Capítulo II-La verdad

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La relación de Brucelda y Sebastián había progresado lo suficiente para iniciar una relación, sin embargo sebastián debía ser sincero para que todo le marchara bien, según él.

Brucelda- ¡Gracias, Sebastián! estos meses han sido lo mejor, nuestras salidas de entre semana, nuestras conversaciones nocturnas por chat y demás cosas que con tanto amor me das.

Sebastián solo miraba a Brucelda con una leve sonrisa mientras pensaba que no estaba bien, pero que quería ser feliz con la mujer que tanto anhelaba.

-Sebas, ¿por qué estás tan ido?-preguntó Brucelda-.

El ambiente se prestaba para pensar más allá de lo que la monotonía permitía, un cielo despejado, pájaros libres y niños riendo mientras jugaban con sus padres en aquél parque.

Sebastián- Brucelda, mírame y dime qué sientes por mí.

Brucelda- Siento algo especial y estos dos meses son pocos, pero puedo decirte que te amo y que lo daría todo por ti.

Sebastián pensó que estaba frente a la mujer de sus sueños y que era hora de decir la verdad.

Sebastián- Brucelda, sabes que es muy fácil cometer un error y que puede ser difícil arreglarlo, pero se puede aunque cueste.

Brucelda lo miró consternada y le pidió que no vacilara más, ir al grano sería lo mejor.

Sebastián- Estoy casado, pero en definitiva no nos amamos ella y yo.

Brucelda se quedó muda y directa, no sabía qué hacer o decir, pero al final decidió tomar sus cosas y abandonar aquél parque para dirigirse a su casa.

-¡Por supuesto! por algo no contestaba mis llamadas cuando era muy noche y prefería mensajear, por algo sus fin de semanas tan ocupados, pero siempre lo sentí completo conmigo...- Pensaba Brucelda a punto de estallar en llanto mientras manejaba por una calle llena de atajos, caminos buenos y caminos malos.


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