La Batalla Dimensional

Capítulo 2.

«Al abrir los ojos me percaté de que estaba en la parte de atras de una furgoneta, lo primero que hice fue asomarme a las dos ventanas que habían en la puerta trasera, debido al estruendo y caos que se oía, me incorpore, mire por las ventanillas y... Había una nube gigante, con unos colores naranjosos y azulados verdosos, pero dentro de la nube había un planeta rojo. Al mirar abajo, el ambiente era desolador, dente muerta, cadáveres con un gran agujero en el centro del pecho, pero aunque eso me sorprendiera e hiciera que se me pusieran los pelos de punta, ví personas de unos dos metros de altura, con una armadura metálica y brillante, tenían una arma que jamás había visto y no podria describir muy bien como era debido a la distancia. Me giré para ver quien conducía y a donde nos dirigiamos. Habían dos personas, iban con un uniforme del S.W.A.T.

- ¿Qué está pasando?
-Tranquilo, vamos a un lugar seguro.

No me fiaba mucho pero prefería estar con ellos antes que salir fuera con "los hombres metálicos".
La furgoneta se iba alejando poco a poco de la ciudad hasta llegar a un granero con la madera de color oscuro y con un tono podrido. Pararon el vehículo en la puerta del garnero , cuando nos bajamos de la furgoneta, unos rayos azules empezaron a bombardearnos, automáticamente alzamos la vista los tres para ver de donde procedían esos disparos... Nos habían encontrado, estaban aquí "los hombres de armadura", nos habían seguido

-¡Corre, corre, William, corre!
-¡Metete al granero, ya!- Dijo e segundo acompañante

Pero esa voz aguda,me dijo que era un mujer, pero esa voz me sonaba, era...

-Linda... ¡Linda Stark!
Aquella persona se giró automáticamente e hizo movimientos con el brazo, señalándome para que me metiera de una vez en el granero. A lo que se giró para seguir disparando a aquellos hombres, un rayo de luz le atravesó el torso, como a las personas de la ciudad. No me lo pensé ni un momento, fui corriendo tan rápido como pude hacia ella, al llegar, puse su cabeza en mi regazo y le quité el casco y pude ver en su rostro pálido unos ojos apagados, con una respiración brusca, como si no le llegara el aire.

-Corre- Dijo forzando la voz en su último aliento.

Entre lagrimas me incorporé, levante la mano derecha, el dolor que sentía por que las cicatrices se abrían hasta formar un agujero en forma de estrella, se camuflaba por la pena de la muerte de la chica a la que amaba. Mire fijamente al hombre que la mató y grite con todas mis fuerzas a la vez que salía un rayo de luz amarillo desde la palma de la mano

-¡Linda Stark... Hoy te vengaré!

El rayo derribó a aquel hombre, pero al disparar el rayo desde la palma de mi mano, me hizo sentir débil, cansado... Para cuando quise darme cuenta, mi cuerpo se desplomó y se me cerraron los ojos sin fuerzas »