Capítulo 20

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Entro a la habitación que le asignaron a ___, esta dormida aún y Megan a su lado. Me cuesta creer que después de la operación todos los médicos se hayan equivocado y ella aún este aquí con nosotros.

Abre lentamente sus ojos y tomo su mano mientras le sonrió.

–¿Esto es el paraíso?– me sonríe.

– Me temo que no, pero igualmente hay un angelito...– tomo a Megan y se la acerco.

Ella comienza a llorar fuertemente, la tomo y trato de calmarla. En eso escucho un pitido muy fuerte y prolongado.

Miro a ___ y ella está inmóvil con sus ojos abiertos, y la máquina conectada a ella es la que produce el sonido.

Salgo corriendo al pasillo con Megan en mis brazos.

–¡Alguien ayúdeme!

Viene corriendo un doctor junto con la enfermera, se acercan a ___ para revisarla.

Traen unos aparatos que le trasmiten corriente, los ponen sobre su pecho y le hacen eso unas tres veces. Mía ojos sin notarlo están totalmente llenos de lágrimas, voy afuera con Megan y me siento.

Abrazo fuerte a mi bebé y tocan mi hombro, es el doctor que estaba adentro revisando a ____.

–Lo siento señor, era demasiado tarde... Ella murió

Lloro aún más, estaba tan bien, es increíble que su corazón allá dejado de latir de un segundo a otro.

Ahora lo único que tengo es a mi pequeña Megan, por lo menos tengo un pedacito de ella conmigo.
Pasa un tiempo y llega su madre.

–¿Qué paso?¿Por qué estas llorando?

– E... Ella.. Se... Se fue... Nos... Nos dejo–abrazo a Megan.

Pasa a la habitación y allí no hay nadie, se la llevaron a hacer la autopsia.

Su madre llora sobre la cama en dónde estaba hace a penas unos minutos, por lo menos vi su última sonrisa... Que fue para mi.

Después de unos días le dan a Megan el alta y podemos irnos a casa luego de seguir unas cuantas reglas para que mi niña este sana.

Llegamos a casa, entramos y mamá toma a Megan al instante. Me lanzo al sofá y tomo mi cabeza.

–¿Puedes quedarte con ella?– le digo a mi madre.

–Claro, pero ¿a dónde irás?

Salgo de casa, y comienzo a caminar sin rumbo alguno.

Sepultamos a ___ ayer, aún no creo que no la volveré a ver... Ver esa sonrisa que me alegraba el día. Espero poder reponerme de esto y criar a mi hija lo mejor que pueda.

Siento una bocina y es Harry, me llama y me subo al auto, me da un abrazo fuerte.

–¿Cómo estas?

–Muy mal, Megan está con mi mamá... Ni siquiera puedo cuidarla yo mismo

–No seas tan duro contigo, ella recién murió y aún estas con eso, tratando de superarlo.

–Pero debería estar con Megan y no vagando por las calles.

–¿Quieres que te lleve?– asiento.

A los minutos estamos fuera de mi casa, pero no somos los únicos. Hay un coche negro muy elegante afuera que creo reconocer de quién es.

Entramos a mi casa y está el padre de ___ con Megan en sus brazos. Se la quito al instante. Harry la toma y se va a la habitación con Megan.

–Esto es difícil ¿verdad?

–Mucho...

–Deberías darme a la niña, yo puedo criarla perfectamente y además nada le faltaría.

–Usted esta loco, es ¡Mi hija! Y yo quiero criarla como habría querido ____.

–Si recuerdo bien ella era menor de edad y los padres pueden optar a la custodia de la niña... ¿O me equivoco?

–¡Nunca le daré a mi hija!¡Largese de una maldita vez de mi casa!

Le abro la puerta y se va. Subo rápidamente y esta Harry cuidando de ella.

–Zayn...– me da un sobre– Estaba en la cuna de Megan cuando entre.

–Gracias

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Lamentó decirlo, pero este es el último capítulo de Maldita Enfermedad.

Aún queda el epílogo que subiré antes de terminar la semana.

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