Bien, éste capitulo es necesario, sí no te agrada puedes no leer. (Sí te gusta la pareja igual puedes shippearla).
En fin, sí no sabes como sería el aspecto de Odín o Laufey, bueno, en el caso de Laufey solo debes ver la imagen en la multimedia (no está de más imaginarlo más "uke").
En cuanto a Odín, puedes imaginarlo así: pelirojo, pelo largo, alto, barbita y de ojos azules.
Sin nada más que decir. Comencemos:« « « « « · · · · · · · · » » » » »
POV. Odín · · ·
Despertaba de una siesta más que cómoda; había salido de caza y como la noche anterior no pude dormir muy bien, después de no poder encontrar ningún animal, el sueño me ganó.
-Toma.
Al escuchar esa voz desconocida sentí como mí corazón se detenía para luego volver a palpitar. Vaya susto.
-¿Quién eres?- pregunté mirando al hombre frente a mí.
Era delgado, bastante joven, su cabello era negro y un poco largo, su piel azul y sus ojos de un color rojo hipnotisante. También, algunas ramas salían de su espalda y cabeza, los de la cabeza parecían cuernos y también habían algunas ramas que se enredaban en sus tobillos.
-Soy Laufey. Ahora come esto- me dio una manzana roja.
-Soy Odín- dije con la boca llena de aquella fruta.
-Traga antes de hablar por favor- y lo hice.
-¿Cómo me encontraste?
-Pues, la verdad solo pasaba por aquí.
-¿Vives aquí, qué eres?
-Sí, soy un espíritu del bosque.
-Increíble. Yo, dudaba sí realmente existían, leí sobre ustedes, pero... No sabía que eran tan hermosos.
Un sonrojo por parte del espíritu me hizo gracia. Que lindo.
-Pues... Yo no sabía que los del exterior fueran tan tontos de dormirse en un bosque.
-¡Hey, no tenías que ser tan cruel!
Rió divertido. Que linda sonrisa.
-Bueno... Gracias por la manzana.
-No fue nada. Estabas muriendo de hambre.
-Je, lamentablemente no pude cazar nada. De seguro pensarás que soy un mal cazador.
-Realmente no.- prosiguió -fue gracias a mí que no mataste a ningún animal. Los oculté y les decía en donde te encontrabas para que te evitaran.
-¿Qué? entonces... ¿Ya sabías de mí presencia en el bosque?- asintió.
-Apenas pisaste la entrada del bosque.
-¿Cómo?
-Pues, justamente me encontraba por ahí y te vi.
Sonreí pícaro para molestarlo.
-¿Y me seguiste?
-No, ósea sí. Necesitaba ver sí le hacías daño a algún animal.
-Entonces los proteges mucho.
-Es mi deber.
Se levantó y comenzó su caminata hacia quién sabe donde.
-¡Oye, espera!- se detuvo y volteó hacia mí -estoy perdido y tú al parecer conoces el bosque más que cualquiera. Ayúdame, por favor.
-Mh... Está bien. Pero te advierto, llegaste muy lejos; estamos más haya de la mitad del bosque.