Heridas y Lamentos

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Me odiaba a mi mismo por herirla, por lastimara pero debo enfocarme por ahora solo en Aizen, la persona que arruino su vida.

Camino hacia donde percibo el reatsu de Aizen y me dispongo a atacarlo pero un grupo de humanos estaban hay, debo crear una distracción para que ello no sean las victimas de es hombre.

-Aquí estabas Aizen, te estuve buscando-

-Que hiciste con esa mujer?-

-La mate-

-Me sorprendes, pensé que sentías afecto hacia ella-

-"Afecto" no te lo dije cuando nos conocimos, yo soy una serpiente, mi fiel es fría, todo lo que quiero lo devoro, esa es o que soy-

-Bueno ahora que mi presa se ha ido tengo que perseguirlos-

-Que quiere hacer con ellos ?-

-Los matare y luego los colocar como ejemplo-

-Que lastima pero me temo que morirás aquí-

-Que...?...Gin...- Y fue atravesado por mi zampakto y después de unos segundos regreso a su forma original.

-A pesar de saber tus intenciones te mantuve a mi lado para descubrir como acabarías con migo. Pero si esta es tu respuesta entonces me has decepcionado, Gin-

-Recuerdas que te dije como funciona mi bankai. Lo siento te mentí- Deje que mi rostro mostrara mis intenciones, Acabar con el.

-No se mueve tan rápido como te dije. No regresa a la velocidad que mencione. La verdad es que cundo mi espada crece se vuelve polvo que destruye las células y ves la grieta de aquí- Dije señalando el hueco que se encontraba en mi arma.- Bueno en el centro de mi zampakto tiene veneno capaz de matarte-

Nombre mi técnica causando que el ya no tuviera a el Hayoku. Quise alejarme para un estruendo me paralizo. El se estaba volviendo a levantar y su apariencia era diferente, su reatsu aumentaba a cada segundo que pasaba.

El se acerco lo suficiente al objeto que le robe y me lo quito. Dijo algunas palabras pero yo lo ignore por completo, intente de tomarlo nuevamente pero el me quito el brazo, no sentí dolor el único pensamiento que ocupaba mi mente era ella. Al caer al suelo compense a recordar cuando te vi tan herida en la fría nieve, o cuando tu corrías hacia mi también en un día nevado o cuando nos reencontramos ya convertidos en shinigamis. Te quería tener cerca pero a la vez lejos de mi repugnante y manchado de sangre, porque era capaz de ensuciarte si te tocaba. Así que me mantuve lejos lo suficiente como para saciar mi obsesivo amor por ti.

Lamentaba tu sufrimiento sabiendo que yo lo ocasione. Lamentaba tus lagrimas. Lamentaba el haberte herido pero era por tu bien. Lamentaba el no haber estado a tu lado en los momentos mas difíciles. Lamentaba el abandonarte tantas veces y sufría el no tenerte a mi lado, el no verte , el no escucharte.

Ese pensamiento se repetía constantemente atormentando mi mente haciéndome creer que venias a mi llorando, gritando mi nombre desesperad-amente.

-Ran...gi..ku- Fue lo unico que pude decir al verte








Mi guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora