Dicen que los sueños son el reflejo de nuestros deseos... ¿acaso deseo yo la muerte de mi adorada hija?
Sueño no es eso, es una pesadilla.
Pero aun aquí, con locos a mí alrededor puedo comprender que mi decisión fue totalmente errada.
Mi pequeña Alicia, enferma de cáncer se aferraba todo lo que podía a la vida. Sus ojos azules como el cielo, su cabello negro como la noche y su mirada llena de una dulzura melancólica. Pero su lucha era demasiada, y ¿acaso no es el trabajo de un padre impedir el sufrimiento de su hija? Entre más tiempo estuviera viva más tiempo tendría ese dolor, ese sufrimiento.
La idea no fue instantánea, los sueños... corrijo, pesadillas duraron bastante.
La veía en su camilla, con su bata de un blanco triste y sus ojos reflejaban desesperación. Me veía a la cara y casi sin respirar me pedía que terminara con su vida, que así sería feliz junto a su madre. Pero lo aterrador no era en esa parte del sueño, era lo que pasaba después. Aparecía yo con una almohada en la mano y se la ponía en la cara, al instante tomaba un cuchillo que estaba a mi lado, uno de carnicería (y sabría Dios que hacia un cuchillo así en un hospital) y la descuartizaba, parte por parte. Había terminado con la vida de mi hija.
Como es lógico al terminar el sueño me despertaba bañado en sudor y con el corazón en la garganta y con el sentimiento de culpa por haber terminado con la vida de mi hija aunque solo fuese un sueño.
El dolor que venía después, dolor un tanto inexplicable pero aun así existente era espeso como el olor a la sangre, o como las lágrimas del cielo. Espero y ahogado, más que insoportable.
Cualquiera que hubiera soñado lo que yo soñé, sin exageración o duda alguna se hubiese suicidado. Varias veces pasó esa idea por mi cabeza pero no podía dejar sola a mi pequeña.
Si ella estuviera bien si me habría suicidado, pero no tendría sentido igualmente ya que al no estar ella enferma yo no tendría esas pesadillas.
Meses dure con esas pesadillas... hasta que no pude más.
Convencí a los doctores para que le dieran de alto a Alicia y me dejaran llevarla a casa.
Esa semana (su última semana de vida) la mime y le di todos los cuidados que pude. Hasta deje que sus amigos la visitaran, un día antes de cumplir mi cometido.
A la noche siguiente de ser visitada por sus amigos estaba sumida en un sueño imperturbable.
Entre yo sin el menor disimulo cautela, de una manera tan resuelta y tranquila que casi era un irrespeto hacia ella, hacia la habitación, hacia el cuchillo en mi mano y hacia esa noche, pero realmente no me importaba porque yo tenía un plan, un plan que efectuaría sin duda alguna.
Mi primer paso fue cortarle la garganta para que no gritara y como si eso no hubiese sido suficiente, para asegurarme le di una apuñalada en el corazón, terminando sin duda alguna con su vida.
La desarme de una forma cuidadosa para que fuera un rompecabezas imposible de armar.
Lo que en este momento lo que me acongoja es que después de haber cometido un crimen de tal magnitud... no sentí culpa alguna.
Me sentía fatal por las pesadillas pero en ese momento, cuando ya había cometido el crimen DE VERDAD no sentía culpa alguna.
Después de terminar mi "misión" procedí a esconder el cuerpo. Primero escondí el cuerpo. Lo envolví en una sábana y después solamente lo lleve al sótano, detrás de una máquina que sabría dios para que serbia, había una puertecita, era donde yo guardaba mis tesoros más preciados.
En esa habitación también había una puerta que llegaba a una especia de "jardín" escondió, era horrible y tenía un olor asquerosamente pútrido, de esos que solo dan nauseas. Ese olor era gracias a los cuervos que ahí Vivian. Llevaban su carroña y ahí la comían. Ese jardín era un tanto surreal... demasiado.
Solo tuve que echarles el contenido de la sabana a las aves, ellas harían el resto. También deje el cuchillo ahí tirado, solo para asegurare de que nadie supiera nada.
Pero me faltaba pensar una excusa para justificar la falta de mi hija en la casa.
Cuando termino todo eran apenas las 4 de la mañana. Tenía todos los retos de la noche para pensar y aclarar todo.
Esa noche (en realidad madrugada) dormí. Intente pero no podía, solo pensaba en mi hija siendo mordisqueada y digerida por esos espantosos monstruos. Pero en realidad los monstruos de verdad no eran ellos, era yo, ahora me doy cuenta de ello.
Pero por un instante fui capaz de aclarar mi mente y en ese instante de "cordura" lo utilice para pensar cómo podría justificar la falta de Alicia en casa. Realmente fue un tiempo corto logre formular un plan.
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Mi demonio privado en mi jardin privado
Mistério / Suspenseesta cosa es el producto de... mi tiempo libre <3 realmente es mi estilo verdadero :3 TERROR PSICOLOGICO PAPA' *un hombre mata a su hija apuñalandola.... lo curioso es que a pesar de que el hombre no recibe ninguna herida fisica... sufre mucho mas q...