Capítulo 03.

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Maya apretó los ojos por unos momentos. No recordaba en dónde se encontraba, sentía un ardor en la pierna.


─¿Crees qué esté muerta?─ una voz fue lo primero que llegó a los oídos de Maya, una voz desconocida.


─Claro que no está muerta, Mackenzie.─ ahora la voz de una mujer.─ Ya le tomé el pulso. Estará bien.


Maya escuchó una puerta de cerrarse y un poco de luz chocó contra sus pupilas.


─Creo que está despertando, shh.


─¿Dónde...estoy?─ Maya logró pronunciar, un vaso de agua se le fue entregado y ella bebió lo más rápido posible, que no se había dado cuenta de lo sedienta que estaba hasta ése momento.


─Mackenzie, ¿Por qué no nos dejas solos?─ preguntó ésa voz de nuevo.─ Ve a dibujar con mamá.


Una vez más se escuchó la puerta.


─Debo irme ahora.─ Maya recordó algunas cosas. Los Agentes.─ Los Agentes...─ repitió.


─No.─ alzó la vista encontrándose con los ojos verdes de un chico al que desconocía.─ Ya estás a salvo. Te desmayaste o algo así, y te traje a aquí.


─Oh, no...─ Maya pasó una de sus manos por su cabello, preocupada.─ ¿Qué hora es?


─Las ocho y veintiuno de la noche.


─Tengo que irme.─ la rubia dijo, levantándose un poco de la cama. Se tambaleó un poco en el acto.


─No puedes, Los Agentes están fuera, vigilando todo.─ él la detuvo, haciendo que ésta volviese a sentarse en la cama.─ Tienes que quedarte aquí.


─Ni siquiera te conozco.─ fue lo único que dijo. El chico sonrió.


─Lucas Friar. Estudio mi último año en secundaria, me mudé desde Austin Texas con mi hermana y mi madre.─ Lucas se presentó a sí mismo. Maya suspiró, sabiendo que no tendría escapatoria y que no habría nada que ella pudiera decir para convencerlo de lo contrario.─ Tu turno.


─Maya Hart. Estudio en mi penúltimo año de secundaria, y vivo con mis padres y mi hermano menor.─ fue todo lo que dijo.


─Maya...─ él dijo, como si estuviese analizando su nombre.─ Me gusta.


La rubia sintió sus mejillas calentarse y con el cabello trató de cubrirse la cara.


─Como sea...─  susurró.─ Tengo que irme, mis padres no saben nada de mí desde que salí a la escuela.


Maya comenzó a levantarse de la cama, Lucas, al notar sus acciones, la sujetó por el hombro suavemente.


─No,─ Lucas habló.─ Hay Guardias afuera, y sabes lo que te pasará si te atrapan afuera a éstas horas, ¿No es así?


Maya asintió, derrotada.


─Sí.─ suspiró.


─Deberías quedarte hoy hasta mañana conmigo.─ El chico le ofreció una sonrisa completa.─ Te golpease fuerte, así que, es mi deber cuidarla, señorita.  


Oh, Dios.


¿En qué se había metido?



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⏰ Última actualización: Jul 20, 2016 ⏰

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