CAPÍTULO 3

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-¿Ves lo que pasa guapa? Casi te caes de boca por mirar lo que no debías.-dijo vacilando.

Me cogió de la mano y me levantó con una sonrisa, como sí no le costara nada.

-Perdona, pero estaba buscando a mí hermana y la confundí con esa chica. -dije haciendo una mueca.

Se quedó mirándome un rato, en silencio.

No sé que me pasa con este chico, algunas veces es un poco insoportable, y algo infantil, y otras veces es tan tierno...que hace que se me caiga el mundo al suelo.

*, "el mundo", por no decir las bragas.* -pensé.

-Es esa, ¿verdad? -dijo señalando a alguien detrás de mí.

Me giré y reí de una manera tonta.

-Sí, es ella, me voy ya, gracias. -me acerqué a su mejilla y lo rocé con cuidado, le di un pequeño beso, a lo que él respondió sonrojado.

Me cogió del brazo, haciéndome girar hasta quedarme a escasos centímetros de su cara.

-Se te olvida algo. -me dijo con una sonrisa..algo travieso.

-¿A mí?¿El qué? -dije nerviosa y algo sonrojada.

Cuando me quise dar cuenta ya estaba jugando con sus labios y su lengua.

*Joder...Milena, ¿que coño estás haciendo? Deja de besarlo, te equivocaste al decirle que lo amabas.* -pensé.

Me separé de él de golpe, no dejé que me dijera nada más, me giré y fui directa al coche, donde mí hermana sonreía al ver aquella escena.
-Hola fea, ¿ese es tú chico? Es guapo. -dijo con una sonrisa malvada mientras se colocaba un mechón de su pelo detrás de la oreja.

Me senté, dejé el bolso a un lado y me quité los zapatos, el trayecto sería largo.

-No, y has tardado mucho. -refunfuñé girándome hacia la ventana.

-¡Tranquilízate María de los Remedios, no me vuelvas loca! —canta mí hermana sonriente.

Pasaron varios minutos en los que las dos estuvimos en silencio, cada una en su mundo y en sus pensamientos.

No pude evitarlo y empecé a reír, yo siempre había querido ser como ella, guapa, lista, graciosa y como no...buena estudiante.

Encendió el radio, yo subí el volumen, empezaba a sonar American idiot (—Green day.)
Y como no, me solté el pelo y abrí la ventanilla del coche, empezamos a gritar como dos locas...

¡BIENVENIDAS A MADRID!

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