Un corazón entre dos [Capitán América/Star-Lord]

3. Las complejidades de estar solo

Steve-

No os voy a mentir, hace tiempo que no hago nada especial, aparte de las misiones y ataques terroristas, vamos lo normal para mí. Tengo ya olvidadas las veces que he cenado yo solo y comiendo comida pre calentada, encender una sarten lo sabía hacer, pero ya cocinar no se me daba muy bien que digamos.

Cuando no tengo misiones no sé qué hacer, a veces doy vueltas con la motocicleta por la ciudad, otras tantas veces veo y examino expedientes de mis soldados o cuando necesito pensar corro por el central park.

Tampoco podría dormir a pierna suelta, debido a que cada vez que cerraba los ojos venían a mi demasiados recuerdos de mi pasado que no quiero recordar: la guerra, la sangre, mi amigo Bucky, el cual falleció en una misión, pero tiempo después lo convertirían en el soldado más despiadado de todos. El Soldado de Invierno.

Esa terrible congelación, fue lo peor de todo, estuve encerrado en aquel habitáculo frio y lleno de soledad casi 70 años, pero gracias a eso pude salvar a mi patria de H.I.D.R.A., aunque años después descubriese que lo hice en vano. Creía que todo había terminado, pero no era más que el principio de más guerras que serían más grandes que yo.

Lo que lograba que olvidara todo era en pensar en Peggy. Aquella mujer fue mi primer amor y el único hasta ahora, he de decir que con el tema de las mujeres no he tenido suerte, antes era porque nunca se fijaban en mí, si no tenían cuidado podían pisarme y ahora es porque tengo miedo, miedo de enamorarme otra vez y perder a esa persona amada. Siempre dije que encontrar a "la persona adecuada" cuesta mucho, pero no se sabe, no sé si tendré otra vez esos tartamudeos cuando la vea o "mariposas en el estómago", al fin y al cabo es el destino propio el que elige.

Otra tarde solo, estaba sentado en una silla del salón de estar de mi apartamento y decidí abrir aquel cacharro electrónico llamado portátil, a decir verdad antes no sabía cómo manejarlo, pero con ayuda de Nat y de Clint pude saber cómo se encendía y navegar en "Internet" .Al abrir el portátil me llego un mensaje y era un video, de mi época, pinché en él.

Empezaba con la guerra *como no. Con un ejército de Hitler avanzando a paso fuerte, seguidamente aparecían imágenes de soldados estadounidenses felices pero ilusos de lo que le esperaban, al momento salía una imagen de una lanza de desembarco en la playa que salían soldados y entre ellos aparecía un hombre, el" hombre con el plan", el hombre estrellado, El capitán América.

El video seguía, era yo persiguiendo nazis, pero en compañía con mi amigo Bucky, al ver la escena de cuando el presentador nos hablaba de una cosa y nos reíamos, esa escena, esa maldita escena, esos momentos felices, que nunca olvidaré, pero al recordarlos, siento dolor, dolor por no volver a sentirlos.

Apagué el ordenador, no quería ver más.

Baje la cabeza y vi que debajo del portátil había unos archivos, los expedientes de mis antiguos colegas de la guerra o como eran llamados "Los comandos aulladores". Debió haberlo dejado ahí Fury para recordad mi querido pasado. El primero era de mi amigo oriental Jim Morita, que estaba fuera de servicio, pase a otro archivo, pero sin ganas en mis manos, los pasaba sin ganas, estaba cansado, cansado de todo. Seguí pasando expedientes sin ganas hasta llegar a uno que a decir verdad me sorprendió, "Margaret Carter" o como yo la llamaba, Peggy .Cogí el papel grueso y lo examine con desespero, estaba toda su vida reflejaba en aquel papel, su nacimiento, donde estudio....todo. En el margen derecho del papel había una imagen suya. En aquella foto estaba inmortalizado su cabello ondulado y sus labios rojos y carnosos, que solo llegue a probarlos una vez, una maldita vez, antes de que yo partiera a luchar con "Cráneo rojo", aunque gane, pero tuve un final que ya todos sabemos. Seguí examinado la foto, baje mi mirada hacia abajo y vi que todavía seguía viva, a pesar de haber pasado 70 años, estaba escrita su dirección y su número: