Will

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Capitulo 5

Will

2 Años antes de las pruebas

-Descanse en paz, hermana Willhelmina.- Dice el padre a todos los presentes.

-Amen- Contestan al unisono.

El ataúd comienza a descender en el profundo y oscuro agujero que esta en el suelo. Los lamentos y susurros débiles de los asistentes llenan el aire de una espesa tristeza que se cuela por el pecho, enrollándose en mi garganta. Vuelvo a llorar. Intento no hacerlo, pero esto es lo mas natural en estos casos, creo.

Cuando cierro los ojos es como si volviéramos a recibir esa llamada, una y otra vez, como cuando crees haber despertado de un sueño, pero sigues en el. Mi padre levanto el teléfono, contesto, y escucho. Su cara se puso blanca como el papel y comenzó a temblar. No dijo nada.

-Lo siento mucho.- No estoy segura de quien lo dijo, o quien me toca el hombro, quien me abraza. Las palabras están llenas de buenas intenciones, honestidad y pena, pero no ayudan. No hay palabras lo suficientemente buenas para curar una perdida. Me limito a mirar el suelo y dejar que me rodeen con su brazos, como lo hacia mama, pero nadie logra que me sienta cálida y en casa, en el hogar. Mi madre era mi hogar. 

La tierra comienza a caer y golpear el fondo de la tumba. Cada caída y sonoro aterrizaje  es una puñalada al alma. ¿Porque paso esto?, ¿Porque ella?, ¿Porque de tantas personas, tantas posibilidades, a mi madre le toco manejar a la misma hora y por la misma carretera que un ebrio?, ¿Porque el solo tiene la columna fracturada y la libertad acabada y mi madre ya no respira mas? Un huracán se forma en mi cabeza y arrasa con todo pensamiento coherente. Lloro de tristeza, lloro de dolor, lloro de impotencia. Ojala pudiera asesinar al hijo de puta que provoco esto. Ojala pudiera hacer que sus hijos-si es que los tiene-sintieran esto. Pero ella no me lo perdonaría. Mama ni siquiera me permitiría tener esta clase de pensamientos. Ella era la ternura hecha vida. 

Mi hermana, dos años mayor que yo, esta hecha un mar de lagrimas. Ella no puede contenerlo. Ni mi padre. Esta es la segunda vez que lloro desde que esto comenzó. La primera; cuando vi el ataúd. Estaba cerrado, ya que el accidente dejo su rostro irreconocible. Y la segunda es ahora, cuando la profundidad y pesadez de la fría tierra  nos separa para siempre. 

No se cuanto tiempo pasa, pero se que es bastante, quizás un par de horas. No veo mas que flores, flores y mas flores. Cubren la marca de la tierra arrancada para luego ser devuelta a si misma después de enterrar a mi madre. La gente se dispersa, intentan volver a sus vidas después de acompañar a una familia devastada. Devastada y frágil. 

Mi padre se acerca a mi hermana y a mi, nos abraza con tantas fuerzas que siento que nos podríamos fundir los tres. 

-Mis niñas... Mis pequeñas niñas.- Dicho esto, se hunde en un ahogado intento de hablar y llorar a la vez, con un intento de fortaleza fallida. No lo culpo, nadie debería intentar parecer fuerte cuando alguien muere, en especial su esposa, el amor de su vida. 

Me llevo a auricular al oído izquierdo e inicio la música. Y Want To Hold Your Hand, de The Beatles. La canción favorita de mama. 

-Yo cuidare de ustedes, mis pequeñas niñas.

Salimos los tres del cementerio, abrazados y mirando al cielo, donde de seguro esta ella viéndonos.

Y cuando te toco me siento tan feliz, es una sensación tal que no puedo ocultar mi amor. 






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