Capítulo 1

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"Los pasajeros del vuelo 365, destino Canadá (no me he equivocado, así es la novela, seguid leyendo y entenderéis), diríjanse al distrito B2 por favor, el avión despegara en 15 minutos"-dijo una voz.

Cogí mis maletas y, como pude, intenté dirigirme al distrito que me habían dicho, B2. Miré hacia adelante, había un pasillo recto, llegué. Aquí se acaba todo, o más bien dicho, empieza todo, de nuevo, voy a empezar una vida, voy a volver a nacer. Empecé a caminar por el largo pasillo, llegué a las escaleras, hice un último vistazo a mi pesadilla, aquí lo dejaba todo.

- Mamá, Papá, cuidaos -dije por mis adentros, y entonces entré.

Me senté en el sillón correspondiente, 37, aquí es, al lado de la ventana. ¿Cuantas veces había soñado esto? Irme. Escaparme del pueblo, o más bien dicho, escapar de las personas. Llevábamos una hora volando, y no se porque, pero esto es raro. Muy raro. Difícil. Extraño.

- Perdone -dije llamando a un moza-. ¿queda mucho para llegar a Canadá?

- ¿Perdone? -dijo mirándome confundida.

- Que, ¿cuanto queda para llegar a Canadá?

- Este avión se dirige a Londres.

- ¡¿QUE?! -dije exaltada.

- Si... ¿que distrito tenia?

- B2

- Pues este era C2...

- ¡Mier*da! ¡Mier*da! ¡Mier*da! ¡Deben parar el avión! -dije levantándome de mi asiento y caminando.

- Lo siento mucho, pero no podemos parar el avión así como así. Tendrá que esperarse a llegar a Londres y allí comprar un vuelo a Canadá... -dijo parándome para que no camine mas.

- Ok, gracias.... -me senté de nuevo.

¡Mier*da! ¡¿Y ahora que co*ño hago?! ¿Londres? ¿Que me encontraré allí? ¡Mier*da! ¡¿Porque soy tan torpe?! Joder....

Me acomodé en el sillón y me dispuse a mirar por la ventana. Todavía se veía el mar. No había ni un trocito de tierra. Le pregunté a otra moza que cuanto quedaba y me dijo que en una hora llegaríamos, así que me puse a dormir esa hora.

~

Estaba en mi casa haciendo tarea del instituto. Matemáticas. La materia que más odiaba. Demasiados números con operaciones por todos lados. La odiaba, pero se me daba bien.

Estaba concentrada y empezando a hacer un ejercicio, cuando suena el timbre. Pegué un gruñido junto con un grito por haberme interrumpido estando concentrada.

Bajé, vi por el agujero y vi a un chico alejándose mientras miraba la casa con una expresión extraña. Abrí y él fijó sus ojos en los míos. Tenía los ojos color miel claros casi del mismo color de pelo, con unos labios finos. Tenía una marca de nacimiento en el cuello que le hacia ver más sexy.

- Hola. -dijo sonriendo. Sonrisa preciosa que me derritió. Me quedé embobada en ésta. - ¿Hola?

- Em... si, hola -dije sonrojada y sonriéndole tímidamente. - ¿Qué necesitas? -le pregunté amablemente.

- A ti -dijo y se fue acercando lentamente a mí. No lo conocía de nada, no sé que estaba haciendo. Tenía una expresión extraña, como si no supiera lo que estaba haciendo. Como si lo manejaran, sin él saberlo. Nunca lo había visto y me iba a besar. Estaba confundida. Quería separarme, pero sus labios me llamaban. Estábamos a punto de besarnos y...

- ¡Señorita! ¡Señorita!

~

Me desperté de golpe. ¿Qué sueño ha sido ese? Ese chico, el mismo que se apoderaba de mis sueños desde hace muchos días. Cada vez que dormía.

- ¡Señorita! -me gritó la moza, salí de mis pensamientos y la fulminé con la mirada. Ella me miró apenada-. Ya ha aterrizado el avión. -me dedicó una sonrisa.

- Gracias -susurré.

Bajé del avión y fui a buscar las maletas. Estuve un rato mirando a ver si las veía. Hasta que las vi a los cinco minutos. Fui a fuera del aeropuerto y fui a buscar un taxi. Me fui hacia un hombre algo mayor y me ayudó a subir las maletas en el maletero.

- ¿Dónde le llevo? -me preguntó mirándome por el retrovisor, ya que estaba en la parte trasera del taxi.

- Em... ¿sabe donde hay un hotel barato por aquí cerca? -le pregunté.

- A unas cuantas cuadras hay un hotel que se llama Henry VIII (octavo), es el más barato que hay por aquí.

- ¿Cuánto dinero es, más o menos, cinco noches?

- 250.00£ creo -dijo haciendo una mueca.

- Hacia allí, por favor -dije y fijé la mirada a la ventana.

Mientras íbamos hacia el hotel iba pensando en si me iría a Canadá o quedarme aquí ya que tampoco tengo mucho dinero para comprarme otro billete para ir hacia otro sitio.

- Señorita, ya hemos llegado. -me dijo sonriendo-. Son 15.90£.

Le di el dinero y las gracias, y fui hacia la entrada del hotel. Era sencillo. Fui a recepción y pedí una habitación individual para 5 noches, y me dio la llave. Piso 4, habitación 423. Fui hacia el ascensor pero antes de picar el botón, para que el ascensor llegara al piso donde yo estaba, se abrieron las puertas metálicas y salió un chico corriendo haciendo que caiga junto con mis maletas.

Wrong Direction - Liam PayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora