La mudanza.

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Llegó la mañana y mamá ya estaba sacando las cajas, al parecer el camión de la mudanza se había adelantado.
- ¡Micaela!, trae tus cosas, apresurate - gritó mamá.
-Ya voy - dije algo desganada.
Me dolía la espalda porque la noche de ayer habíamos dormido en sacos de dormir, papá se había llevado las camas a la otra casa para que las instalaran en la otra casa.
Mientras el camión terminaba de subir nuestras cosas nosotros debíamos estar yendo a la nueva casa, nos llevaría media hora exactamente para llegar.
Cuando bajé del auto en di con la sorpresa de que la casa no estaba nada mal, de hecho era más moderna que la nuestra, tenía el césped bien arreglado, la casa era casi perfecta, amplia, con un buen color, parecía loca, primero decir que odiaba esa casa y luego amarla, creo que mis padres ya sabían que eso pasaría y por eso no me daban tanta importancia.
Solo me quedaba medio día para pensar en ¿Cómo será mi nueva escuela? ¿ Qué haré al llegar acompañada de papá?, porque al día siguiente sería mi primer día, estaba aterrada.
Luego de 20 minutos llego el camión con nuestras cosas, yo dolo baje las mías y pregunté - ¿ Dónde es mi habitación?
-Arriba al fondo, la habitación de la derecha, la que tiene ventana hacia la calle - dijo mamá.
-Esta bien gracias mamá - dije.
Subí lentamente las escaleras, estas tenían un bonito tapete que las cubría, las escaleras eran no tan extensas creo que constaban de 14 nada más.
Llegué a la parte de las habitaciones y camine hasta el fondo viendo las demás habitaciones y KAS decoraciones que la casa tenía, cuando abrí la puerta de mi habitación me quede impresionada de lo bonita que era, el tapiz era de color color morado y el piso tenia una gran alfombra gris, mi cama como siempre era de color blanco y mi cubrecama de color morado, casi parecido al del tapiz, comencé a desempacar mis cosas y a colocar ni ropa en mi nuevo closet, de hecho era más grande que el anterior y un poco mas detallado, tengo que admitir que me encantaba la nueva casa.
Al cabo de tres horas más o menos terminé de desempacar y ordenar mi habitación así que fui abajo a ver en que podía ayudar pero ya casi todo estaba listo pero al extremo de la sala estaban dos cajas un tanto grandes, las revise y encontré mis libros, los había olvidado por completo por suerte que papá los trajo.
- Papá, ¿Dónde estará la biblioteca? - dije.
- Oh, al frente de tu habitación - dijo él.
- De acuerdo, llevaré los libros - dije.
-Esta bien, gracias - dijo.
Cuando subí con las cajas sentí unas ganas de entrar corriendo a la biblioteca y es que cuando lo hice sentí por primera vez la paz perfecta si así se le puede decir, era increíble, esa habitación era la única que no tenía modernización, al contrario era anticuada pero linda. Yo estaba algo cansada y decidí dejar las cajas e irme a mi habitación, puse algo de música y me quede dormida.

Mi cupido es un fantasmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora