El comienzo.

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Era verano cuando nos llegó la noticia, un día demasiado caluroso, al menos en el vecindario donde vivíamos y digo al menos porque me encontré a Alisha y ella estaba bien abrigada, por su zona hacía frío pero por la mía hacía un calor insoportable justamente por el verano pero la zona de Alisha era rara y alejada.
Yo tenía a sensación de - Me estoy achicharrando, ¡Aguaa!- y creo que una personita tiene en don de leer mi mente porque en ese instante me cayó un gran chorro de agua helada, esa personita era Nicolás, mi hermano. Entonces yo tomé el plato de agua de Dinno, nuestro perro y se lo lancé, el sólo se reía sin poder parar al igual que yo.
No había nadie en casa y aprovechábamos eso para hacer de todo, en ese instante sonó la puerta, la abrí y era el repartidor, me entregó una especie de sobre amarillo, lo firmé y lo dejé en la repisa de la sala, yo tenía curiosidad de abrirlo y ver que era, pero si era algo importante papá se enojaría mucho así que aguante la curiosidad.
-Mica, tengo hambre, ¿Qué desayunaré?- dijo Nicolás.
-No hay nada para ti- dije riendo y en un tono de chica mala, pero Nicolás me vio con cara de perrito arrepentido que me invadió la ternura y le dije - Te dejé un plato de cereal en la cocina, ve con cuidado porque Dinno tiene hambre pero de cereal, estaré en mi habitación puedes ver televisión hasta que mamá llegué, ¿Okey?- sonaba como mi madre cosa que me aterró pero Nicolás aceptó nuestro "trato".
Cuando estaba con mi hermano solía transformarme en una niña de su edad, jugábamos hasta más no poder y cuando tenía 13 hasta que uno de los dos salga llorando, por lo general era yo.
Faltaban cuatro horas para que mamá llegara a casa así que decidí salir a dar una vuelta con Alisha, mi mejor amiga, fuimos por un helado y nos encontramos con Felipe, era verano y para ser sincera no quería saber nada de él pero bueno el mundo es de todos los saludé y se lo presenté a Alisha, hacían una buena pareja y para mi buena suerte mi teléfono comenzó a timbrar, era mamá.
-Hola mamá, ¿Ya estás en casa? - dije angustiada.
-Micaela, ¿Es que acaso no estas cuidando a Nicolás? - dijo mamá enfadada.
-No mamá lo que pasa es que fui por un helado para Nico, pero ya estoy regresando a casa, adiós mamá te espero para la cena- dije apurada por cortar la llamada.
-Esta bien pero Micae...- dijo mamá sin terminar de hablar, debía volver a casa así que le dije a Alisha - ¡Hey Ali!, debo volver a casa, sabes como se pone mamá cuando salgo sin su permiso y dejo solo a Nicolás, después de la cena te hablaré para que me cuentes como te fue con Felipe, adiós - con una sonrisa hacia Felipe como despedida y corrí a casa.

Mi cupido es un fantasmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora