Capítulo 5: No voy a ir a Berkley

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Una semana después en Ciudad Esmeralda. Ok, no. Seguimos en Bs. As.
Esto ya me estaba exasperando. Recibía mensajes de gente que no conocía diciendo que era su ídola.
Las personas que antes me despreciaban por ser rarita me rogaban que les hablara para saber sobre BJ o sólo tener una foto conmigo.
No se dan cuenta que lo más interesante que me pasó no fue saber que mi papá era archifamoso si no conocer a una viejecita que podía eructar cantando el himno nacional. Nunca vi ni escuché nada igual.
A Narumi digamos que se le había pegado un poco de mi fama también al ser mi mejor amiga y tener fotos conmigo. A ella le encantaba y decía que ahora en instagram tenía miles de likes.
Ayer, por ejemplo, fui al Starbucks de la esquina de mi casa (si, envidienme) y el chico que me atendió me pidió una selfie. Una selfie!
En la foto el salió muy bien y yo sólo hice lo que pude. Cuando me la mostró yo tenía una cara de WTF épica.
Con respecto a quien le había dicho a la prensa, BJ me juró por su mamá que el no había sido. No digo que me amara, pero al fin y al cabo era su hija. No creo que lo haya hecho el. Narumi no fue porque lo sabía desde que me lo dijeron a mí así que eso nos lleva al culpable. Que no se quien es.
Y en lo que se refiere a Berkley, mis padres se pusieron de acuerdo que ahora más que nunca tenía que ir.
Pero, mamá no contaba con mi súper poder de pica cerebro. Según la Universidad de Harvard si uno contesta la misma frase siempre se le termina pegando al otro cerebro ( Ok lo acabó de inventar lo de la universidad pero es lo que voy a hacer a ver que pasa).
Baje de mi habitación a la cocina donde mamá estaba haciendo un engrudo no común para una obra de arte del museo de no se donde. Sólo les puedo decir que en la casa había un olor nauseabundo por culpa de esa mezcla.
Abrí la heladera para agarrar un pedazo de torta de chocolate bien húmeda con cubierta de dulce de leche (PAREN TODO EN AUSTRALIA NO EXISTE EL DULCE DE LECHE. VOY A MORIR DE SÍNDROME DE ABSTINENCIA) cuando mi mamá me habló.
-Fresitaa, compre helado de chocolate belga. Si queres podes comer pero solo un poco porque si no no almorzas.
- No voy a ir a Berkley.
- Ya hablamos de eso. Queres o no queres helado?
- No voy a ir a Berkley
-Amanda Rahn. Si o no?- me preguntó de nuevo yendo a agarrar el pote.
- No voy a ir a Berkley.
- Ok, no vas a ir a Berkley.
- En serio?!- pregunté aunque ya sabiendo la respuesta, con una sonrisa en la cara y poniendo cara de niña buena.
-No- contestó señalándome con el dedo acusador- basta. Aceptalo de una vez.
Juró que odio cuando mamá usa el dedo acusador.
- No voy a ir a Berkley- tenía que dar resultado. Todavía me quedaba tiempo antes del inició a clases.

5 de agosto
Eran las 6 de la tarde y como estaba aburrida hice lo que hacen las personas aburridas. Llaman a su mejor amiga. O capaz no lo hacen todas las personas, pero yo si.
- Narumi, al habla. Con quien tengo el gusto?- lo dijo haciendo voz de locutora
- Sabes que soy yo, boba
- Si pero quería contestar diciendo eso en ese tono- contestó ella mientras escuchaba a la batería de fondo. Seguro era el muy salame de su hermano.
- Como se que no tenes planes al igual que yo estaba pensando que en vez de aburrirnos separadas, podíamos juntarnos y ver American Horror Story.
- Ok, llevo pizza y chocolate
-Esa es mi niña, nos vemos.
Tire el celular en el sillón del living en el que estaba acostada y le grite a mi mamá que venía Narumi, como siempre.
Al rato ya estábamos echadas cual morzas enfrente del televisor.
Mi mejor amiga me pasó el chocolate Milka aireado combinado extra grande y yo le pegué un buen mordisco. Dios, sabía a gloria celestial.
- El chocolate es mi pastor- dije en medio de un gemido. Estaba experimentando un orgasmo culinario.
-Amén- contestó Narumi, dándome la razón.
Por el Nutella, extrañaría demasiado a Narumi. Si es que me iba ...


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