- ¡¿Pero cómo se les ocurre ser tan estúpidos?! - exclamó Keyra
Su hermana, Kayra, ya había perdonado a Dante por ser tan idiota. Pero Keyra era una historia distinta, estaba furiosa. Para comenzar ella nunca quiso que él bajara con ellas.
- ¡Sabía que no era una buena idea! ¡NUNCA ME HACEN CASO! ¡COMO SI YO FUERA UNA HUECA! - gritó con voz chillona.
- Tranquila Keyra, todos aquí sabemos que eres muy buena en estrategia, un poco loca, pero buena al fin y al cabo - dijo Kayra y tranquilamente.
- ¡ARG! - gruñó su melliza frustrada y se fue a sentar en un rincón.
Dante suspiró y se recargó contra Kayra. Ambos estaban agotados de tantos gritos.
Después de varias horas de puro silencio, escucharon como se abría la puerta de otra celda. Kayra se asomó a ver qué pasaba: un grupo de chicos - dos chicos y dos chicas - estaban siendo metidos a la fuerza en la celda de en frente. A la chica le pareció un poco sobreactuado, pero qué sabia ella de criminales adolescentes.
Reparó en que el policía que cerraba la puerta con llave era especialmente guapo y joven.
Muy joven.
Y guapo.
El chico no tendría más de 21 años.
Cuando la puerta se cerró Keyra se volteó ante el sonido.
- ¡Kayra! - estaba con la boca ligeramente abierta - Mira a ese chico.
Kayra lo escaneó disimuladamente y se dio cuenta de que su hermana le miraba el trasero al misterioso chico.
- ¡Por nosotras*! - exclamó esta un tanto fuerte, haciendo que el muchacho se volteara sonrojado.
El chico la miró de pies a cabeza con una pícara sonrisa y seductora mirada; sus ojos, de un verde tan intenso como hojas del bosque en todo su esplendor; sus brazos denotaban músculos y su cabello era negro, oscuro y sedoso. Kayra babeaba internamente mientras compartían miradas coquetas con sus perfectos labios curvados hacia arriba, hasta que el muchacho se retiró.
Y... Kayra volvió a la realidad. Keyra y Dante discutían a gritos. De nuevo.
- ¿Se pueden callar, maldita sea? - exclamó enfurecida la morena.
- ¡Yo estoy más bueno que ese tipo! ¡¿Por qué te le quedas mirando?!
- ¡No eres quién para decirme a quien puedo mirar y a quien no! ¡IDIOTA! - se defendió Keyra.
- ¿Qué acaso no notas mi culo? - replicó Dante con cara de incredulidad.
- ¡EN NINGÚN MOMENTO CUESTIONÉ EL PODER DE TU CULO!
Se hizo el silencio. Se escuchó el tintineo de unas llaves cayendo al suelo. Kayra, Keyra y Dante se voltearon en perfecta sincronía y vieron que los chicos de la celda de enfrente, y el sexy policía, tenían la boca abierta y se habían quedado como en pausa mirándolos fijamente.
- Incómodo... - dijo Dante levantando los brazos incómodamente con voz chillona.
A una de las chicas - la de cabello rubio - se le dibujó una sonrisa coqueta en el rostro.
- ¿Ves lo que haces, idiota? - espetó Keyra con los celos filtrándose en su voz mientras le daba un golpe en la frente a Dante con la palma de su mano.
- ¡Ay! ¿Por qué la violencia? - el dios frotaba su frente con aire de indignado.
- Emm...eh...yo...creo que tengo que abrir esto - murmuró el policía mientras Kayra lo desnudaba con la mirada.
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Una historia por escribir...
FantasyKayra y Keyra son diosas de las historias, desde una pequeña idea completamente oculta hasta un manuscrito conocido por todos. Cansadas de la misma rutina deciden enfrascarse en una aventura que les traerá tristezas, alegrías y muchos, muchos proble...