39 ‹Parte dos›

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Narra Zaida.

Sonreí. Estaba totalmente lista para al fin, ver a Ruben.

Debo admitir que estaba entre feliz y nerviosa, una mezcla de dos sentimientos, algo simplemente inexplicable.

Volví a ver la hora en mi móvil, 22:04.

Me tarde solo cuatro minutos en venir al parque, ya que mi departamento queda bastante cerca.

Como Ruben no llega, me voy a comprar un helado, alá.

Crucé la calle y me dirigí a la heladería. Cuando llegue a la heladería, pedí mi helado y lo pagué, por supuesto.

Cuando volví a la fuente, fue en ese momento que lo vi.

Con sus ojos pardo mirandos los lados, -seguramente asegurándose de que no haya ningún hombre de más de treinta cerca de allí- y moviendo sus dedos, por un acto de nerviosismo. O eso creo.

Me acerque a él con pasos cortos y con cautela, como temiendo de que en un paso en falso se iría. Cuando estuve a centímetros de él, estire mi brazo hasta llegar a su hombro -ya que él era demasiado alto- y lo llamé.

-¿Si? -Dijo, girando su cabeza hacia mi dirección.

-Hola.

-ZAIDAAA. -Gritó con entusiasmo, abrazandome por la cintura.

A lo que tuve que hacer puntitas, coño que si es alto el tío.

-RUBEEEEEN. -Lo imité sonriendo.

-A que no parezco un pedófilo. -Se señaló.

-Pues ostia, de altura se podría decir.

-Callate y besame. -Dijo, poniendo una mueca bastante..

Curiosa.

-Besaría a todo hombre del mundo menos a ti. Pedófilo.

-Pues, si besarías a cualquier hombre del mundo, allí esta mi amigo. Ya sabes que hacer. -Me guiñó el ojo.

-Vaya tela chaval. -Dije, viendo mi helado en el suelo.

Cuando Ruben me abrazó de improvisto hizo que tire mi helado.

Sí, dinero al detrete.

-Que me debes un helado.

-No. Tu lo tiraste, comprate uno.

-Peeero.. es que, tú... no sé qué esperas en comprarme un helado.

-Ostia, que la tía no es igual de estricta que en WhatsApp. Tímida.

-No soy tímida.

-Si lo erees. -Cantó.

-Que no.

-Que si, cabeza dura.

-No, cabeza de huevo.

-Si.

-No.

-Si.

-¿Qué quieres que haga para demostrártelo? Pesado.

-Un besito. -Sonrió.

-¿Qué?

-A ver si no eres tan tímida. Porque al parecer si lo- lo callé, dándole un beso.

Pero tranquilos todos, que fue un besito, tal cual. Ni un segundo llego a tardar.

-Tímida.

-¡Coño!

-Tranquila, que las tímidas me molan. -Me guiñó un ojo. Sentí un calor en mis mejillas.

Este gilipollas va a pillar.

-El color carmesí de tus mejillas convina con tu cabello. -Solto, seguido de una carcajada. -Vamos, te invito un helado, a ver si te enfrías. Lo golpeé en el hombro. -Violenta.

Sonreí. --Vamos, que el helado se derrite.

-Están en un refrigerador, no se derretirán en un largo tiempo, bobita.

-Pues la heladería ya cierra. Mueve el culo tío.

-Valeee. -soltó una leve risita.

Llegamos a una heladería y pedimos los helados, nos sentamos en unas bancas de afuera del lugar y hablamos de cosas. Tal cual.

-Las cosas del coso de cosito con cosas finitas.

-No. Porque las cosas de cosito con cosas son cosas infinitas porque la cosa que viene del coso se viene del cosito también tiene cosas entonces si la cosas vienen del cosito con cosas y el cosito tiene cosito y también tiene cosas. Lo que sería una red infinita.

-Vale, me perdi.

-No te voy a mentir, desde que dije cosas por segunda vez me perdí.

-Vaya tela..

-Pero no pasa naaada.

Cuando volví a mi casa volví exhausta. Eran exactamente las 01:00.

Sí, todo ese tiempo estuve con Ruben.

La pase extremadamente bien, con ese chico es imposible pasarla mal un segundo. Es increíble.

∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆

AAAAAAAA.

SE CONOCIERON DJDNBVDSDDBDJD.

Y LES ADELANTÉ CAPÍTULO SSNDNJDDJJSD.
o
Y SE CONOXIERNNDBJDNDNDKD.

ESTOY GRITSNDO ME MUERO AL FIN YA ERA HORa lA PUTA MDRE.

Dice segunda parte porque es el mismo día.

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