Estábamos tranquilas platicando cuando comenzó a sonar una alarma de unas bocinas que estaban colocadas en el techo de la cafetería.
-¿Qué es eso?- Pregunté cuando terminó de sonar la alarma, antes de que ella siguiera con su largo discurso sobre lo molestos que son los mosquitos.
-Suena para indicar que ya es la hora de ir a las habitaciones a "dormir"- Me explicó divertida haciendo comillas con los dedos en la palabra dormir.
-Entonces hay que irnos- Dije levantándome del asiento seguida por ella.
Seguimos hasta llegar a nuestro edificio y a nuestro piso. Estando enfrente de mi habitación saqué mis llaves y abrí la puerta. Estaba a punto de entrar cuando la voz de Emma me detuvo e hizo que me girara hacia ella.
-Oye, me preguntaba si mañana te gustaría ir conmigo a la sala de computo a hacerme compañía en lo que termino mi trabajo, no importa si no quieres, solo lo decía para que no te quedes sola ya que los nuevos tienen el día siguiente de su entrada libre y pues la verdad es que me caíste muy bien y quiero que seamos amigas, no es que no tenga muchos amigos de hecho no tengo ni uno,- Decía comenzando a agachar la mirada .- soy como la marginada por que hablo mucho así que comprendo si no quieres estar conmigo y...-
-Emma- Dije subiendo un poco la voz.
-¿Si?- Preguntó mirando me de nuevo.
-¿Pasas por mi antes de que te vayas?- Le sonreí tímidamente.
-¡Claro!- Me abrazó rápidamente y se fue deprisa a su habitación diciendo. -Salgo antes del desayuno-
-Pero, ¿ A qué hora es eso?- Pregunte recordando que no se aún el horario.
- Cierto... yo vengo, te arreglas y listo.-
Y entró a su cuarto sin dejarme decir nada más.
Entré a el mio y cerré la puerta, caminé hasta la mesita de noche y dejé las llaves. Me acosté en la cama aún con la misma ropa.
Comencé a recordar mi antigua habitación y las cosas que tenía en el, estrellas pintadas en el techo, las oscuras montañas verdes de la pared, las fotografías en mi escritorio, el pequeño y cómodo sillón al lado derecho cerca de la ventana, todo lo que podía recordar.
Y así lentamente caía en los brazos de mofeo.
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-Y fue así como comenzó su asenso hacia la fama- Seguí dictando a Emma.
-Un poco más lento-
-Lo siento-
Esperé a que pudiera seguir dictando y por la puerta aprecio un hombre.
-Disculpen, ¿Saben si aquí puedo encontrar a...- Preguntó desviando la mirada a la tablilla en sus manos. -...Pamela?-
" ¿Yo?"
-¡Ella!- Contestó Emma por mi después de darme un pequeño empujón en un costado con su hombro.
El hombre me miró y dijo. -Bien, necesito que vengas conmigo.- Me dijo mirando su reloj de muñeca.
-¿Pue...-
-¿Para qué la necesita?- Preguntó Emma interrumpiéndome.
El hombre volvió a posar su mirada en nosotras.
-Una cita de presentación- Respondió haciendo un ademán para apresurarme.
-¿Qué es u...- Comencé a preguntar, pero el grito de Emma volvió a interrumpirme.
-¡Pamela!- Emma gritó nuevamente girándose hacia mi y tomarme de los hombros.
-¡¿Qué?!, ¡¿ Qué es eso?!- Pregunte levantando más la voz.
-¡Es una entrevista donde una pareja te observan e intentan conocerte para ver si eres de su agrado y adoptarte!-
"¿Qué?, ¿Adopción?. Sabía que esto podía pasar pero, ¿Tan pronto?."
Estaba segura que estas cosas pasan cuando ya se tiene un tiempo en estos lugares, no de un día para otro.
Emma se levantó de golpe sujetando mi mano para que me levantara con ella, interrumpiendo también mis pensamientos.
-Pero ya apúrate, vete vete que no quiero que llegues tarde a algo así; no olvides contestar honestamente en todo... bueno en la mayoría de las cosas, se educada, amigable, dí una que otra mentira piadosa para despertar su interés pero no vayas a exagerar, míralos con la cara en alto para que no crean que mientes y esas cosas...
-¡Ya Emma!- Grité para que me permitiéra seguir al hombre.
-oh si lo siento- Se diculpó sonriendo me y soltando una pequeña risa.
Seguí al hombre hasta estar frente a una puerta con las palabras Sala de presentación en ella.
- Bien, será mejor que entres, te estan esperando- Dijo el hombre para que pasara.
Okay, ahora si ya estoy nerviosa.
" ¿Y si no les agrado?, tendría que quedarme aquí por el resto de mis días".
Aunque pensándolo, ¿Qué es lo peor que puede pasar?, además, no sería tan malo estar en este lugar si tengo a Emma como amiga.
Tomé una bocanada de aire y reuní todo el valor que pude - o traté -.
Y entré en la sala, en ella había una mesa con tres sillas alrededor de esta, dos de un lado y la sobrante del otro. Pero en las dos sillas juntas estaban unas personas, un hombre y una mujer.
Caminé lentamente al asiento libre y me senté en el.
Y comencé a observar a la pareja frente a mi.
La mujer era rubia de cabello liso, era de tez clara, con unos labios delgados pintados de un intenso color carmesí, tenía facciones finas con un pequeño toque elegante; había que decirlo era muy guapa, pero lo más hermoso eran sus ojos de un azul claro grisáceo, eran como hielo, pero completamente llenos de vida.
El hombre no se quedaba atrás, el tenía el cabello de un rubio oscuro chino, el era de tez más oscura que la mujer, el en cambio de la mujer tenía las facciones más endurecidas pero sin perder ese toque elegante; y sus ojos al igual que la mujer eran hermosos pero estos eran de un color miel intenso.
-Buenos días querida-
-Qué tal- Me saludaron cordialmente.
Wow, incluso su voz es hermosa.
-Buen día, es un gusto conocerlos- Respondí tratando de imitar su tono de voz.
-Que niña tan educada- Dijo la mujer sonriendo.
Y de un segundo a otro algo en sus miradas cambio, ahora tenían maldad.
-Es justo lo que necesitamos- Aseguró girando sé hacia el hombre.
El asintió lentamente con la cabeza observándome.
-Es perfecta-.
