A veces, rendirse es la única solución. Y es después de hacerlo cuando piensas en lo que acabas de hacer…
Sabes que no es la primera, ni tampoco va a ser la última vez. Sabes que no estás sola, que hay gente a tu lado aunque no lo sientas en ese momento. Sabes que fue un error, una estupidez, pero que ya no puedes echarte atrás. Que ya lo has hecho y que, durante un tiempo, se te va a quedar la marca de ese duro recuerdo.
Te miras al espejo y piensas. Piensas en toda la gente que te ha dicho mil veces que no te rindas, que sigas adelante, que van a estar ahí.
Pero, a la hora de la verdad, ¿quién está ahí realmente? Una persona como mucho y no va a estar abrazándote cuando estés que no puedas más. Una que, por mucho que te de ánimos, su infierno interno es igual o mayor que el tuyo.
Lo que pasa es que esa persona no se rinde. Sigue adelante con mil y un métodos para pasar de todo diferentes a los tuyos. Métodos que solamente él o ella sabe.
Y al día siguiente te levantas psicológicamente agotad@ y ves las secuelas de lo que hiciste el día anterior. Te das cuenta de que fue una gilipollez y te vuelves a prometer que jamás volverá a pasar. Y, sin embargo… pasa.
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Pensamientos de una adolescente...
Genç KurguMis pensamientos del día a día... Cómo me siento en cada momento... Escribir, una manera de deahogarme