Saviour - Andy Biersack

9. Celos y Ropa Interior

Capítulo 9 "Celos y Ropa Interior"

El domingo me desperté a eso de la una o dos de la tarde. Mi casa estaba silenciosa, mi mamá ya se había ido a su turno de trabajo y yo no tenía nada que hacer.

Tomé la libreta que me había dado Andy y repasé las hojas de ésta. Había varias canciones escritas de las que yo nunca había oído hablar y las lyrics eran tan buenas como las demás. Me pregunté si alguna vez me volvería tan buena compositora como Andy. Una voz pequeña en mi cabeza rio, diciendo que no alcanzaría nada en la vida. Era la risa más fea que había escuchado jamás, era como una combinación de los gritos de un puerco (y no de los chiquitos bonitos sino de los feos) y un pajarraco de esos de los piratas que gritan horrible.

Suspiré. Finalmente llegué a la hoja donde yo había había escrito mi canción. La cheque una y otra vez y la verdad es que si podía lograr las cosas que yo quisiera si pongo esfuerzo en ellas. Tengo que luchar porque nada sucederá si me quedo en mi cama sollozando todo el día...aunque sonara una muy buena idea en este momento.

Me encaminé escaleras abajo y traté de prender la tele cuando me acordé que la había destruido el día anterior al momento de aventar el control en contra de la pantalla. Me maldije en la mente y subí de nuevo a mi cuarto, agarrando el celular y poniéndome a jugar a Fruit Ninja. Mierda, debo de dejar de jugar esto, está tan pasado de moda, me refiero a que, ¿quién rayos sigue jugando a Fruit Ninja?

«Jijiji tú».

«Muere Brett/conciencia inservible».

Empecé a descargar el juego ese de los cubitos. 1010.

Dieron las siete de la tarde y escuché la puerta principal abrirse, pensé que era mi mamá llegando del trabajo así que me sorprendí al ver a Brett en el umbral de mi puerta.

-¿Ni si quiera un llamada para saber cómo estoy, pequeña demonio? -preguntó, fingiendo que estaba defraudado. Una sonrisa cruzó pasajeramente por mis labios, pero después me puse seria.

-No vales la pena -decidí seguirle a su juego, mirando como su ceja izquierda se arqueaba más que la derecha mientras yo movía demasiado el cuello y sacaba mi cadera e inexistente trasero.

-Claro que no, ya tienes a tu Andy ése -puso su mano sobre su corazón y se acercó a mi ventana mientras miraba nostálgicamente a través de ella. Bufé. Demonios si no era un exagerado.

-Creo que la preocupación principal aquí es: ¿qué hiciste ayer con Andy? -bromeé. Brett era heterosexual (créanme, lo es) pero metías a Andy Biersack o a Ricky Horror a la ecuación y de un momento para otro tenía una tiara de flores como de esas de las que usan las tipas en Tumblr y la mirada del gatito tierno de Shrek.

Brett bufó. -No dejó de pensar en ti, "chantillí" -dio una sonrisa ladeada. Sin poder evitarlo, mis mejillas se pusieron calientes y bajé la mirada-. ¡Oh, pero ¿qué es esto?! ¿Acaso Rylee Apellido-Largo-Y-Raro-Que-Nunca-Me-Aprenderé está enamorada?

-¡Oh, Brett! -puse una mano sobre mi frente de manera sobre actuada-. El amor en una cosa difícil y complicada. Como los panqueques.

-¿Panqueques?

-Se ven muy fácil de hacer pero se te queman o la mezcla acaba en el techo o un lado te queda crudo o...

Brett se agarró a carcajadas, después se lanzó en contra de mí y me aventó a la cama. Brett eran tan delgado como una pluma pero infiernos si no estaba pesado.

Traté de quitarlo de encima de mí, dándole patadas mientras reía como estúpida. Sus brazos me acorralaron mientras me abrazaba como si él fuera un niño de cuatro años y yo su oso de peluche favorito.