1. ¿Aranza?

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Gotas de sudor caen por mi frente, mis nudillos están totalmente destrozados, mis pómulos arden por la cantidad de golpes que he recibido, mi nariz sangra pero a pesar de todo eso no siento ningún tipo de dolor y todo se debe a la adrenalina que recorre por mi cuerpo cada vez que la otra chica recibe un golpe de mi parte. Yo puedo estar destrozada físicamente pero sé que ella lo está aun más y esa es la idea, porque está es una de las peleas más importantes hasta el momento y muchas personas han hecho apuestas a mi favor y no les puedo fallar.

Con el puño cerrado y mi pulgar escondido tomo impulso hacia atrás con mi mano y segundos después está cae sobre su ojo izquierdo, pero ella no se queda porque inmediatamente su brazo estampa contra mis costillas. Faltan pocos segundos para que la pelea termine y ella lleva la delantera sobre mí. En el tiempo que llevo peleando en las calles nadie me ha logrado vencer y está no será la excepción, así que tomando fuerzas y valor lanzo un derechazo a su nariz haciendo que la chica se incline hacia adelante haciendo el intento de parar la sangre con su mano y en ese momento mi rodilla golpea fuertemente sobre su estomago esto ocasiona que la chica se retuerza y caiga al piso, inmediatamente un chico entra al círculo y empieza a contar.

-Diez...nueve...ocho...siete...seis...cinco -La chica no hace ningún tipo de esfuerzo en levantarse.

-...cuatro...tres...dos...uno -Las bocinas suenan indicando así que he ganado la pelea y en este momento agradezco a mis hermanos por haberme enseñado a pelear desde pequeña. El pensamiento de mis hermanos me hace llegar inconscientemente a mi padre y de ese pensamiento al hijo del maldito que lo acecinó.

Ese chico debe de estar por llegar o al menos eso fue lo que dijo Alex la noche anterior, camino hacia Alex, ya estando cerca dice:

-Sigues invicta ¿eh?

-Nadie podría ganarle a Aranza Evans -contesto con modestia.

-Entonces...¿sigues con la idea de ser entrenada por Bill Stuart?

-Sabes muy bien mis motivos, ese imbécil tiene que pagar por todo lo que hizo.

-En aproximadamente un minuto tiene que estar llegando su hijo -dice mirando su reloj de muñeca.

Entonces en ese momento un Audi R8 plateado aparece en mi campo de visión y de ese auto sale un hombre, muy atractivo por cierto. A paso lento se acerca a mí y extrañada sigo con mi mirada cada uno de sus pasos.

-Trata de convencerlo, suerte -dice Alex antes de alejarse de mi lado.

-Tú debes de ser Aranza ¿cierto? -dice al estar frente a mí.

-La misma ¿Y tú eres...?

-Andrés, Andrés Stuart, el hijo de Bill- responde.

-Que hace por aquí el hijo del tan prestigioso entrenador de boxeo -pregunté con una sonrisa cínica en el rostro

-Un amigo me recomendó el lugar -contestó sonriendo -.Necesito alguien que me enseñe el lugar ¿tú puedes? Digo, si tienes tiempo -dijo después de un momento, conteste con un claro y simple: si.

-Entonces empecemos....- contestó con una sonrisa.

-¿En este momento?- pregunto.

-Sí, ¿tú puedes? porque si quieres puede ser otro día- contestó al volverse.

-No, solo hagámoslo de una vez -respondí rápidamente.

Él asiente y comenzamos a caminar, le enseñé todos y cada uno de los espacios en el lugar, cuando terminamos él preguntó:

-¿No quieres ir a algún lugar a tomar algo?

-Dudo que a las dos de la madrugada algo se encuentre abierto - le contesté

Mi ultimo roundDonde viven las historias. Descúbrelo ahora