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Kyungsoo se había pasado la noche analizando todos y cada uno de los movimientos que hacia Jongin. Había acabado por relacionar todas las expresiones que realizaba el moreno con un sentimiento, sabía perfectamente cuando contaba algo que le daba pudor, algún recuerdo feliz o por el contrario alguna cosa que en su momento le hizo daño.
Jongin por su parte había notado como el mayor cada vez se había soltado más. Mantenía su expresión seria, pero dejaba mostrar más su sonrisa y no parecía tan desinteresado por el menor.
¿Cuántas veces se había perdido Jongin en la sonrisa de Kyungsoo?
Se habían pasado toda la noche hablando, y habían perdido la noción del tiempo como nunca lo habían hecho.
No había roces, ni caricias, ni besos, ni nada romántico.
Tan solo una larga charla y miradas cómplices. No necesitaban más.
°°°
Ambos amanecieron despiertos, como era de esperar tras haberse pasado parte de la tarde y comienzo de la noche durmiendo.
Kyungsoo fue el primero en levantarse de la cama para ir directo a la cocina. Jongin antes de ir con él se dirigió primero al baño.
Todo iba bien, lo había ido durante toda la noche, entonces... ¿Por qué Kyungsoo sintió que la inseguridad recorría todo su cuerpo de nuevo?
Apoyó ambas manos en la encimera y agachó la cabeza dejando ambas tazas aún a medio hacer.
¿Cómo había sido capaz de dejar que un desconocido pasase la noche con él? ¿A su lado?
Sabia cosas de él, pero no podía saber si eran ciertas. ¿En qué había estado pensando?
Se encogió en sí mismo al comenzar a respirar de forma costosa e irregular, su cabeza no dejaba de repetirle una y otra vez que aquello estaba mal, y notó como la soledad empezaba a pedirle a gritos algo de atención.
Jongin entró a la cocina con intención de ayudar a su mayor a preparar el desayuno, pero las cosas no marcharon como él pensó.
-Vete.
Dijo Kyungsoo con la voz seca estando aún de espaldas.
-He dicho que te vayas, ahora.
Repitió sin darle tiempo a que contestase. Volvió ligeramente la cabeza hacia el menor con el ceño fruncido. Jongin permanecía quieto en la puerta, lo miraba también con una expresión seria y bastante atónito por la situación. No entendió qué había hecho mal, pero al notar el ligero temblor que recorría el cuerpo del más pequeño comprendió que el problema no era él.
Adelantó un pie hacia Kyungsoo y colocó la mano en su espalda sin dejar de mirarlo a los ojos en ningún momento.
-Kyun...
Kyungsoo no dijo nada, se apartó en un abrir y cerrar de ojos, saliendo de allí antes de que Jongin pudiese darse cuenta.
°°°
Aquel día Kyungsoo no fue a trabajar.
Sintió que Jongin le había absorbido todas las energías.
Dio gracias a que tras salir de su encierro en el cuarto del baño no se encontró con el menor por ninguna parte. Lo único que quedó de él fue el café.
Había acabado de prepararle el desayuno y se había encargado de dejar limpia la otra taza.
Pero Kyungsoo no se lo tomó, dedicó parte de su tiempo a acariciar con el dedo índice los bordes de la taza. Se sumió en sus pensamientos y se ahogó en el café sin ser consciente. Tal vez era él, pero el color del café le recordó al color de piel del bailarín.
°°°
Ese día volvió a llover, como el anterior, y como muchos otros anteriores. Él contemplaba el paisaje desde la ventana, esta vez sabiendo que nadie le apartaría en el caso de que aquello fuese peligroso.
Estaba siendo un día de mierda, como casi todos.
Permanecía solo en casa, cansado de hacer una y otra vez lo mismo. No tocó el móvil ni un momento pues sabía que no iba a tener ningún mensaje al que responder. No comió ni una vez porque los nervios le habían cerrado el estómago como de costumbre. No vio la televisión porque nunca había nada interesante, siempre era lo mismo. Una, y otra, y otra vez.
Era un bucle.
Todo lo era.
El ir y venir de un sitio a otro, el abrir y cerrar el frigorífico sin sacar nada, el preparar cosas que luego no iba a comer, el no ir al trabajo y buscar escusas.
Una, y otra, y otra vez.
Pero esta vez hubo algo diferente.
Un pequeño énfasis que hizo de aquel día uno ligeramente distinto.
Kyungsoo se unió al cielo. Cerró los ojos y tragó saliva de forma costosa.
Una, y otra, y otras muchas más lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas. Rápidas como las gotas de lluvia que caían al otro lado del cristal, para cuando se quiso dar cuenta, muchas de ellas ya habían aterrizado sobre la camiseta que llevaba.
Lloró en silencio, como si no quisiera que nadie lo escuchase, porque en el fondo quería imaginar que no estaba solo, que realmente alguien estaba con él.

°°°

-Él no se encontraba bien, por eso quería saber si tú podi...
-Espera espera espera.
Le cortó Yixing tratando de analizar la situación. Achinó más de lo normal los ojos y se rascó la mejilla derecha con el índice sin mirar a Jongin.
Este permanecía en silencio mirándolo sin entender que pasaba. Suspiró al ver que Yixing se estaba tomando bastante tiempo en pensar lo que fuese, así que bebió un sorbo de la cerveza que había pedido.
-¿Dormiste con Kyungsoo?
Jongin enarcó una ceja y lo miró retirando el vaso como a poco de sus labios.
-¿Eso es lo único con lo que te has quedado?
-Es que me extraña un poco.
-Te dije que no dormimos, estuvimos hablando.
-¿En la cama?
-En el sofá.
-Antes dijiste en la cama.
-Pues ahora digo en el sofá
Yixing no pudo evitar reír de forma suave y se encogió de hombros mirando al moreno.
-Esta bien, te creo. Bueno, ¿y qué quieres exactamente entonces?
-Su teléfono.
El chino pestañeo como si no entendiese lo que él había dicho, pero Jongin no dijo nada, pues en lo que llevaban de charla Yixing había puesto más de una vez esa expresión, por lo que Jongin sabía que aquello no significaba lo que daba a entender.
Tras unos segundos Yixing sacó su teléfono móvil del bolsillo trasero de su pantalón y se puso a teclear y a deslizar el dedo sobre la pantalla.
-Realmente no sé si lo tengo. Entré a la pastelería hace muy poco y no soy tan cercano a Kyungsoo.
-¿Ah no?
Jongin alzó ambas cejas sorprendido y con los labios ligeramente abultados volvió a dar un trago. Centro la mirada en la gente que rondaba por el bar y suspiro realizando un traqueteo con los dedos sobre la mesa.
-Siempre puedes ir mañana a la pastelería y buscarlo allí, como has hecho conmigo.
Se encogió de hombros negando con la cabeza cuando Jongin le miró para darle a entender que no disponía de su número móvil.
-El caso es que necesito hablarle ya. ¿Y se le pasa algo?
-Nuestra compañera de trabajo me dijo hoy que Kyungsoo solía faltar porque tiende a agobiarse de forma muy brusca.
Le explicó el chino con una pequeña sonrisa. Jongin suspiró y asintió, pues aquello explicaba la situación que había vivido aquella mañana, por lo que siguió bebiendo algo más tranquilo.
En cambió el chino se mostró más tenso, pero lo supo disimular bien. Sintió repentinamente que algo en Kyungsoo no marchaba bien.

Yesterday ( KAISOO )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora