No es la primera vez que me pasa.
Me despierto de un sobresalto, no se como llegué a esa posición. Ni siquiera se cuándo fue que mi cuerpo decidió ceder y deslizarse al mundo onírico.
Sólo se una cosa, que volví a soñar con eso.
No se quién es, ni que hace.
No se qué quiere, ni si me conoce.
El sonido se hace cada vez más fuerte en cuestión de segundos.
Es más bien como un golpeteo suave pero rápido.
Creo que quiere llamar mi atención.
Y como cada vez que caigo en mi sueño profundo, volvió a pasar.
En mi estado de babia habitual puedo decirlo, una vez más.
Alguien está tocando mi puerta, pero no hay nadie allí.
ESTÁS LEYENDO
Mesa para uno.
RandomHablo conmigo misma. Sueño despierta. Vuelvo a la cama vacía. Antes de caer en la demencia, escribo.