CAPÍTULO I

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En cualquier lugar, en cualquier momento, entre hierba seca, amarillenta por el sol, quizás secadas por algún químico, hay una chica que corre, tal vez no les importe, es más, no importa la chica, no importa que corra por su vida, después de todo, cientos sino es que miles de chicas en el mundo corren por su vida, mientras nosotros tenemos vidas normales, viéndolo de ese modo, todos somos malvados, ¿no crees?, pero esta chica, como las miles más que corren por su vida y no le socorren, no importaría, si no fuera por algo, después de todo por alguna razón les hablo de ella, verán, ella no corre por su vida, su vida no es su prioridad, corre llegando a un lote baldío, entre un kinder y un edificio en ruinas, alguna vez fue una gendarmería del siglo pasado, corre porque ahí hay un lugar para esconderse, no corre por su vida, se pone en cuclillas, tratando de esconder su cuerpo tras un par de escombros de cemento enmohecido, no corre para salvarse, trata de tranquilizar su respiración, podría delatar su escondite, toma de su bolsa su teléfono celular, marca un par de números y suena el marcador de llamadas, mientras coloca este en el oído.

-Bip... Bip.... - nadie contesta - maldición, contesta - dice la chica en voz baja mientras mira por encima de los escombros.

-Buzón de voz, la llamada...

-demonios - reclamo hasta que se escuchó el timbre que indica que se grabará un mensaje de voz- Karla soy yo Jennifer, me encontraron, creo que...

- Sigan el rastro - se escucha la voz de un sujeto, junto con el sonido de fuertes pisadas, instintivamente, Jennifer, baja la cabeza tratando de ocultarse, se queda estática, trata de no hacer el más mínimo ruido, podrían escucharla, entre sus cálculos, las pisadas de tres sujetos, llegando, deteniéndose a no más de tres metros de donde esos escombros cubrían su cuerpo, miro frente a ella la vieja gendarmería, tal vez, podría esconderse en ese viejo edificio, pensaba, pero se abstuvo de esa idea.

-La perdimos - decía uno de los sujetos.

-No, no podemos perderla- respondía el primer sujeto- debe estar seca, sigan el camino.

Jennifer escucho y logró ver como dos de los tres sujetos se marchaban, siguió estática, inerte, es normal sentir miedo, dar un pequeño suspiro que huye de tu boca, escucho los pasos entre las hojas, su corazón latía fuertemente, llego a sentir la respiración de ese sujeto, se levantó y corrió el sujeto corrió hacia ella y la tomo de la espalda, Jennifer forcejeo hasta liberarse, pero, los otros dos sujetos regresaron, lograron someterla y llevarla hasta donde estaban los escombros. Encima de ellos, sentado como si siempre hubiese estado ahí y no haber salido de la nada, se encontraba un sujeto con una chamarra muy calurosa de capucha y una máscara que le cubría el rostro, esta, parecía haber sido hecha por algún niño, pues parecía ser de papel endurecido, al ser pegado en capas y capas y luego al secarse fue pintada de un color blanco, escrito en ella estaba la palabra "DEUX", siendo la "X" el orificio por donde se asomaba solo uno de sus ojos, el izquierdo siendo más específicos, mientras el derecho permanecía oculto tras la máscara, como decoración tétrica una sonrisa y manchas estaban salpicadas por toda la máscara aunque estas parecían ser de sangre de verdad y no pintura roja.

-Vaya, vaya, vaya - dijo el sujeto de la máscara - mira que tenemos aquí, una linda palomita, perdona los inconvenientes. Jennifer.

-¡Como sabes mi nombre! - dijo Jennifer deteniendo el forcejeo y mirándolo sorprendida.

-¿Enserio? Te has olvidado de mi ¿tan pronto palomita?

-Creo que recordaría a una persona lo suficientemente ridícula como para tener una máscara de papel de baño y acuarela, él se rió burlona mente mientras bajaba de los escombros y caminaba hacia donde ella estaba.

-No te tengo miedo, y no me importa lo que me hagas no te diré donde está.

-No te lo iba a preguntar - contesto en hombre de la máscara mientras acariciaba el rostro de Jennifer con la punta de su dedos - no necesito que hables - trono los dedos y uno de los sujetos de dio una katana de color azul enfundada.

-No... Que le hiciste a... - dijo asustada, al ver aquel objeto, dejándose caer al suelo de rodillas como si un puñetazo le hubiese tirado.

-Lo mismo que a ti - le dijo el sujeto de la máscara mientras alzaba el brazo que sostenía la katana en línea recta apuntando al cielo - le abrí los ojos.

*notas de autor.

Tratare de no poner mas que esta, pues, pienso que destruye la ilusión de la historia, estoy feliz de volver y espero que les guste esta historia, si la terminaré, tengo muchas ideas y proyectos espero que pueda terminarlos si alguien tiene alguna duda creare una página en Facebook para contestar a quien lea esto, sin mas me voy, diviértase y se portan mal. La canción es para publicitar a cevlade mi rapero favorito

SIN COORDENADAS. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora