Capitulo 1

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Ella simplemente esperaba impaciente en el bar que quedaba cerca al departamento que frecuentaban solo para sus encuentros. Eran casi todas las noches en los que ellos se encontraban y disfrutaban de un par de horas de placer y amor. Bueno, tendríamos que omitir aquella última palabra, Julie estaba consiente que entre ellos no había nada.

Se escuchó el sonido de la puerta del bar abrirse, elevo la vista esperando con ansias que fuera él, sin embargo una mujer con un largo abrigo delgado e impermeable entraba con los ojos en busca de alguien en particular. Dio un sorbo a su trago, un Martini seco. El fuerte alcohol corrió por su garganta mientras que ella entraba en calor. Se habían citado a las 5, como de costumbre. Ahora que miraba la hora se daba cuenta que él, ya llevaba 10 minutos de retraso, normalmente no era siempre así.

Tomo otro sorbo y no pudo evitar pensar en que seguro el estaría ocupado en el trabajo. Sonrió para sí misma, recordando aquella vez hace 1 año cuando se conocieron. Ella esa tarde estaba yendo junto con Helen a dejar unos papeles en la oficina del padre de su amiga. Su padre es dueño de una gran empresa de autos nuevo en el mercado, autos rusos para ser exactos. Al llegar al gran edificio empresarial, entraron por la recesión y él ya estaba allí, tomando el ascensor junto con su secretaria. Para su suerte ellas entraron en el elevador también. Sus miradas se conectaron, un fuerte choque de energías. Imanes que se atrajeron de inmediato. Tomando lugar en el elevador, estuvieron uno frente al otro. Helen revisaba los papeles mientras que sutilmente le susurraba el problema que recientemente había tenido con su madre por este mismo asunto. Algo sobre que siempre su padre olvidaba sus papeles y alguien tenía que ir a dejárselos a la oficina. Julie de todos modos no estaba escuchando algo que en verdad no le interesaba. Ella en ese momento lo único que quería era mirarlo a él, con disimulo antes que todo.

La mirada que él le correspondía era bastante penetrante e intimidadora como para no resistirse a ponerse incomoda. De igual manera su secretaria iba dictándole las citas que tenían pendientes y los trabajos que faltaban por realizarse. Él simplemente asentía mientras que tanto como ella, daba una que otra mirada. Fue atracción a primera vista, eso estaba claro. Para ellos dos seguro fue eterno y en cuento menos pensaron las puertas ya se estaban abriendo nuevamente. Bajaron todos en el mismo piso a comparación que tomaron caminos separados. Helen volteo a la derecha mientras que él tomaba el camino por la izquierda. Julie no conforme con haberlo mirado en el elevador, miro por encima de su hombro para conformarse con verlo por última vez alejarse. Al hacerlo, se llevó la grata sorpresa que él también lo hacía.

Estaba tan sorprendida que se puso roja por la vergüenza de que la haya pillado mirándolo pero, él simplemente sonrió de lado, como un galán de novela y volteo para seguir su camino. Después de eso no se vieron por un mes y gracias a que su mejor amiga, Helen, se convirtió parte de la empresa, se veían casi a diario. De todos modos la oficina de ella no quedaba lejos, a dos calles, se llegaba a la empresa que se encargaba de la revista Cosmopolitan. Con el pasar de los días y los encuentros que de vez en cuando tenían, todo llego de una cosa a la otra. Primero fueron insinuaciones y luego ya todo subió de nivel y terminaron en donde esta noche se tienen que reunir.

Pasaron ya ocho meses de que llevan esta vida de amantes. Si amantes, Nadie sabe de su relación más que Helen por parte de ella y de él, simplemente su hermano.

La puerta de la entrada del bar volvió a sonar. Dejo de lado su Martini y elevo la vista nuevamente. Esta vez sí era él. Entraba con la expresión seria y los labios fruncidos. Sus cálidos ojos azules grisáceos recorrieron el lugar. Julie sonrió para ella misma, le encantaba acomodarse en una de las mesas más lejanas a la puerta solo para ver como él la buscaba con desesperación. El simple hecho de que él se detenga un minuto en la puerta y busque minuciosamente por el lugar le daba una sensación excitante. Pero esa sensación solo era algo leve a lo que sentía cuando por fin aquellos ojos la encontraban. Esa corriente correr por su espalda cuando sus ojos la tomaban presa y ella media sonrisa se asomaba.

La doble vida de Carter DonallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora