-El shinobi se encontraba tras la Haruno, pensaba agredirle con el kunai que sostenía en sus manos.
Cuando Sakura se volteó, abrió los ojos más de lo habitual, hasta que aquel desgraciado con una de sus manos la agarró sin piedad alguna por su fino cuello y estampó su cuerpo contra el árbol más cercano, dejándola herida.Una mueca de dolor se curvó en las carnosidades de la Haruno, y su instinto asesino salió de su escondite; comenzó a patalear, intentando liberarse del agarre, pero era imposible... Estaba acorralada.
Los shinobis rieron, no estaban ni si quiera heridos.- "Malditos malnacidos..." -Pensó la de cabellos rosáceos, hasta que una idea rondó por su mente.
En un momento de despiste de aquellos sujetos, la fémina aprovechó para escupir en el ojo de uno de ellos, y cuando aquel la dejó libre, darle un puñetazo a su acompañante.- ¡¡SHANNAROOO!! -Exclamó, y enseguida echó a correr del lugar, pero otros dos shinobis le impidieron el paso cuando salieron de unos arbustos. Mierda, estaba en problemas.
Se detuvo, y cuando quiso retroceder se encontró con la figura de los de antes. Tragó saliva, sabiendo lo que se avecinaba.
La Haruno era una oponente difícil, de aquello no cabían dudas, pero con aquellos individuos... Estaba en desventaja, le costara asumirlo o no.
Uno de los hombres se lanzó sobre ella, haciendo que cayera de inmediato al suelo de tierra y piedras. Aquello... Dolía. Estaba encima de ella, riendo, se daban por victoriosos, pero...
. . .
Se escucharon las hojas de los árboles moverse con rapidez, alguien estaba allí; alguien podría salvarla.
Al estar tumbada, no divisó de quien se trataba su 'héroe' en aquellos momentos, pero se lo agradecía profundamente. Aunque... Cabía destacar que era bastante rápido, en menos de cinco minutos había eliminado a sus oponentes.
Cuando la ojijade sintió que no había peso alguno sobre ella, se levantó y sacudió su ropa, debido a que se había ensuciado. Tras ello, procedió a voltearse.-
Ngh... Grac...
-Detuvo su habla nada más percatarse quien era aquel individuo. Sus verdosas orbes se abrieron como platos, sus labios se abrieron y una sensación de alegría pura recorrió todo su cuerpo.-
¿Sa...suke-kun...?