En cualquier lugar, en cualquier asiento de autobús, la cabeza de un chico se golpetea suavemente, gracias al movimiento causado por los viejos amortiguadores, viaja de regreso de la escuela, cansado, pasa su mano por entre su negro cabello para así peinarse, mira su reflejo en el polvoriento cristal polarizado de la ventanilla, el chico era apuesto, cerca del metro ochenta de altura, complexión delgada, tés morena clara, una nariz fina y ojos café oscuros mostraban un poco de su carácter y tenue seguridad.
La noche se acercaba y el ocaso enseña su gama de rojizos tonos que tiñe el cielo, aun le faltaba tomar otro y una hora más de viaje, estaba cansado, asqueado de tanto tiempo en la escuela. Mete su mano en el bolsillo de su pantalón y saca de este su celular, trata de encenderlo pero este no responde, él sabía que no encendería, todo el día lo había estado usando para escuchar música y no recordó traer el cargador, se había olvidado del tedioso día que tendría en ese entonces "prácticas de oratoria", miro por la ventana, reconoció la esquina en la que el autobús dio vuelta, estaba a una cuadra de la central de autobús, se acomodó en el asiento y preparo su mochila. El autobús se detuvo y el joven, perdiéndose en la media aglomeración de gente que va y viene en la central, caminaba despacio, tratando de ponerse una chamarra que había sacado de su mochila, de repente sintió un empujón fuerte que casi lo tumba al suelo, se detuvo por el impacto y miro quien había sido, frente a él una chica de tez blanca, alta, ojos cafés claros, vestía pantalón de mezclilla, una camisa de franela roja con negro y una chamarra de piel negra, le regreso una mirada profunda dejándolo estático.
- lo siento - le dijo la chica mientras seguía caminando apresuradamente.
- si no hay...-dijo sin terminar la oración porque la chica se alejó rápidamente en dirección a un autobús que partía, continuo caminando hacia el autobús que él tenía que tomar pensando mucho en la chica.
Despertó justo media cuadra de su parada, el autobús estaba a media capacidad lo que le permitió acurrucarse en los dos asientos en donde estaba, se levantó y sentó en el asiento alado de la ventanilla pasándose en el proceso la mano por la boca para limpiarse algún residuo de saliva, las calles habían sido consumidas por la noche llego en la última corrida de autobuses, cerca de las diez de la noche muy poca gente caminaba por esas calles solo las luces de los pocos autos que pasaban por la calle y las largas lámparas de alumbrado, situadas a cada esquina de las cuadras, le mostraban el camino, el chico pensaba, divagaba, en que tenía que hacer al llegar a su departamento vivía solo desde que logro entrar a la universidad donde estudiaba, en una parte tranquila de la ciudad, pero alejada del instituto, el edificio del joven en donde vivía constaba de diez pisos y cada piso tenía 5 apartamentos separados por las letras de la A a la E por piso, él vivía en el 9-A.
-Buenas noches Don Pedro - dijo el joven al casero, sentado atrás de un escritorio situado en la recepción de edificio, un hombre de cerca de los sesenta años de edad tez blanca y complexión robusta, en su juventud había terminado en la cárcel por participar en peleas callejeras, vestía una camisa de manga largar color azul cielo, un chaleco de lana gris oscuro con rombos y un pantalón de vestir negro.
- Buenas noches Vladimir - le respondió cordialmente Don Pedro sin quitar la vista de una revista de deportes que leía - ya funciona el elevador.
- ¿Enserio? - pregunta Vladimir mientras se dirige al pequeño buzón donde se deja su correspondencia, un par de facturas únicamente.
- sí, no tiene mucho tiempo que los mecánicos terminaron de arreglarlo.
- ya era hora no le parece.
- ¡si cabrón!, por eso no los deje que se fueran hasta que quedará esa madre ya bien.
- ¿los negreó entonces? - respondió Vladimir entre leves carcajadas mientras se dirige al escritorio de Don Pedro.

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SIN COORDENADAS.
Mistero / ThrillerEn cualquier lugar, en cualquier objeto, alguien esta leyendo, letras, palabras, historia, el azar es sorprendente, te puede llevar al lugar en el que necesitas estar, ¿será el destino?, ¿donde estas tu?¿Donde estoy yo? Intangible, pero me escuchas...