Capítulo 5

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- ¿Cómo sabes mi nombre?- Pregunto algo desesperada.
- Sé todo sobre ti. - Responde él con una voz que me llena de escalofríos.
- ¡¿Qué hiciste con mi hermano?! - Le grito.
- Hey, ¿qué pasa aquí? - Pregunta una voz detrás de mí.
Giro mi cabeza para ver de quien se trata, el hombre que veo lleva un traje, una mariposa como moño y un gran sombrero, veo los rasgos de su cara, sus ojos, su boca, su nariz, son iguales a los de Will, él es Will.
- ¿Will? - Pregunto con esperanza de que no me equivoque.
- Sí, soy yo, pero ¿quién eres tú? - Pregunta Will algo confundido.
- Soy yo, Scarlet, tu hermana. - Digo con la voz quebrada.
- ¿Scarlet?
- Si, Scarlet. - Respondo algo ilusionada.
- No, no me suena. - Dice él, luego ríe a carcajadas, al igual que todos los demás.
Lo encontré, encontré a mi hermano, pero él no me recuerda, no creo que haya mayor tortura que perder a tu hermano, encontrarlo 9 años después y que no recuerde quien eres. No se lo deseo ni a mi peor enemigo. No lo soporto más, tengo que correr de aquí, sus risas me alteran, me recuerdan a la muerte de mi padre, reír solo trae desgracias. Corro, tengo que salir de éste lugar.
- ¿No piensas quedarte a tomar el té? - Pregunta Will entre carcajadas.
Sigo corriendo, ellos le han lavado el cerebro, ahora está loco, ha perdido la cabeza. Estoy a punto de llegar a la puerta por donde entré, no debo detenerme por ningún motivo, no me importa dejar a Will, es que en serio no soporto verlo así. Tropiezo. Duro unos segundos en el suelo. Luego comienzo a llorar, no lloro por dolor físico, lloro por todo lo que he pasado estos años sin Will.
- ¿Necesitas una mano? - Pregunta un chico, es rubio, tiene el cabello un poco despeinado, unos labios delgados y una voz dulce, es apuesto.
No respondo, no puedo detener mi llanto.
- Tranquila, todo está bien. - Dice él.
Logro detener mi llanto un momento y lo miro a los ojos. Él me da la mano para ayudarme a ponerme de pie, la tomo y me coloco junto al chico.
- Mi nombre es Antonio, mucho gusto. - Dice él cordialmente.
- Yo me llamo Scarlet, el gusto es mío. - Respondo.
- Nunca había visto una chica tan linda como tú. - Comenta él.
Me da miedo responder a ese cumplido, la última vez que me dijeron algo así yo salí lastimada, no quiero que eso vuelva a pasar, no quiero a otro Axel en mi vida. Guardo silencio, al parecer es un silencio incómodo para él porque decide romperlo.
- ¿Dije algo malo? - Pregunta preocupado.
- No, no es eso - Respondo.
- ¿Qué pasa?
- Simplemente no estoy de humor.
- ¿Por qué? Esto es Wonderland, aquí todos tus sueños se hacen realidad, debes estar feliz. - Dice Antonio con voz de expositor de circo.
- Pues no lo estoy. - Digo rompiendo sus ilusiones.
Comienzo a caminar hacia la puerta, justo antes de cruzar me detengo a pensar un poco. ¿Por qué quiero volver? Allá es un sufrimiento mayor, aquí puedo cumplir mis sueños, mejor me quedaré, tengo que planear mi venganza hacia Alicia, tengo que dominar este extraño lugar.
- Me quedaré. - Le digo a Antonio.
Antonio celebra, pero él no sabe lo que tengo en mente, ya no tengo más sentimientos que el rencor y el odio, estoy dispuesta a lo que sea para llegar a la cima de esto, mataré a quien se oponga. No tendré piedad ni siquiera sobre Will.
Han pasado 2 días de que llegué a éste lugar, me he estado quedando en casa de Antonio, es mejor tenerlo de aliado por ahora, él me conseguirá la manera de hacer magia negra para poder dominar Wonderland, el trato es qué dominaremos esto juntos. Estoy esperando a que Antonio llegue con la poción que me dará el poder de embrujar a quien yo desee, tal y como desee. No tengo idea de que voy a hacer en cuanto obtenga esos poderes pero no será nada bueno. Gracias a Dios ha llegado, si ha encontrado la poción, hemos tenido éxito en la primer fase de este plan.
- Debes tomarla ahora y los poderes llegarán mañana. - Me comenta Antonio.
- De acuerdo. - Le digo, luego tomo el frasco y bebo el contenido.
- Ahora dormirás.
Justo cuando le escucho decir eso comienzo a ver un poco borroso y luego caigo al suelo, me he quedado dormida. No creí que funcionara tan pronto, pero después de todo es magia, debía funcionar. Cuando despierto no siento cambio alguno, Antonio no está en la casa, tal vez ha ido por algo de comer. Decido esperarlo para poder hacer la prueba de mis poderes, luego comenzará la fase dos, la cual es obtener esclavos. Sé por quienes ir.
