Una Pieza de Rompecabezas

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Quince días después de hacer el envió Iván recibió correspondencia. La estampilla que llevaba el sobre tenia la imagen del Trasatlántico Napoleón, que surcaba un mar verde y encrespado. El barco era tan gigantesco que imprimía sus propias estampillas, como si se tratara de un país.


Martes 7 de abril, Trasatlántico Napoleón, Océano Pacífico.

Querido Iván:

                            Tu juego ha resultado seleccionado entre los diez mil mejores. Te enviamos un tatuaje con la insignia de nuestra Compañía.

                            Mientras tanto, tu juego sigue en concurso por el Premio Mayor.

                            Tus amigos de los Juegos Profundos.

Iván saco el tatuaje del sobre y lo miro largamente. Al principio se había entusiasmado, pensando que el envió significaba que estaba muy cerca de ganar el premio. Pero cuanto más pensaba en la cantidad de participantes -diez mil- más lejano le parecía el triunfo. Y el tatuaje no le servia de consuelo: los chicles o los caramelos acostumbraban traer tatuajes semejantes. Costaban centavos.

Pensó en guardarlo como un recuerdo pero al final decidió llevar el tatuaje en la palma de la mano derecha. Había que despegarlo del papel transparente y luego frotar la imagen contra la piel. El dibujo representaba una pieza de rompecabezas, con la silueta de una casa en su interior.

Su madre no quedó en absoluto impresionada con el tatuaje.

- Hoy te parece lindo, pero mañana se convertirá en una mancha sin forma. -

Los primeros días trato de mantener su tatuaje a salvo del agua, para que no se le borrara. Cuando se bañaba o se lavaba las manos, evitaba que el agua cayera sobre el dibujo. Con el transcurso de los días, y aun de las semanas, se dio cuenta de que no había ningún peligro: el tatuaje era tan indeleble como uno de verdad.

Su madre trato de sacarlo con alcohol, con solvente y luego con un cepillo de cerda dura, que le dejo la piel irritada y dolorida. También llevó a Iván a un medico, que luego de estudiar el tatuaje con una lupa dijo que jamas había visto nada semejante.

- La tinta ha entrado profundamente en la piel, como si se tratara de un tatuaje de verdad. Llevará su tiempo, pero estoy seguro de que terminará por desaparecer. -

Pero en los cinco años siguientes el tatuaje no solo no se borró, sino que se hizo mas profundo, mas nítida su línea y más vivo su colo. Cuando se miraba la mano Iván no sentía que era un dibujo agregado, sino la señal de que algo le faltaba, que en alguna parte había una pieza que tenia que buscar, y que solo al hallarla estaría completo. 



El Inventor de JuegosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora