Encuentros

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Hasta que una noche, lo esperó.
Él pasaba a buscarla en su auto.

¡Que nervios! - recuerda.

Su panza era un festín de emociones.

Cuándo se dio cuenta estaba al frente suyo, con esa sonrisa que expandía magia para todos lados, dejando todo encandilado.

Dieron unas cuántas vueltas por toda la ciudad.

- La verdad que no le importaba dónde la llevaba si estaba al lado suyo -

La miraba,
y se miraban.

Julieta no podía sacarle los ojos de tu boca
semejante boca de labios gruesos.

Fueron los diez minutos más cortos de su vida 
pero los más largos a la vez.

No quería volver a casa, 
no quería dejarla ir.

Lo saludó, con un beso en la mejilla
y a los ojos lo miró.

Los cerró 
y acercó su boca de nuevo a la mía.

Sintió sus labios, 
su calor, 
su aliento, 
en su boca.
Y se erizó su piel.

El segundo encuentro fue mejor.

Salieron a bailar con sus amigos y los de ella.
Pasaron toda la noche juntos.
Reían, bailaban, se besaban.

Sin importarle la gente 
y el qué dirán.

Tenían sus diferencias, que las sufrían día a día
como anteriormente les conté

Él eran tan frío, 
que daba miedo seguir la conversación.

Y ella, 
todo lo contrario,
tratando de remar lo que iba en contra a la corriente.

TAN DIFERENTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora