curse - styles

'I suoi occhi che vive nei miei sogni'

Juro que mis piernas no se movían más rápido porque no podía. Pero estaba claro que las del extraño gigante si lo hacían.

Era tan grande como una montaña, tenía un solo ojo en medio de su cabeza y sus fauces babeaban saliva y sangre, con afilados colmillos. Un gran trozo de madera que llevaba en su mano golpeaba las paredes del laberinto destrozándolas y haciendo que estás cayeran hacia... hacia el techo.

El aire no entraba en las cantidades suficientes como para evitar no ahogarme, corríamos tan rápido como podíamos, buscando la salida en aquel interminable laberinto.

Tras dar varias vueltas dimos con un callejón sin salida.

-¡Maldición!- gritó Irene.- Tenemos que volver hacía atrás.- yo asentí y corrimos en sentido contrario, en un cruce giramos hacia el opuesto con el gigante pisando nuestros talentos. Corríamos descalzas y con pocas fuerzas, con miedo y viendo como todo a nuestro al rededor era tragado por el techo y los chillidos feroces de la bestia se entremezclaban con el sonido de paredes rotas y siendo destruidas bruscamente.

Algo parecido a una tormenta de arena irrumpió en el lugar dejándonos casi a oscuras.

-¡Irene, no veo nada!- chillé angustiada mientras seguía corriendo sin rumbo fijo.

-¡Sigue andando! ¡Allí hay una enredadera, si la subimos pasaremos el laberinto!- tragué saliva y sentí sus manos sobre mi brazo tirando de mi hacia dicha planta agarrada a los muros granates.

Subí mi pie en uno de los tallos y me agarré de otro más elevado. Tosí la arena que se había acumulado en mi boca y seguí subiendo como pude, oyendo los gritos cada vez más cerca mia, su voz rompiendo el silencio en mi espalda, su aliento en mi nuca y la muerte arrastrándome al fango de tortura donde ya estaba sumergida. Cada vez subía mas despacio y cuando Irene estuvo en lo alto del muro agarro mi mano en el preciso momento en el que mis pies dejaron de estar apoyados en la planta. Triando de mi hacia el otro lado con tanta fuerza que tras pasar mi torso las dos caímos como pesos muertos al suelo, provocando un estrepitoso golpe quizás fuimos nosotras o fue aquel monstruo destruyendo el muro que nos tapaba.

No estoy segura porque aquel fuerte estruendo es lo ultimo que recuerdo.

Abrí mis ojos viendo llamas a los lados, estaba de vuelta en aquel lugar. Gritos de angustia se quemaban a mis lados y mis ojos recorrían el lugar con nerviosismo. Mis pies ardían sobre el suelo y comencé a caminar hasta la oscuridad de una cueva.

Alguien estaba allí.

Sentía los pasos de alguien andando cada vez con más proximidad a mi.

El suelo se abrió en un precipicio ardiente quedando suspendida en el aire, hasta que alguien agarró mi brazo fuertemente evitándome la caída. Las puntas de mis dedos rozaban la lava ardiente y el humo me hacía cosquillas en la planta.

Esa persona tiró de mi con sorprendente facilidad sentándome en el suelo aún estable.

Había un chico a mi lado, sus ojos verdes estaban manchados de un rojo espeso dandole una imagen incluso mas aterradora. Sus labios azulados y su piel blanca daban escalofríos y vestía como un muchacho desaliñado y abandonado entre la muerte y la destrucción.

Pero era tan hermoso al mismo tiempo que atemorizante.

-No puedes dejar que muera.- dije yo y mis rodillas se apoyaron contra el suelo. Sus ojos me recorrieron el rostro y negó con la cabeza.

-No quiero hacerlo pero es lo que llevo haciendo todo este tiempo. Mato a gente sin piedad.- yo negué con la cabeza acercándome a él.

-¿No sientes remordimientos?

-Ninguno, pero si te mato a ti los sentiría, ¿qué has hecho en mi?

-Nada.- chillo angustiada.- No he hecho nada.- y lágrimas sin sentido, como todo en este sueño, surcan mis mejillas con una rapidez escalofriante.

Él niega con la cabeza y las limpia mirando mis ojos fijamente.

-Eres tan hermosa... nadie puede hacerte daño ahora, nadie debe hacerte daño ahora.

-Entonces, ¿por qué me duele tanto el pecho ahora mismo?- dije confusa, ¿qué está sucediendo?

-Quizás te estás muriendo.- murmuró sin apartar la mano de mi mejilla y la vista de mis ojos.

-Dijiste que no me dejarías morir.- trago saliva y miro a sus diabólicos pero encantadores ojos, todo al mismo tiempo en una combinación explosiva como la lava debajo de mis pies.

-Es lo que estoy haciendo ahora mismo. Somos solo fantasías en tu conciencia.

-¿Qué?-murmuré.

-Es la hora, suficiente.- contestó y me arrojó de golpe al vacío.

Una profunda bocanada de aire inundó mis pulmones llenándome de vida de repente. Abrí mis ojos cogiendo aire y comencé a toser energéticamente, ¿que había sucedido?

Irene abrió los ojos a mi lado y se aclaró la garganta, levantó la cabeza y miró a los lados confundida.

-¿Donde estamos?- murmuró y se apoyó en sus manos incorporándose.

-No lo se.- susurré con un nudo realmente grueso en su garganta. -Te juro que no tengo ni idea de donde estamos.

Algo cortaba el aire en la sala. Movimiento de algo pesado de un lado para otro, cerca, cada vez más cerca. Amenazantemente cerca.

De repente todas las antorchas se encendieron y pudimos ver como péndulos gigantescos recubiertos de finas y puntiagudas agujas acercándose cada vez más y más rápido a nosotras.

Un jadeo se escapó de mi garganta y miré a Irene que yacía en el suelo con la mirada helada y su labio temblando como la llama de una vela.

-Tenemos que llegar al otro lado.- dije agarrando su brazo.

-Vivas. 

-Vivas.- afirmé y comenzamos a mover los pies desesperadas corriendo descalzas por aquella macabra habitación. 

----

HOLA!

Bien bien. estoy muy contenta porque esta novela comienza a ganar seguidores y eso me pone muy muy contenta. 

Por eso mismo esta semana les traigo un super maratón de Halloween. Un capitulo cada día hasta el 31 y este día un mega capitulo y una sesión de aclaración de preguntas así que si tenéis alguna ir dejándola en los comentarios porque las responderé a todas. 

Esto comienza a ponerse cada vez más macabro e interesante. Y más que se pondrá, tan solo esperar. 

Votar, comentar y nos vemos en el siguiente capitulo florecillas de campo recuerden que las quiero muchísimo. 

All the love, Sil. x