¿Cuántas estudiantes medían más de 1.70, tenían el el pelo de varios colores y odiaban el uniforme? Varias, ya sé.
En Argentina, yo era única. Al menos así me sentía.
Pero mamá tenia razón. Acá eran todos talentosos y diferentes, con personalidad. ¿Que tan única me hacia sentir eso?
Agravamos el caso cuando añadimos a la ecuación que tu mejor amiga que había engañado a la directora Wilbur para que yo no me sintiera sola en otro continente, estaba muy divertida conociendo personas y las personas parecían muy encantadas con ella.
La Princesa Leia es lo único que me levanta el ánimo. No muchas tenían amigas cuyas mascota son una serpiente gigante y estuviera en tu mente que en cualquier momento te podía tragar porque estaba escondida en tu cuarto.
La parte desagradable era alimentarla. Menos mal que de esa parte se encargaba Megan.
Sienna era la única que me acompañaba, callada como siempre, en un rincón con su violín. Lucía tan concentrada. Ella no dijo ni pío cuando me presente a la mitad de la noche con la reptil.
En este instante estaba tocando una pieza de clásico perfecta para una tarde de lloviznas y suicidio programado.
-¿Es que sólo tocas cosas tristes? Tocate algo de cauntri, como la violinista de la barbie que se hace la distinta y es igual a todas las demás.
Serrucho simplemente encogió los hombros, haciéndome saber que le daba igual tocar música depresiva aseguradora de suicidios que country.
La reina anorexica entro.
Rose solo se había aparecido una sola vez, para agarrar sus cosas y luego irse de nuevo a seguir estando desparecida.
Ahora estaba vestida con mallas de clásico y un tutú. En sus pies llevaba unas adidas blancas de basketball. Me miró una vez y luego me sorprendió con un efusivo abrazo.
Señoras y señores, definitivamente hoy terminaría el mundo.
-¡Hola Am! ¿Qué tal todo?- mis globos oculares se estaban por salir de sus cuencas. La reina del hielo me habia dirigido la palabra y había sido de forma cortés.
-Rezando mis últimos padrenuestros, gracias por preguntar.
Rose se río de forma exagerada y se retiro al baño.
Mire preocupada en direccion a Sierra, pero ella se estaba yendo a su clase intensiva de álgebra.
Narumi ni se molestaba en contestar los mensajes que escribía en nuestro grupo, "C.A.C.F" ( Cómodas Amigas Con Flojera). La ultima vez qué la vi estaba caminando de la mano de uno del grupo de niños ricos malcriados, riendo con las chicas más huecas del internado.
Eso de ser escolarizada en casa tenía varias ventajas. Una de ellas era que el número de chicas huecas conocidas era exponencialmente bajo.Ok, puede que ellas no fueran taan huecas y ellos no malcriados pero ciertamente ricos. Son los celos que hablan por mí.
Además Narumi es ta pequeñita y adorable que le puede pasar cualquier cosa. Es muy ingenua y confía en que todo el mundo es más bueno que el quaker cuando ciertamente no lo es. Genial, ahora etsoy justificando mis celos.
El siguiente paso es stalkear a todo el que aparezca con ella en alguna foto.
Despues acosarla en las sombras y aparecer "casualmente" por todos lados.
Estaba en un mal camino.
-Am, ¿Tienes planes para hoy?- preguntó la rubia, abriendo la puerta del baño.
-Tratar de averiguar los secretos del universo, con mis amigos Aristóteles y Dante. Luego, investigaré que tal huele el espíritu adolescente y si estoy de ánimos escuchar a Los Escarabajos mientras hago tareas atrasadas de Historia del Arte pensando en el profe pausito.
-¡Genial! Yo llamé a Nixie que viene con Jack, a la amargada de Jude porque necesita amor, y a tu amiga Naruto.
-Es Narumi, y no sé si sigue siendo mi amiga.
-¿Entonces esta el puesto de mejor amiga vacante?- me preguntó, acercando su pufff excéntrico hacia mi cama en dónde estaba echada cual ballena encallada. Esta estaba más que chiflada. Me empezaba a agarrar un sentimiento muy fuerte de desconfianza.
-No- contesté dudosa- me cansé de tener mejores amigas. Dan mucho trabajo y es mentira la mierda de que siempre están cuando las necesites.
-¡Amanda, el vocabulario!
La miré levantando la ceja.
Estaba a punto de responderle cuándo unos nudillos tocaron la puerta.
-¡Rosanda ya abre!
¿Lo que acababa de escuchar eran nuestros nombres unidos? Definitivamente, en el tiempo que no estuvo le lavaron el cerebro. NO hay otra explicación lógica.
#NiUnaMenos