Mood: All We Do - Oh Wonder
Arrugué el papel entre mis manos, el pecho me quemaba con cada respiración que daba. No lo podía creer, esto no estaba pasando. Cerré los ojos, presionándolos hasta que dolieron, Noreen era una estúpida, una pequeña mierda, la odiaba tanto por lo que había decidido hacer.
Me sentía una mierda, no podía luchar las lágrimas que desbordaban de mis ojos y no me importaba si todos en la cafetería me miraban como si fuese un fenómeno. Era un imbécil, un egoísta y cobarde, por no haberle demostrado todos los días cuánto la amaba.
Amaba a Noreen.
Solo me había estado comportando como un idiota, fui un idiota todo este tiempo, ella solo quería amor. Mierda. Estaba congelado sobre el asiento, quería tirarme al suelo, jalar mis cabellos y gritarle al cielo que me devuelva a Nor.
Desperdicié tanto tiempo, en el que pude haber estado con ella. En el que pude haber besado su piel de porcelana y hundir mi nariz en su cabello pelirrojo. Ella siempre olía tan bien. La pude haber besado muchas más veces, pude haber dejado mi ego destruido de lado y hablarle, pude decirle que la amaba, pude dejarles claro a todos que era mía de una forma caballerosa, pude no haberla humillado como lo hice, pude haberla dibujado, pude...
Nor, Nor, Nor. Joder.
No había nadie como ella, de eso estaba seguro, nadie me hacía sentir como ella. Debí suponer que algo andaba mal cuando nos enviaron a casa a todos sin siquiera dejarnos sacar nuestras cosas de los casilleros. Ninguno de los profesores quería hablar sobre el tema, y estaba seguro de que probablemente la gran mayoría de los bastardos se me miraban no estaban ni enterados.
Lloraba como un condenado, se me cerraba el pecho, mis uñas se enterraban en mis palmas y comencé a gritar; estaba descompuesto y perdido.
Mierda y más mierda.
Los profesores notaron mi estado de ánimo porque se acercaron a controlarme, pero yo no quería ser controlado, no quería ser tocado por otras manos que no fuesen las de Nor. Maldita sea. Todo esto era mi culpa. Debí protegerla, ella era mi única amiga y eso es lo que los amigos hacen ¿no?
No, debía hacerlo porque lo sentía.
Volví a gritar.
Nada de esto estaba pasando, todo debía ser un sueño o una broma pesada. Ella entraría por aquella puerta y me miraría para después hacerse la desentendida. Ella estaba a punto de decirme que era un idiota como siempre lo hacía, yo lo sabía.
¡Debí haber hecho algo! Debí haber corrido tras ella y abrazarla. Pero no, me había quedado sentado, pretendiendo que no oía como intentaban herirla. Todos éramos culpables,no, yo era culpable.
Grité sintiendo un ardor en mi garganta y golpeé la mesa, tal como un gorila lo habría hecho. Eso había logrado que los profesores mantuvieran su distancia.
Gayle se acercó y lo abracé como si se tratase de mi propio hermano, lo necesitaba en estos momentos, aunque esto también era su culpa. Entonces había pasado de necesitarlo a odiarlo como me estaba odiando a mí mismo y a todos los que me rodeaban. Solo era un manojo de emociones incontrolables e indescifrables.
Gayle. También lo había dejado caer a él.
"¿Qué sucede?" Oh no, él también moriría. Incluso haría que me odie.
"Nor..." No quería pronunciar aquellas palabras, no, para mi nada de esto era real. Gayle debió suponer que algo iba en serio mal, porque también comenzó a llorar "Ella lo hizo, Gayle. Ella me dejó."
"No- no Harry. No me digas eso por favor."
"Fui un c-cobarde cuando se suponía que la amaba." Y luego de eso lloramos, lloramos abrazados como los mejores amigos que solíamos ser, nos derrumbamos y no estaba seguro de quién debía sostener a quién. Imaginé que también Nor estaba incluida en el abrazo, tal vez siempre debió ser así, nosotros tres como mejores amigos.
Volví a gritar.
Él gritó.
Así pasó una semana más y el año ya estaba por concluir, frente a mis ojos se encontraba aquel maldito papel con la frase "Lo que cambiaría de mi último año". La pregunta sería qué no cambiaría de este fatídico año. Nadie entendía cómo me sentía, solo Gayle, él sabía todo lo que yo sentía por Noreen. Noreen, me dolía pronunciar o siquiera pensar en su nombre. Había peleado con todos en la última semana, quería defenderla de todos los que decían que estaba loca, que era una chica depresiva y estúpida. Por una vez quise hacer las cosas bien, aunque tal vez ya era muy tarde.
Yo necesitaba tenerla de vuelta en mis brazos, a mi pequeña Nor. Pero eso era imposible y nadie jamás sentiría lo que yo. Todos decían que yo estaba loco y que era una tontería recordar a quienes ellos creían soberbia y extraña. Solo decían eso porque no la conocieron ni amaron como yo.
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Back to my arms | h.s. short story
ContoTodo lo que él quería era tenerla de vuelta en sus brazos. Esta historia ha sido completamente editada. Portada por @DrowningHalo