- He llegado. - Dice Antonio al entrar a la casa. Trae en las manos una liebre recién casada.
- Que bien. - Exclamo.
- ¿Alguna novedad? - Pregunta.
- No, decidí esperarte para intentar.
- Bien, hagámoslo.
- ¿Qué tal si intento revivir a la liebre? - Propongo.
- Hazlo.
Antonio pone al animal sobre la mesa, yo intento concentrarme en lo que haré, luego cuando tengo control total de mi mente, hago un movimiento con mis manos, luego el animal comienza a respirar. Antonio y yo comenzamos a festejar, lo hemos logrado, estamos muy cerca de dominar Wonderland, pero para lograrlo necesito esclavos. Hago otro de esos movimientos y el piso comienza a temblar.
- ¿Qué rayos has hecho? - Pregunta Antonio aterrado.
- Tranquilo, confía en mí. - Le respondo.
- Bien, lo intentaré.
El piso sigue templando, luego una grieta se hace, volteo a ver la cara de Antonio, está que se muere de miedo, mientras yo, estoy tranquila, va tal cómo lo planee. Ahora lo que he estado esperando, de la grieta que está en el suelo, comienzan a salir cartas de póker, todas de corazones, tienen brazos y piernas, también cabeza solo que la cabeza está cubierta por un casco medieval, como el de los cabaleros de ese entonces. Lo mejor de todo, es que son cientos de ellos y están creados para seguir cada una de mis órdenes.
- Eres genial. - Dice Antonio para alagarme.
- Lo sé. - Respondo de una manera engreída.
Minutos después salimos a comenzar nuestro reinado. Cuando cruzamos la puerta de la casa de Antonio, me detengo un momento.
- Unos reyes necesitan un castillo. - Digo. Luego hago uno de esos movimientos con mis manos y la casa de Antonio se vuelve un gran castillo color negro con techos rojos, tiene un calabozo para castigar a quien se oponga, también tiene un gran patio con hermosas flores, desgraciadamente son todas blancas, ordeno a la mitad de mis sirvientes quedarse aquí, unos para cuidar mi gran castillo y otros para que pinten estas flores de un hermoso color rojo. Camino junto con Antonio, vamos a dar nuestro primer mandato como rey y reina, iremos a la fiesta de té, donde está Will. Cuando llegamos a la fiesta de té, todos están vueltos locos, como siempre, se están riendo a carcajadas, en cuanto ven a mi ejército de soldados, todos guardan silencio, Will hace una mueca de sorpresa, me recuerda a cuando éramos pequeños, es el mismo Will, sólo que ahora no sabe siquiera que tenía una familia.
- Arrodíllense ante su majestad. - Ordena uno de mis guardianes.
- Scarlet, ¿Qué está pasando? - Pregunta Will.
- Soy la nueva reina de Wonderland, y vengo a conseguir sirvientes. - Digo con una voz de mandato.
- ¿Quién te ha nombrado la Reina de Wonderland? - Pregunta Will desafiándome.
- Yo lo hice. - Le Respondo, luego suelto una carcajada de villana.
Todos comienzan a oponerse, así que hago el movimiento y todos comienzan a transformarse. El hombre que trajo a Will, será un conejo blanco, y así le quedará bien el agujero por donde entra, el señor Earwicket será una liebre debido a sus dientes, la señora Mallymkun será un roedor, debido a su voz tan chillante, y el señor Baker es ahora un perro, Will, lo quiero así como está.
- ¿Por qué haces esto Scarlet? - Pregunta Will.
No pienso contestar eso, menos a alguien qué ni siquiera sabe quién soy yo.
- Guardias, llevemos al castillo al conejo, al perro y a Will, serán mi mensajero, mi guardián y mi sombrerero. - Ordeno.
Ellos tratan de oponerse, pero mis guardias son demasiados. Se llevan a los tres arrastrando. Cuando volvemos al palacio, se me ha ocurrido una nueva forma de tortura o castigo, como en este lugar todos han "perdido la cabeza", haré que lo hagan pero ahora literalmente. Voy a construir una guillotina.
Ya he convertido a todos en animales, el chico "Cheshire" es ahora un gato, en memoria de Félix, el chico de la entrada a Wonderland es ahora una gran oruga, ya no es tan fácil entrar a Wonderland, para cruzar por la puerta debes tener por lo menos la estatura de un conejo, hay una mesa con un pastelillo que dice "Cómeme" y un frasco con poción que dice "bébeme". El pastelillo agranda y el líquido encoge. El conejo se va a encargar de traer a Alicia para mi venganza. La guillotina la uso para castigar a quien se atreve a traicionarme, como a Antonio, lo descubrí avisándole a una familia de castores qué haría inspección. Les corté la cabeza a todos. Ahora tengo un lago alrededor de mi castillo lleno de las cabezas que he cortado y la sangre que derramaron.
Mi nombre es Scarlet, y yo soy la Reina de Corazones.

La Reina de CorazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora