NUEVO DEPARTAMENTO, NUEVOS COMPAÑEROS...[EUNHAE]

Bienvenido

Había llegado el "tan esperado" martes.

Y mi plan era comenzar a vivir bajo un puente.

Frente a mi estaba amber, mi mejor amiga, y a un lado de ella henry, su novio.

-Así que… ¿estás listo para que te devoren en tu nuevo departamento?-preguntó sonriéndome

Esboce una mueca

-No me van a hacer nada-¿verdad?

-Eso dices tú ¿ya te viste en un espejo? Eres demasiado lindo y tierno; además eres excesivamente amable, cualquiera se aprovecharía de eso

-Estás loca-mascullé

-No porque sean gays tienen que hacerle algo-afirmo henry , apoyándome

-Eso crees tú, pero dime, si fueras gay y vieras a este chico-murmuró señalándome-¿no intentarías algo?

Henry clavo sus ojos en mi rostro. Al instante me comencé a sentir ligeramente incómodo.

-Puede-dijo después de algunos segundos mostrándome aquella enorme sonrisa felina.

-Están locos los dos… además tengo un plan-afirme

-¿Ah sí?-preguntaron al unísono, mirándome con curiosidad

-Sí. Sólo viviré con ellos durante un rato, en lo que encuentro otro lugar

-¿Y si no te dejan ir?-bromeo amber arqueando una ceja

-¡Ya cállate!-exclame sintiéndome realmente malhumorado

-Ay… ya, ya, sabes que solo bromeo, es que me encanta la cara que pones cuando te enfadas, haces un ligero puchero-musito, tomando mis mejillas, retorciéndolas entre sus dedos como si fuera un niño pequeño

-Te trata como su mascota-mascullo henry, riendo ligeramente

-¡Pero si a el le encanta!-exclamó amber, sonriéndonos a ambos

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Jessica me miraba frunciendo la nariz; se encontraba parada en el alfeizar de la puerta, cruzada de brazos.

Durante todo el rato que había estado guardando mis pocas pertenencias en la maleta, ella no se había movido de ahí. Ni había dicho nada ¿Qué le sucedía?

-¿Al fin te mudas?-pregunto por fin, después de una angustiante media hora de silencio.

-Si

-¿Dónde?

-Con unos amigos-mentí

-¿Son confiables?

-Claro

-¿Seguro?-insistió

-jessica ¿se puede saber que quieres? Por fin me voy a ir y tendrás el departamento para ti sola, aunque sea deberías dejarme terminar de recoger mis cosas en paz ¿no?-refunfuñe, metiendo en mi maleta, los últimos cachivaches, a los que podía llamar mis pertenencias, que quedaban regados por el cuarto. Unos libros, discos, tenis, una vieja sudadera, un desodorante, un cepillo…

-Creo que… te voy a extrañar-murmuró

Mis manos se detuvieron. ¿Qué había dicho? Me gire, mirándola por primera vez en todo el día. Sus ojos me miraban fijamente, lucían llorosos ¿hablaba enserio?

-Ya… pues yo igual-masculle, dándole de nuevo la espalda, terminando la maleta. Me urgía largarme de este lugar y alejarme de ella, de todo lo que me la recordara.