusión, sino no habría vuelta atrás.

De momento, me dediqué a escribirle cartas a Camila, rezando para que nuestros pensamientos se unieran inexplicablemente y captara todo lo que estaba sintiendo.

Una vez que comprobé que Sophie se volvió a quedar dormida, tomé el lápiz y papel que había encontrado en una habitación y escribí sin parar, como solía hacerlo antes.

"Camila. Sé que te encuentras bien, es decir tengo que pensar positivo. Sé que me piensas tanto como yo lo hago y también sé que nuestro amor podrá vencer todos estos infortunios que la guerra continúa poniendo en nuestro camino. Lo sé porque de otro modo, la vida jamás nos hubiera unido, a pesar de las horribles circunstancias. Lo sé porque aprendimos a amarnos donde solo parecía haber miseria y dolor. Y lo seguiré sabiendo hasta que mi corazón deje de latir...".

De repente, escuché la puerta abrirse y solté todo para correr a abrazar a Madre. Ella simplemente esbozó una leve sonrisa. No dio alguna señal de noticias nuevas, sin embargo cuando se corrió unos centímetros pude ver a un chico que asomaba tímidamente su mirada, expectante ante lo que pudiera encontrar. Cuando nuestros ojos se cruzaron, el corazón literalmente dejó de latir y la sangre ya no fluía con normalidad por mis venas.

- ¿Thomas? ¿Qué diablos...? -Fue todo lo que atiné a decir antes de que sonriera tal cual lo recordaba y extendiera sus brazos hacia mí.

- ¿No me vas a preguntar cómo estoy o incluso darme un abrazo?


Un amor en tiempos de guerra {PARTE DOS}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora