#13 Haunted

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Capitulo 13

Unas tres copas más tarde y seis cervezas de más, Mía no sabía ni donde se encontraba. Se reía a carcajadas de las tonterías que decía Kellen. Justin estaba de morros. No le gustaba ver a Mía borracha. Ella estaba demasiado pedo, pero no lo suficiente como para no darse cuenta de según qué cosas.

- ¿Justin? – dijo sonriendo y cambiándose de sofá.

- Que. – dijo él mirándola enfadado.

- ¿Por qué te cabreas? – se sentó en horcajadas encima de sus muslos. A Justin parece haberle pasado el enfado.

Su vista se centró en las piernas de ella. Las tenía abiertas, expuestas para él, de par en par. Y pudo saber que no llevaba bragas. Tan solo su jersey. El pene le empezó a latir, deseando apartar las mal.ditas latas de alcohol de la mesa y follarla ahí mismo.
Verla desarreglada, con la piel ruborizada y en esa postura... tan jodidamente sexy, lo ponía duro, durísimo. Y Mía ni siquiera lo había tocado.

- ¿Eh? – remarcó ella besándole el cuello.

- No estoy cabreado.

- ¿Y por qué no hablas?

- No es eso... es que no me parece bien que hayas bebido tanto.

Kellen se rió.

- Dios, la gatita está caliente... - miró a Justin – y como estás tú, romanticón no me jodas que estás...

- No. – dijo Justin antes de que Kellen terminara la oración. – ni te atrevas.

Lo miró amenazante. Pero al contrario, Kellen lo miró burlón, observando la situación.

- ¿Entonces te la has tirado? Joder, mírate, estás más empalmado que nunca.

Justin bufó, sonrojándose.

- No, no me la he tirado.

Kellen hizo una cara, como si no entendiera nada. Y de verdad, no entendía nada.

- No te tengo que dar explicaciones. –Justin cogió a Mía, que miraba su erección, sonriendo y con los ojos muy abiertos.

Kellen silbó, viéndolos desaparecer en la habitación donde se alojaba Mía.

Mía besó a Justin, en un intento improvisado. Él tuvo que apoyarse en la pared, agarrando con fuerza los muslos descubiertos de Mía. Ese beso lo pilló completamente desarmado. Joder, como amaba su boca, su lengua, sus labios. Su erección se clavaba en la feminidad de Mía, y ella no hizo mucho para ayudar, al contrario, se frotó contra él, gimiendo, deseándolo...
Pero no puedo abusar de una mujer... borracha.
La tumbó en la cama. El jersey se subió, dejando ver demasiado. Hasta por encima del ombligo. Mía lo miró tan inocente a Justin... creyó que la cremallera del pantalón iba a petar. Gimió al ver la posición de Mia. Rápidamente le bajó el jersey.

- Ven aquí. – dijo Mía tirando de sus manos – quiero que me hagas el amor... - murmuró en el oído de Justin.

- No, dios mío, Mía... – escondió su cara entre su melena, olía tan bien... - Por favor, pídeme lo mismo mañana... si, ostia, quiero hacértelo, hacértelo todo, pero cuando despiertes también quiero que recuerdes cada y uno de los detalles.

Justin besó su frente. Se retiró. Mía hizo un puchero gracioso y lo cogió de su jersey, intentando que volviera.

- Pero yo voy a recordarlo... - Viendo que Justin no volvía hacia ella, puso en práctica otra cosa.

Mía se quitó el jersey y se tumbó, recorriendo con sus manos, su propio cuerpo. Las pupilas de Justin se dilataron, disfrutando de esa imagen.

- Mía ... – gimió pasándose una mano por el pelo, después de frotarse los ojos. Una nube de lujuria volvía a cubrirle la vista. La deseaba, la deseaba con todo su ser. Y nunca había sentido nada tan fuerte. Temía que aquello que Kellen había estado a punto de decir, fuera cierto.

- No me deseas... - afirmó Mía.

- Claro que sí. – Justin se tumbó a su lado y le acarició la cara – pero estás borracha y no sabes lo que haces...

- Sé muy bien lo que hago, lo que digo y lo que quiero... y lo que quiero en este momento es que me folles... dios, Justin, quiero que me cojas y me... - un salvaje beso interrumpió sus palabras.

Justin la cogió de las caderas y la apretó contra su cuerpo. Mía gimió al sentir la erección. No tardó en meter la mano en el pantalón. Justin la sintió... toda, tocándolo. Pero eso no aliviaba. Las manos de Mía sin duda, lo hacían disfrutar. Pero él... él quería sentir como la humedad del apretado se.xo de Mía lo rodeaba hasta el último centímetro de su duro pe.ne.

Pero no quería que Mía a la mañana siguiente se arrepintiera. Se aguanto las inmensas ganas de arrancarse el pantalón y penetrarla hasta el fondo, hasta hacerla gritar su nombre, como nadie nunca lo había hecho y metió un par de dedos en el co.ño de Mía. Ella se arqueó.

- Justin... - jadeó.

- Dime... - mordió el cuello femenino, impregnado del dulce olor del deseo.

- Yo no quiero... esto... - aun que las manos de Justin... eran perfectas, lo que ella quería era otra cosa.

- No puedo darte lo que quieres... - la mano de Justin se empapó. Hasta a él le sorprendió que Mía estuviera tan excitada. Lo que llegaba a hacer el alcohol. Un tercer dedo fue a parar en esa obertura. – Pero si mañana... si mañana me lo pides, no dudes en que te daré eso y más...

Mía arqueó la espalda contra el tórax de Justin.

- Sigue hablando... - le pidió ella.

Justin sonrió.

- ¿Qué quieres que te diga?

- ¿Qué es lo que me vas a dar? – murmuró, moviendo las caderas, al ritmo de la mano de Justin. Agarró su pene, liberándolo del bóxer. Justin gimió. – Dímelo...

- Todo lo que desees... hasta la última imagen de tus fantasías.

Mía lo besó. A pesar de estar borracha, sentía muchísimas cosas a la vez.
Dios, ese hombre... la enloquecía. Justin la alzó con un fuerte brazo, poniendo en
bandeja sus pechos. Envolvió uno de los durísimos pezones con su lengua.
Mía gimió, agarrando a Justin del pelo, intentando que se acercara más a ella, si eso era posible. Unir sus cuerpos en uno solo, aun que para eso... aun faltaba romper una barrera.

- Joder, maldito sea... ¿Qué es lo que te hicieron tus ex novios para que tuvieras tanto miedo al sexo? – murmuró a su oreja. A Justin le vino a la cabeza... 'los borrachos siempre dicen la verdad'. – Dime, cuéntame tu pasado.

Mía no podía hablar en esos instantes. Así que Justin la hizo estallar rápidamente. Los dedos hasta le goteaban. Mía se tumbó en la cama, a su lado, satisfecha.

Justin se apoyó en su mano, arqueando el brazo y la miró, apartándole los cabellos de la cara.

- Di...

Mía lo miró.

- Justin, yo... - suspiró y los ojos se le humedecieron. A Justin se le encogió el corazón. – Yo soy vi...
- ¡JUSTIN! – La voz de Kellen los sobresaltó a los dos.

Protégeme (Justin Bieber)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora