-¡Harry, marica! -apresure mi paso hacia el baño de chicos para así adentrarme en el y olvidar por algunos minutos quién soy y la mierda de vida que tengo.
Así era mi vida todos los dias, llena de insultos por parte de las demás personas. Se preguntaran porque me llaman marica, pues, la razón por la que todos me llaman marica es porque hace un tiempo me habían encontrado en el cuarto de limpieza teniendo sexo con uno de los jugadores del equipo de Futbol Americano.
Y si, lo acepto, soy homosexual, me gustan los chicos, algo que siempre he ocultado por el miedo de que me discriminen mas de lo que ya lo estaban haciendo.
Choque con alguien haciendome levantar la cabeza.
-¡idiota, mira por donde caminas! -me congele en el momento que escuche su voz.
-P-perdón -y ahí estaba el, el chico que siempre me había tenido asco, el chico que siempre me había gustado, el chico que me odiaba... el chico de los hermosos ojos azules; Louis Tomlinson.
Baje la cabeza por la vergüenza mientras que sus ojos azules me miraban con total asco, con odio.
-Louis, creo que el quiere que se lo metas por el culo. -se hecharon a reír. Los ojos se me llenaron de lágrimas pero trate de retenerlas para no llorar como un crío de cinco años.
-¿eso es lo que quieres, Harry? ¿quieres que te lo meta por el culo? -pregunto Louis, divertidamente. Negue con la cabeza apretando los ojos fuertemente.
Trate de pasar por su lado pero me impidió el paso.
-¿a dónde vas? ¿no quieres que te lo meta por el culo? -rio divertidamente. Hice puños mis manos y las aprete haciendo que mis nudillos se tornaran blancos.
-por favor dejame ir. -susurre débilmente. Realmente me dolia como Louis me trataba, el no era así, las veces que hablamos en el salón de clases el se comportaba amablemente, diferente a como se estaba comportando ahora.
-no, no pienso dejarte ir. -por un momento llegue a escuchar algo extraño en su voz, pero al mirar a sus ojos sentí la necesidad de tirarme a llorar.
Todo lo que se veía en sus ojos era asco, asco hacia mi, asco de mi presencia, asco de todo lo que fuera acerca de mi.
-dime algo, Harry... ¿te gusto como Seth te lo metio por el culo? -pregunto divertidamente. No dije nada, solo me limite a avanzar por su lado y seguir mi camino hacia el baño.
Por lo menos esta vez si me dejaron ir y no me impidieron el paso.
-es un marica. -escuche como reian y seguían su camino lejos de mi.
Al llegar al baño me encontré con la persona que menos quería ver en este momento; Seth, el chico que daño mi vida al contarles a todos las veces que supuestamente habíamos tenido sexo.
-hola, Harry -saludo con un toque de maldad en sus ojos. Aprete fuertemente la mandíbula.
-¿Que rayos quieres Seth? -pregunte fríamente. Lo odiaba, el había sido el causante de todo lo que me estaba pasando. Si tan solo el hubiera aceptado su homosexualidad tal vez esto no estaría pasando, pero no, el tuvo que hacerse la victima diciéndole a todos que yo lo había forzado a que tuvieramos sexo todos los finés de semana.
El se había encargado de que todos le creyeran hasta la ultima palabra, y eso fue lo que hizo mi vida una mierda, todas sus estúpidas mentiras habían hecho que mi vida se transformara en una mierda, llena de insultos todos los días.
-quiero que me lo metas por el culo como la ultima vez. -se acerco a mi mientras se desabrochaba el cierre del pantalón.
-¿Que? ¡claro que no lo haré! -exclame. Nunca volvería a tener sexo con Seth. Ahora me daba cuenta de que nunca debi de haberme metido con el.
