Capitulo 2

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Julie soltó una carcajada en el momento en que Helen expreso una cara de dolor al quemarse la mano con el café caliente de la cafetería de la empresa de autos rusos. El edificio en donde los empresarios trabajaban era un lugar enorme. Lleno de cosas lujosas con cuadros de autos de marca. El edificio comercial era el segundo lugar más importante de la empresa. Allí era el lugar donde se realizaban los pedidos de autos de modelo nuevo, allí era donde se realizaba los pedidos de venta. Trataba sobre todos los documentos de los autos, el primer lugar más importante se hallaba a unas cuadras de allí. Donde todos los autos a la venta se hallaban a la muestra del público.

Eran las 8:00 de la mañana, hora exacta en la que Helen debía tomar su lugar en la empresa. Por otra parte Julie tenía una hora más para dormir ya que su trabajo no empezaba hasta las 9 pero como Helen no tiene auto y vive con Julie, ella es la que tiene que levantarse más temprano y llevarla al trabajo. Para hacer hora, se queda paseando por la empresa todas las mañanas hasta que las 9 marca el reloj y se marcha directo a su oficina a un par de cuadras de allí. Ahora como siempre se queda en la empresa esperando, viendo como Helen matutinamente se prepara una café expreso y se dirige a su oficina en el piso 18.

Helen aun con la expresión de dolor y el café en la otra mano se dirige al elevador para llegar a su piso. Julie divertida, aun no para de reír por el cómico momento de hace un par de minutos.

- Ya deja de reír - protesto algo enojada aunque con los labios curvados en una media sonrisa - No es divertido ¿sabes lo mucho que me dolió?

- Pero es tu culpa - susurro entre risas - yo te advertí que el café estaba demasiado caliente como para que cojas la taza. Incluso te pase un bollo de servilletas para que la usaras como medida de protección

Helen chupo sus dedos quemados, tratando de opacar el dolor. Las puertas del elevador se abrieron rápidamente y al otro lado como siempre esperaban otros ejecutivos para bajar mientras que ellas salían para ir a la oficina. Tomando el camino de la derecha Helen iba adelante haciendo sonar sus tacones altos que daban a juego con su vestido de marca, su cabellera castaña medio afro de diversos rulos que daban volumen también iban a juego con el vestido amarillo anaranjado. Julie sin evitarlo contemplo la piel de Helen, ese color chocolatero, hacía que se sintiera opacada por su test blanca. Debía broncearse urgentemente. Quizás lo haga el sábado, de todos modos no tenía planes ese día.

Llegando a la oficina de Helen que era un escritorio afuera de una gran oficina. Helen por más que era hija del dueño de la empresa, no ocupaba un alto rango en el edificio. Por ahora simplemente era una secretaria, pero no cualquier secretaria, ella era la secretaria de él segundo al mando de la empresa. Al frente del escritorio se hallaba otro exactamente igual, que era ocupado por Martin, secretario de otro ejecutivo importante.

Julie se acomodó en el escritorio de Martin, él no llegaba hasta las nueve por lo que ella lo ocupaba por aquel momento. Mientras se sentaba allí volvió a contemplar a su amiga, viendo que la pobre aún tenía esa expresión y aun chupaba sus dedos como un bebe. Por más que quiso no pudo contenerse y soltó una carcajada. Helen la miro de mala manera, furiosa por sus burlas pero rápidamente cambio su expresión de enojo por una de media sonrisa.

- Deja de reírte y cuenta cómo te fue anoche - aclaro la voz y acomodando unos pales le dio una mirada picara bajo esas largas pestañas postizas - ¿fueron a ese lindo departamento?

- No - musito Julie ahora más seria de lo que estaba - no ocurrió nada. Ni siquiera pudimos besarnos, no hubo absolutamente nada

- ¿y eso porque? - frunció las cejas confundida - por lo que tú me cuentas, siempre se ven en el bar que queda en medio de los dos trabajos ¿o no?

La doble vida de Carter DonallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora