1. "Una nueva vida"
-Mierda –dije intentando no gritar después de haberme derramado el café por encima. Subí las escaleras para coger otra camiseta de mi armario. Me puse una camiseta gris con una sudadera negra por encima y me dispuse a salir de casa cuando escuche a él gilipollas de mi hermano.
-Niñata estúpida ¿No sabes meter menos ruido? –dijo bajando las escaleras, todavía adormilado.
-¿Y tú no sabes cerrar tu puta boca? –le respondí mientras cogía mi mochila. Cerré la puerta dejándole con la palabra en la boca y me dispuse a ir a mi nuevo instituto. Nos habíamos mudado por el trabajo de mi padre y por otros motivos que prefiero no recordar. Miré el reloj de mi móvil. "Mierda" pensé por segunda vez en 10 minutos. Por el incidente con el café y la larga charla con mi hermano llegaba 15 minutos tarde el primer día de clases. Apresure mi paso hasta llegar a un edificio con unas 20 escaleras en la puerta. El edificio era de piedra gris, deprimente. Subí las escaleras para pararme en frente de la puerta. "Este es el comienzo de tu nueva vida, April" me dije a mi misma para, acto seguido, empujar la puerta.
(...)
Después de 5 minutos negociando con el profesor de secretaria para que me dijese donde estaba la clase de historia, llegué al aula número 105. Gire el pomo y di una paso en falso, para empujar la puerta de la clase y casi caerme en frente de todas las miradas, ahora fijadas en mí.
-¿Y usted es? –pregunto una señora con pelo negro, gafas, y moño muy ajustado.
-April Sellers, siento mucho el retraso. Es que, verá... -empecé a excusarme cuando alguien entró por la puerta bruscamente.
-Señor Hemmings, que grata presencia. No pensaba verle por mi clase este curso. –le dijo la profesora con una fuerte ironía.
-Ya ves Adeline, las vueltas que da la vida. –le respondió a la señora que ahora le miraba con furia e impotencia en sus ojos. El rubio desvió sus ojos azules hacia mí lo que me hizo estremecerme.
-Señor Hemmings, señorita Sellers, lamento decirles que hoy no les permitiré entrar a mi clase. Así aprenderán a despertarse antes. Un gusto conocerle señorita Sellers. Pero ahora, salga de mi clase. –Dicho esto prosiguió explicando lo que fuese mientras yo me quedaba paralizada. Un brazo agarró mi muñeca y me sacó casi arrastras de la clase. No podía imaginar cómo se pondría mi padre si se entera que me han sacado de clase mi primer día. Una vez fuera de aquella aula, volví a mí ser y me solté bruscamente del brazo que me agarraba. Sin siquiera mirarle, salí de aquel instituto lo más rápido que pude. Me senté apoyada en el tronco de un árbol. No quería ni pensar en el momento de llegar a casa. Está claro que mis padres se enterarían y estaba claro que Adam no haría nada para evitarlo. Está claro que es mi hermano, pero nuestra relación es nula.
[...]
Veía como la gente circulaba por aquellos grandes pasillos, con la intención de llegar a tiempo a sus respectivas clases. Y entre toda aquella multitud de gente de diferentes edades, estaba yo. Dirigiéndome hacia el gimnasio, a mi puta clase de gimnasia. Entré en aquellos cutres vestuarios para cambiarme y ponerme la ropa que te obligan a ponerte con el escudo del instituto. Empujé aquella puerta encontrándome con chicas de toda clase. Desde nerds, hasta las barbies.
-Pero bueno, ¿Quién tenemos aquí? –dijo una voz bastante irritante colocándose detrás de mí. No respondí.- ¿Piensas presentarte? –me giró bruscamente agarrándome del hombro, lo que me provocó un gran desconcierto.
-Por supuesto. Soy la persona con la que no vas a volver a hablar en lo que te queda de vida. ¿Te queda claro? –le dije cortante. Todas las demás chicas contemplaban la escena.
-A veces pienso que debería ser amiga de chicas como tú para enseñarles unos pocos modales. –respondió con una sonrisa mezquina.
-Yo a veces también pienso que debería meterme crack hasta no saber quién soy. Pero luego digo, uf mejor no. –y dicho esto salí de aquel vestuario.
[...]
La clase estaba a punto de terminar. Toda la hora transcurrió con tíos babosos mirándome el culo –entre ellos el rubio de la primera clase- y miradas de asco por parte de las barbies.
-Bueno, visto que no sabéis moveros una mierda, podéis largaros. –dijo la profesora sin ningún pudor. Me cambié y todas esas mierdas y cuando estaba dispuesta a salir de aquel odioso edificio, una mano impacto en mi culo.
-¿Pero tú eres gilipollas o que te pasa? –dije girándome para quedar cara a cara con aquel rubio cuyo nombre desconocía.
-No tienes mal culo ¿Sabias? –no quería pero no pude evitar sonrojarme.
-¿Por qué no te vas un poco a la mierda? –le pregunté con tono mezquino.
-Yo voy donde tú quieras preciosa –dijo guiñándome un ojo- Por cierto, soy Luke, Luke Hemmings ¿Y tú? –me fui acercando a él a modo de coqueteo.
-Luke, esto no funciona así. Te tendrás que ganar que yo te diga mi nombre. –y rocé bruscamente mis caderas contra él, provocándole una notable erección. –Nos vemos.
Y salí de allí, casi corriendo. Dejándole a merced de las miradas y las mofas de sus amigos.
[...]
Estaba sentada en la mesa de la cocina cenando un sándwich que yo misma me había preparado, ya que no había nadie en casa. Metí los platos al lavavajillas cuando alguien entró por la puerta principal.
-April, ya estamos en casa. –eran mis padres. Y supe en una simple frase, que estaban de mala gana. O al menos mi padre.
-Estoy en la cocina. –grité.
-Imagínate mi sorpresa cuando me llaman de tu instituto el primer día de clases, y me dicen que has faltado a tu primera clase. ¿En qué cojones pensabas April? –dijo casi gritando. Mi madre solo se limitaba a mirarme desde la puerta de la cocina. –Nos hemos mudado solo por ti. Para que cambiases de vida, ¿Y llegas tarde tu primer día de clases?
-Lo siento ¿Vale? –y salí lo antes que pude para subir y llorar en mi habitación. No me podía creer que me sacase el tema de mi pasado ahora, que comienzo a olvidar. Mi pasado siempre ha sido y siempre será el foco de mis pesadillas, y mi padre solo las alimentaba cada vez más.
[...]
Eran la 3 a.m. y escuché una piedra chocar contra en cristal de mi ventana. Me levanté de la cama procurando no hacer ruido y abrí la ventana dejando paso a mi hermano. Como hacíamos todas las noches desde hacía 2 años.
-Gracias. –dijo cortante y se fue a su habitación. Y me quede allí. Pensando en por que lo ayudaba a que mis padres no se enteraran en lo que andaba metido –hasta en otra ciudad ,y en otro país, conseguía meterse siempre en la misma mierda- si él nunca me ayudaba.
Desde pequeña pensé que era el odio lo que no le dejaba mostrar sus sentimientos. Y desde pequeña pensé que me quería.
ESTÁS LEYENDO
Odio. (Luke Hemmings)
Fanfiction¿Nunca te has preguntado como una persona puede escapar de su vida? Yo sí. Y muchas veces. Pero, por más que me cueste, la única opción de escapar es desaparecer. Y lamentablemente, eso no entra entre mis opciones. Mi vida es un completo desastre. C...